Cuando Judith Kajidi y Alain Mwamba llegaron a Texas desde la República Democrática del Congo en 2019, apenas podían comunicarse en inglés.

Con cinco hijos a su cuidado, la vida diaria se volvió un desafío: desde asistir a clases hasta realizar compras. “Estaba frustrada”, recuerda Judith. “No entendía nada”, agrega Alain.

Un día, durante las reuniones de su congregación, escucharon hablar de EnglishConnect, un programa que combina el aprendizaje del idioma con un ambiente de fe y comunidad.

EnglishConnect, un programa que combina el aprendizaje del idioma con un ambiente de fe y comunidad. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Decidieron unirse y pronto descubrieron algo más que un curso: encontraron esperanza. Judith relata que las reuniones, donde podían conversar y practicar, le ayudaron a ganar confianza. Alain coincide:

“Cada día crecía mi inglés, y también sentía que nuestro espíritu se fortalecía”.

Gracias a esa base, Judith se animó a estudiar en BYU–Pathway Worldwide y aprobó su primer certificado. Ese momento marcó un antes y un después en su vida. 

“Dije: puedo hacer cosas difíciles y voy a terminar mi carrera”.

Un recurso para todos

Lo notable es que el programa está abierto a cualquier persona, sin importar su religión. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

EnglishConnect ofrece distintos niveles:

  • EnglishConnect 1 y 2 son gratuitos y pensados para principiantes.
  • EnglishConnect 3 tiene un costo bajo y prepara a los estudiantes para acceder a programas de BYU–Pathway, donde es posible obtener títulos universitarios en línea y a bajo precio.

Lo notable es que el programa está abierto a cualquier persona, sin importar su religión. Esa apertura se ha visto reflejada en diferentes partes del mundo.

English Connect es una oportunidad de conseguir empleo, hacer amigos y empezar de nuevo en un país desconocido.Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

En Calgary, Canadá, por ejemplo, refugiados ucranianos encontraron en estas clases un camino para reconstruir su vida. Lo que comenzó como un pequeño grupo de voluntarios se transformó en encuentros con decenas de participantes cada semana. 

Para muchos, fue más que aprender un idioma: fue la oportunidad de conseguir empleo, hacer amigos y empezar de nuevo en un país desconocido.

Testimonios que inspiran

El aprendizaje del idioma se convierte en un impulso para alcanzar metas académicas, profesionales y personales. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Historias similares surgen en cada continente.

  • En Chile, una madre llamada Pamela Sepúlveda confiesa que al principio pensó que nunca podría aprender. Hoy agradece a Dios por darle fuerzas y sentirse capaz de comunicarse en inglés.
  • En Japón, la joven Akane Orito utilizó EnglishConnect mientras servía como misionera. Lo que comenzó con temor terminó en una bendición: ahora tiene un trabajo en el que necesita hablar inglés.
  • En Brasil, Livia Zanini empezó con dificultad, pero gracias al esfuerzo y al programa, hoy estudia en Ensign College en Estados Unidos y puede avanzar en su carrera.

Cada experiencia tiene un hilo común: el aprendizaje del idioma se convierte en un impulso para alcanzar metas académicas, profesionales y personales.

Líderes que lo vivieron

élder Godoy habla sobre la misión y el matrimonio
El élder Carlos A. Godoy, de la Presidencia de los Setenta, y su esposa, la hermana Mônica Godoy, hablan en un Devocional mundial para jóvenes adultos transmitido desde el Tabernáculo de Salt Lake en Salt Lake City el 5 de mayo de 2024. Adam Fondren, for the Deseret News

Incluso autoridades de la Iglesia que hoy ocupan puestos internacionales saben lo que significa aprender inglés.

El élder Thierry K. Mutombo, originario del Congo, comenzó a estudiarlo durante su misión en Costa de Marfil. Aunque no contaba con recursos como EnglishConnect, la visión de su presidente de misión y la ayuda de sus compañeros fueron clave para abrirle puertas profesionales.

“Si hubiera existido EnglishConnect, lo habría aprovechado de inmediato”.

Algo parecido ocurrió con el élder Carlos A. Godoy, de Brasil. Su presidente de misión lo animó a estudiar inglés, y gracias a ello trabajó en empresas internacionales. Hoy aconseja a los jóvenes a no verlo como un pasatiempo, sino como una prioridad que puede transformar el futuro.

Ronald A. Rasband del Cuórum de los Doce Apóstoles. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

El apóstol Ronald A. Rasband también reforzó este mensaje en un devocional reciente con estudiantes de BYU–Pathway: 

“En los negocios, el inglés es el idioma del mundo. Si lo aprenden, el Señor los bendecirá con más oportunidades”.

EnglishConnect no es simplemente un curso de idiomas. Para muchos representa un trampolín hacia una vida mejor. El programa conecta personas, abre puertas académicas y laborales, y fortalece la confianza personal.

Judith y Alain lo resumen con gratitud: ahora pueden hablar con sus hijos, participar plenamente en la escuela, entender los mensajes en la Iglesia y soñar con un futuro más prometedor.

El inglés se convierte en un lenguaje de esperanza. Y como muestra el caso de EnglishConnect, no importa de dónde vengas: siempre hay un camino para aprender, crecer y progresar.

Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org

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