En TikTok, un video sobre los llamados “mormones core” se volvió viral y superó los 3 millones de visualizaciones

En él, se ve a varios misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días haciendo de todo un poco: tocando guitarra mientras caminan, jugando bajo la lluvia, ayudando a preparar empanadas o mezclando cemento para una construcción.

Pero más allá del entretenimiento, lo que más llamó la atención fueron los comentarios. Cientos de personas compartieron experiencias reales con estos jóvenes que, con camisa blanca y sonrisa amable, siempre parecen estar dispuestos a ayudar a quien lo necesite.

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Historias que se repiten en todo lugar

Los misioneros siempre están sirviendo. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Los comentarios en el video cuentan anécdotas tan tiernas como graciosas:

“Una vez me olvidé las llaves y empecé a gritar para que mi mamá me escuchara… los misioneros que pasaban también empezaron a gritar conmigo para que me abrieran la puerta.” 

“Llegué del colegio y los mormones estaban bajando mis cosas porque me estaba mudando.” 

“Mi mamá les dio cena y terminó poniéndolos a forrar mis cuadernos del colegio.” 

“Siempre los saludo, pero no sé si hacerlo en inglés o en español.” 

“Ayudaron a empujar un auto sin saber que el conductor era un ladrón. Pobrecitos, lo hicieron con toda la buena intención.” 

“Mi familia se encariñó tanto con uno que cuando se regresó a Estados Unidos lloramos.” 

Entre risas, ternura y gratitud, hay algo en común en todas las historias: los misioneros siempre están sirviendo.

No están en todas partes por casualidad

Cada vez que ayudan, cocinan, limpian o simplemente acompañan a alguien, están representando a Cristo.  Imagen: TikTok

Para muchos, estos jóvenes parecen pasar más tiempo fuera de la capilla que dentro. Sin embargo, lo que muchos no saben es que precisamente ahí es donde más se vive el Evangelio.

Ellos dedican entre 18 y 24 meses a servir a tiempo completo, y aunque llevan el mensaje de Jesucristo, predican tanto con sus palabras como con sus acciones. Uno de los comentarios en el video dice:

Si se ponen a pensar desde la perspectiva religiosa, Jesús hacia lo mismo… ser servicial y recorrer lugares diferentes, dar la palabra y hacerse de amigos.

Y es cierto, cada vez que ayudan, cocinan, limpian o simplemente acompañan a alguien, están representando a Cristo.  Lo hacen con alegría, porque servir es una forma de amar.

Como enseñó el Salvador:

“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros.” – Juan 13:35.

Jóvenes comunes con un propósito eterno

Misioneros de la Iglesia de Jesucristo participan de desfile en Perú
Misioneros participan de desfile en Perú. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

A veces se nos olvida que estos misioneros también son jóvenes de 18 a 20 años. Extrañan a sus familias, aprenden un nuevo idioma, cocinan por primera vez o se enfrentan a la lluvia con buen humor. Pero lo hacen porque creen en algo más grande que ellos mismos.

Ellos saben que cada sonrisa, cada pequeño acto de servicio y cada conversación sincera puede acercar a alguien a Cristo.

Por eso no es raro verlos jugar con niños en la calle, ayudar a pintar una casa o simplemente escuchar a quien necesita hablar.

Servir también es predicar

El servicio sincero siempre deja una huella. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

El video viral muestra algo que los Santos de los Últimos Días han aprendido bien: servir al prójimo es una forma poderosa de compartir el Evangelio.

No se trata solo de predicar, sino de vivir lo que se enseña. Cuando los misioneros ayudan sin esperar nada a cambio, demuestran con hechos que el amor de Cristo sigue activo en el mundo.

Y quizá por eso, tanta gente, miembro y no miembro, siente aprecio por ellos. Porque el servicio sincero siempre deja una huella.

¿Alguna vez los misioneros te ayudaron o viviste una experiencia divertida con ellos? Nos encantaría conocerla. Cuéntanos en los comentarios cómo fue ese momento y qué aprendiste de su ejemplo. Porque al final, cada historia de servicio es una historia de fe.

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