El Sargento Lee Sorensen, miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, perdió la vida el pasado 17 de agosto en Tremonton, Utah, mientras cumplía con su deber como oficial de policía.

Lo que comenzó como una llamada de emergencia terminó en tragedia y dolor para toda una comunidad que hoy lo recuerda con respeto y gratitud.

Sorensen no solo dedicó su vida al servicio como agente de la ley, sino también como joven misionero de la Iglesia en la Misión Caracas Venezuela, donde se le conoció por su entrega y sencillez. Quienes lo recuerdan hablan de un hombre noble, trabajador y de carácter firme, cuya fe lo motivaba a dar lo mejor de sí en cada etapa de su vida.

Lo que sucedió aquella noche

Policias honrando a Lee Sorensen. Imagen: Facebook, KSL

Esa noche, el Departamento de Policía recibió varias llamadas al 911 que parecían estar relacionadas con un disturbio doméstico. Sorensen acudió al lugar para verificar la situación y mientras conversaba con una persona que había pedido ayuda, un hombre salió armado con un rifle y abrió fuego contra él.

En cuestión de segundos, Sorensen cayó abatido. Poco después, su compañero de labores, el oficial Eric Estrada, llegó en apoyo y también fue atacado por el mismo agresor. Ambos oficiales perdieron la vida en el cumplimiento de su deber.

El ataque no se detuvo ahí: un sheriff adjunto y su perro policía resultaron heridos cuando el sospechoso disparó contra su vehículo. Afortunadamente, ambos sobrevivieron. Finalmente, gracias a la intervención de testigos, el agresor depuso su arma y fue detenido.

El recuerdo de un hombre noble

Imagen: Facebook, KSL

Más allá de la tragedia, los recuerdos de quienes lo conocieron pintan a Sorensen como un hombre sencillo y auténtico. Siempre quedará la imagen de aquel lazo de vaquero en su cama, una señal de su carácter trabajador y de su identidad marcada por la nobleza.

Su partida deja un vacío profundo, pero también un legado de servicio. Él y el oficial Estrada ofrecieron su última jornada juntos con valentía, enfrentando un peligro real para proteger a los demás.

Su partida deja un vacío profundo, pero también un legado de servicio. Créditos: Brian Nicholson, Deseret News

Hoy, familiares, amigos y compañeros despiden a Lee Sorensen con lágrimas, pero también con gratitud. Es un solo breve adiós, porque quienes lo conocieron saben que su memoria y ejemplo seguirán presentes.

En Más Fe nos unimos en oración por su familia, por el oficial Estrada y por todos los que resultaron afectados en esa trágica noche.

Fuente: Deseret News