La devocional de apertura del semestre de otoño de BYU-Idaho fue el escenario perfecto para una gran celebración. En medio de un auditorio repleto, se conmemoraron 25 años desde que Gordon B. Hinckley, profeta de la Iglesia de Jesucristo en ese entonces, anunciara el cambio de nombre de Ricks College a BYU-Idaho.
Dicho cambio marcó un hito para la escuela convirtiéndola en una prestigiosa institución universitaria. Sin embargo, la devocional se enfocó en honrar la memoria de Ricks revelando hechos que mantienen vivo su espíritu en el campus a pesar de ya no llevar su nombre.
Entonces, ¿quién fue Ricks?

Thomas E. Ricks fue un gran pionero en la historia de los primeros Santos de los Últimos Días. Su familia se unió a la Iglesia de Jesucristo cuando él era un niño, así que creció siendo testigo de la persecución contra los santos.
Cuando creció, participó en marchas y guerras durante su juventud para defender su fe y también ayudó al profeta Brigham Young a fundar varias colonias en Idaho y Utah. Es así como ayudó a fundar la ciudad que hoy se conoce como Rexburg, Idaho.
Cinco años más tarde, en 1888, estableció la Academia de Bannock Stake con el fin de enseñar a los niños y jóvenes de la zona. Con el tiempo y con mucho esfuerzo, esa academia se convirtió en Ricks College, dejando con ella un legado de fe y servicio al prójimo.
Luego de recordar su historia, el presidente Alvin F. Meredith, presidente de BYU-Idaho declaró:
“El legado de Thomas E. Ricks, así como de los primeros pioneros y líderes posteriores, perdura no solo en los nombres de nuestros edificios, sino, aún más importante, en la cultura y el carácter de este campus”.
El espíritu de Ricks en la cultura de BYU-Idaho

Durante la devocional, el presidente Meredith y su esposa afirmaron que aunque se ha quitado el nombre de Ricks, su espíritu de vida sigue vigente en la esencia de BYU-Idaho. Pero, ¿cómo describimos el espíritu de Ricks?
El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, lo explicó así:
“El Espíritu de Ricks sugiere la espiritualidad, el deseo de obediencia, el cuidado y la calidez personal, la humildad y la modestia, la amabilidad y la preocupación genuina por los demás, las sonrisas brillantes y los saludos alegres, y tantos otros elementos que hacen de esta universidad una institución inusualmente acogedora, solidaria y enriquecedora”.
Esos mismos atributos del espíritu de Ricks son los que BYU-Idaho busca transmitir a los estudiantes. Desde las devocionales semanales y las oraciones antes de cada clase hasta un profundo sentido de obediencia al Código de Honor, cada uno de estos ajustes refleja el deseo de vivir con fe, humildad e integridad tal como lo hizo Thomas E. Ricks.
Por otro lado, el presidente Meredith también destacó el ambiente cálido y amable que se vive en el campus como resultado del espíritu de Ricks.
“Una sonrisa y un saludo pueden parecer simples, pero esta es una forma poderosa de compartir el Espíritu de Ricks al cruzarnos en este campus tan concurrido”, expresó el presidente Meredith.
El impacto de un buen legado

Este momento de reflexión sobre la vida de Thomas E. Ricks nos enseña el gran poder que tienen los buenos legados. Así como BYU-Idaho sigue creciendo bajo el espíritu de Ricks, nosotros también podemos inspirar a los demás si vivimos bajo la guía del Espíritu Santo.
El Salvador Jesucristo enseñó:
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.
Thomas E. Ricks vivió ese principio a lo largo de su vida y, mediante sus buenas obras, muchos han sido bendecidos. Así como él, nosotros también podemos dejar legados de luz que iluminen muchos corazones mediante nuestras buenas obras.
Fuente: Church News



