A veces creemos que para ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días debemos tener todo en orden: una confianza absoluta en Dios, una vida sin errores y un testimonio inquebrantable. Sin embargo, el evangelio no fue diseñado para los perfectos, sino para los que siguen intentando ser mejores cada día.
Desde los tiempos antiguos, el Señor ha trabajado con personas imperfectas. Pedro negó al Salvador, Pablo persiguió a los cristianos y Nefi se frustró en más de una ocasión. Pero todos ellos fueron instrumentos en Sus manos.
La historia de la Iglesia, desde sus comienzos hasta hoy, está llena de hombres y mujeres que cayeron, se levantaron y siguieron adelante.

La Iglesia no es un museo de santos, sino un hospital para los que buscan sanar. Aquí llegan personas que cargan culpas, dudas, heridas o cansancio. Algunas vienen después de años alejadas; otras aún no entienden todo. Pero todas son bienvenidas, porque la pertenencia en el evangelio no se gana por logros, sino por el deseo de seguir al Salvador.
En el mundo, encajar significa adaptarse a un molde. En la Iglesia, pertenecer es ser aceptado tal como somos, mientras el Salvador nos ayuda a cambiar. A veces sentimos que no damos la talla, que nuestras debilidades nos dejan fuera. Pero Cristo no pide perfección inmediata; pide humildad, esfuerzo y fe.
Pertenecer no es encajar

A través del bautismo y la Santa Cena, hacemos y renovamos convenios con Dios. Estos compromisos no exigen perfección, sino disposición. Cada domingo, al participar de los emblemas, recordamos que el perdón y la pertenencia se renuevan juntos.
El evangelio no nos pide ser perfectos para pertenecer; nos invita a pertenecer para llegar a ser más como Cristo. La verdadera membresía no se mide por asistencia o llamamientos, sino por el esfuerzo diario de seguir aprendiendo y de dejarse transformar.

La Iglesia está formada por personas reales: algunas fuertes, otras heridas, todas con esperanzas y luchas. En esa diversidad está su belleza. Cada testimonio, cada historia y cada intento sincero de mejorar hacen que la comunidad sea más parecida al Salvador.
Porque al final, no necesito ser perfecto para pertenecer. Necesito seguir caminando hacia Cristo, confiando en que Su gracia es suficiente para sostenerme mientras aprendo a ser mejor.
Recursos: Leading Saints
Video relacionado
@masfe.org No necesitas una botella para sentirte bien. Lo que realmente llena el alma no viene en latas ni botellas, viene De Dios ❤️ #alcohol #palabradesabiduria #bebidas #moda #fyp ♬ Walking Around – Eldar Kedem




Q HERMOSO Y REAL TUS PALABRAS LAS AME ♥️
Gracias, Luz. Nos alegra que el mensaje te haya llegado al corazón.