Un reciente material difundido por miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enumera distintas acciones para respaldar a los misioneros que sirven en diferentes ciudades y pueblos.
Estas recomendaciones buscan fomentar la colaboración activa de las familias y comunidades locales en la labor misional.
La primera sugerencia es alimentar a los misioneros. Su rutina está enfocada en enseñar y servir, lo que reduce su tiempo para preparar comidas. Ofrecer alimentos no solo cubre una necesidad práctica, sino que también les brinda un espacio de confianza y descanso.
Otra recomendación es dar la bienvenida a los misioneros en el hogar. Recibirlos con cordialidad permite que encuentren un entorno seguro y cercano en lugares donde, en muchos casos, no tienen familiares ni conocidos.
Asimismo, se alienta a las familias a invitar a los investigadores —personas que aprenden sobre el evangelio— a sus hogares. Esto ofrece un ambiente más cálido para dialogar, resolver dudas y compartir experiencias de manera natural.
El listado también incluye la invitación a orar por las personas a quienes los misioneros enseñan. Según la tradición de la Iglesia, la oración es una forma de acompañamiento espiritual que fortalece tanto a quienes predican como a quienes escuchan.
De igual forma, se menciona el ayuno como una práctica que puede enfocarse en apoyar la obra misional. Esta acción colectiva refleja un compromiso compartido dentro de la comunidad religiosa.
Otro punto es compartir el evangelio diariamente. No se trata únicamente de grandes eventos o discursos, sino de pequeñas conversaciones cotidianas que pueden abrir la puerta a nuevos aprendizajes espirituales.
En la misma línea, se sugiere compartir creencias en línea. En la actualidad, las redes sociales y las plataformas digitales amplifican la voz de los miembros y permiten llegar a audiencias que antes eran inalcanzables. Testimonios, mensajes breves o publicaciones sencillas forman parte de esta estrategia.
La octava recomendación consiste en acercarse a quienes están luchando con su fe. Estas situaciones, comunes en la vida de cualquier creyente, requieren escucha, empatía y apoyo. La idea es complementar la labor de los misioneros con el respaldo directo de la comunidad.
Finalmente, se sugiere preguntar a los misioneros cómo se les puede ayudar. Esta acción directa evita suposiciones y permite enfocar los esfuerzos en lo que realmente necesitan. Puede tratarse de acompañarlos a una visita, brindar transporte o simplemente facilitar contactos en la zona.
Estas nueve sugerencias representan un conjunto de acciones simples, pero efectivas, para colaborar con quienes dedican su tiempo completo al servicio religioso. Más allá de los aspectos espirituales, se trata de fortalecer redes de confianza y cooperación entre los misioneros y las familias que los reciben.
Referencia: Facebook
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