Lo que parecía un devocional común y corriente en la Conferencia JAS del Área de Utah sorprendió a los más de 11,000 asistentes. En lugar de iniciar con un discurso, el encuentro comenzó como un concierto.
Los reconocidos músicos de The Piano Guys, Jon Schmidt y Steven Sharp Nelson, estaban en el escenario cuando invitaron al obispo Gérald Caussé, obispo presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, a sentarse al piano.
Con un estilo inesperado, interpretaron juntos una versión única de «Für Elise» que animó al público. Sin embargo, después de la ovación, la música dio paso a un mensaje que buscaba mucho más que entretener: inspirar a los jóvenes adultos a ver su discipulado como algo personal, único y esencial en la obra del Señor.
“Eres necesario, eres amado”

El obispo Caussé fue claro al hablar:
“El Señor está contando contigo para hacer cosas notables en Su nombre”.
Recordó que Dios no nos llama “a pesar de” nuestras características, sino “porque somos quienes somos”. Cada talento, cada experiencia y cada rasgo personal tiene un lugar en el plan perfecto del Señor.
“La unidad no significa uniformidad. No fueron creados para encajar en el molde de alguien más. En el plan del Señor hay un lugar que solo cada uno de ustedes pueden llenar”.
Confiar en el plan de Dios

El obispo Caussé compartió experiencias personales, como el temor que tuvo de dejar atrás su amado piano cuando fue llamado como autoridad general.
Aprendió que el Señor, a veces, nos pide sacrificar incluso lo más preciado, pero siempre multiplica esas ofrendas en bendiciones.
Con esto enseñó que el discipulado es más que obediencia: no se trata solo de cumplir reglas, sino de responder al llamado del Salvador de “venir y seguirle”.
El verdadero llamado

El obispo Caussé recordó a los jóvenes que, al final, lo que más importa no son los cargos o títulos, sino la fidelidad a los convenios y a Jesucristo. Ser discípulo es el llamado más importante, uno que no depende de asignaciones sino de cómo vivimos día a día.
Además, lanzó un reto: que cada barrio de jóvenes adultos en Utah forme un club de JustServe, para multiplicar las oportunidades de servir en la comunidad. “Si lo hacen”, prometió, “su fe y su amor cristiano obrarán milagros”.
Lo que se llevaron los jóvenes
Muchos asistentes compartieron lo que más les impactó. Para algunos, fue la idea de que sacrificar algo por el Señor abre la puerta a tesoros más grandes. Para otros, fue el recordatorio de que el servicio no espera:
“Estamos llamados a servir ahora, donde estemos, con lo que podamos”.
Un cierre con música y testimonio

Al final, el obispo Caussé regresó al piano para interpretar «¡Oh, está todo bien!«. Entre notas, compartió su testimonio:
“Todos somos pioneros en nuestro tiempo. Jesucristo es nuestro Salvador y nuestro Redentor”.
Fuente Deseret News



