Dios ha diseñado nuestra vida de tal forma que atravesemos etapas que nos brinden experiencias de desarrollo. Muchas de estas etapas están marcadas por situaciones que no comprendemos, pero que son necesarias para nuestro crecimiento.

Sin embargo, en algunas culturas, las etapas naturales de la vida femenina son consideradas como un motivo de exclusión y rechazo. Frente a esto, la Iglesia de Jesucristo está marcando una diferencia en Nepal con un proyecto que empoderará a las mujeres para luchar contra los estigmas de la sociedad.

El riesgo de las tradiciones culturales

Joven aislada en cobertizo. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

En Nepal existe una tradición cultural llamada “Chhaupadi”, que básicamente es una práctica que sugiere que las mujeres en periodo de menstruación son impuras y deben ser aisladas. A muchas incluso se les obliga a dejar sus casas para vivir en cobertizos alejados. Eso ha causado que hablar de la “menstruación” se convierta en un tabú vergonzoso. 

Como miembros de la Iglesia de Jesucristo, respetamos todas las culturas, pero también creemos que somos hijos de Dios y no merecemos ser rechazados por periodos naturales de la vida como la menstruación.

El Salvador enseñó:

“Y a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres; y se acuerda de los paganos; y todos son iguales ante Dios. (2 Nefi 26:33)

Un proyecto de revolución cultural

Niñas y mujeres en charla de salud menstrual. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

La Iglesia de Jesucristo ha procedido a realizar un proyecto en Nepal con la ayuda de las donaciones de las máquinas expendedoras rojas “Ilumina el Mundo” para luchar contra el estigma social de la menstruación.

Este proyecto cumple con dos objetivos: hacer frente a la desinformación cultural y proporcionar los suministros necesarios. Las donaciones han hecho posible que se brinden clases y charlas informativas sobre la menstruación, así como proporcionar kits con toallas reutilizables para que las mujeres puedan contar con los artículos de higiene indispensables. 

La esperanza detrás de estos esfuerzos es cambiar los prejuicios y la perspectiva social y recordar a las mujeres que su valor no se reduce por las condiciones naturales como la menstruación. Pabitra Jaishi, una de las jóvenes beneficiadas por este proyecto, ha dado testimonio de su impacto.

“Ya no nos obligan a quedarnos afuera. Últimamente, ha habido muchos cambios, incluso en casa”.

La verdad cristiana detrás de la experiencia

Jesucristo fue juzgado y rechazado injustamente. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días 

Puede que no todas las mujeres vivan bajo el mismo prejuicio cultural que en Nepal, pero lo cierto es que todos, hombres y mujeres, experimentamos rechazo y exclusión, ya sea por nuestra apariencia física, religión, sexo, origen étnico, etc.

Puede que así como las mujeres en Nepal, muchos de los prejuicios que vivimos nazcan de la ignorancia, pero no estamos solos en esa lucha. Cuando Cristo estuvo en la tierra, Él sanó a quienes eran rechazados y, así como ellos, tú también puedes experimentar Su presencia fortalecedora.

“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los quebrantados. (Lucas 4:18)

El Salvador también sintió en carne propia lo que significa que te rechacen por causas injustas. Él puede acompañarte en el proceso y siempre extiende Su mano de apoyo mediante personas o proyectos especiales como el de ahora en Nepal.

Fuente: Church News

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