En agosto de 2020, dos misioneras de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fueron atacadas dentro de su apartamento en Houston a las 4 a.m. por un hombre que irrumpió mientras dormían.

Ambas lucharon por sus vidas durante 15 minutos que parecieron eternos. Una de ellas, la hermana Lauren Willardson, recibió nueve puñaladas y llegó al hospital en estado crítico.

Cinco años después, Lauren sanó milagrosamente y en un reciente post de Facebook, ella compartió el testimonio profundo de su recuperación.

“Tus días son conocidos”

Hermana Lauren Willardson en el hospital luego del ataque. Imagen: Post de Facebook de Lauren

Desde el inicio de su testimonio, Lauren sorprende con su gratitud hacia Dios reconociendo que lo que vivió no tiene otra explicación más que la intervención amorosa del Padre Celestial.

Mientras ella y su compañera forcejeaban con el atacante, Lauren describe que oraban al mismo tiempo. Y, después de 15 minutos, el milagro empezó

“Tras la lucha, gracias al poder y la misericordia de Dios, el hombre se marchó”, escribió Lauren.

La cirugía que salvó su vida reveló otro hecho milagroso: si una de las puñaladas en su hombro hubiera ido apenas un grado a la derecha o izquierda, ella se hubiera desangrado antes de llegar a la ambulancia.

Para Lauren, lo que pasó fue el cumplimiento de una promesa del Salvador:

“Tus días son conocidos y tus años no serán acortados”.

Lo que Sus heridas me enseñaron sobre las mías

El Salvador escogió sufrir por nosotros y en Sus heridas, hallamos consuelo. Imagen: Shutterstock

Cuando la levantaron en la ambulancia y vio por primera vez la herida atravesando su mano, Lauren sintió paz en lugar de pánico.

Esa paz provino, según sus palabras, de recordar a “Uno mucho mayor” que también fue herido. Ese recuerdo se hizo más fuerte luego de descubrir que también tenía heridas en el costado y cerca del pie.

Esta experiencia la llevó a comprender la Expiación de Cristo de una forma distinta. Al reflexionar en esto, Lauren escribió:

“No tengo la capacidad de describir lo que se siente al ser apuñalado en la mano… pero como he experimentado estas cosas, ahora puedo decirle al mundo entero: ¡¡NUNCA DUDES DEL INMENSO AMOR QUE TE TIENEN EL PADRE CELESTIAL Y JESUCRISTO!!”

Ese momento le dio a Lauren una, aunque mínima, mirada a lo que Cristo soportó. Aunque ella no escogió sentir dolor, Cristo si lo eligió para ayudarnos a comprender mejor nuestras heridas:

“Tomará sobre sí los dolores y las enfermedades de su pueblo.” (Alma 7:11)

Un recordatorio del amor del Salvador

Lauren agredece a quienes se preocuparon por ella y reconoce el amor del Salvador en su recuperación. Imagen: Post de Facebook de Lauren

En su publicación, Lauren también agradece las oraciones de miles de personas y reconoce la bondad de quienes cuidaron de ella.

“¡GRACIAS! ¡Los quiero mucho! No estaría donde estoy hoy sin ustedes, y me siento honrada de ser su hermana en la familia de Dios”, expresó Lauren en el post.

Su testimonio nos invita a recordar que el amor del Salvador es íntimo y personal para cada uno de nosotros. Un amor que, como dice ella, “te sostendrá cuando no puedas caminar”.

Reflexionemos en la experiencia de Lauren y no esperemos una tragedia para recordar cuán real es ese amor de Dios. Porque Cristo ya lo sufrió todo para que ni tú ni nadie tenga que sobrellevar el dolor solo.

Fuente: Facebook

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