En cierta oportunidad, mi amiga Selpha (nombre cambiado), me hizo una confidencia, “¿Por qué incluso después del proceso de arrepentimiento, es difícil perdonarme por los errores que cometí en el pasado? ¿No estoy haciendo suficiente? ¿El Señor requiere más de mí?”
Uno de los propósitos de venir a esta tierra es que aprendamos lecciones importantes y, finalmente, lleguemos a ser más como nuestro Padre Celestial. Sin embargo, no se requiere que seamos perfectos para este maravilloso plan.
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El Señor sabe que nos equivocamos, por eso Él nos proporcionó el principio del arrepentimiento, que nos permite regresar a Él después de tomar malas decisiones. Pero, ¿qué sucede si aún no podemos perdonarnos por nuestros errores del pasado?
A continuación, mencionaré algunas cosas que podemos hacer para volver a sentir esa dulce paz.
Encontrar consuelo en las palabras de los profetas modernos
Cuando te invada ese sentimiento de culpa, escucha o lee los discursos de los líderes de la Iglesia sobre ese tema. Medita las palabras que sientas que se dirijan exclusivamente a ti. Siempre habrá frases que darán consuelo a tu corazón.
“Sea cual sea el costo del arrepentimiento, se consume en el gozo del perdón”. – D. Todd Christofferson
Aligerar las cargas a través de la confesión
La confesión es una parte importante del proceso de arrepentimiento. Algunos de nosotros podemos sentir: “Oh, ya se lo confesé al Señor y he dejado de hacer esas cosas”.
Sin embargo, cuando seguimos cargando ese pesado sentimiento en nuestros corazones, podría significar que aún necesitamos hablar al respecto con las debidas autoridades del sacerdocio: nuestros obispos.
El Élder C. Scott Grow dijo:
“Por favor no cometas ese error. Si tienes sentimientos de culpa, pero no estás seguro de que necesites confesar tu falta al obispo, ve a verlo; permítele ayudarte. No te arriesgues a cargar con un peso innecesario toda la vida que causará que te sientas abatido. Por medio de la confesión al obispo y el arrepentimiento, el Señor levantará esa carga de tu alma”.
Servir a la manera del Señor
El enemigo utiliza los sentimientos de culpa para hacerte pensar que nunca volverás a ser digno.
Ese pensamiento te llenará de sentimientos de insuficiencia y hará que te olvides de los demás. Sin embargo, servir es la manera más segura de sentir paz y gozo. Sal, sirve y nunca dejes de obedecer los mandamientos del Señor.
Orar al Señor
Satanás desea detener el progreso de tu alma arrepentida. Él desea que creas que no tienes esperanzas y que no te puedes arrepentir. Sin embargo, el Señor nunca pondrá palabras de desánimos en tu corazón.
El Élder Neil A. Andersen dijo:
Testifico que el Salvador puede perdonar nuestros pecados y que está ansioso por hacerlo. Con la excepción de aquellos que han optado por la vía de la perdición luego de haber conocido la plenitud, no hay pecado que no pueda ser perdonado.
Qué privilegio maravilloso es para cada uno de nosotros apartarnos de nuestros pecados y venir a Cristo. El perdón divino es uno de los frutos más dulces del Evangelio, pues quita el remordimiento y el pesar de nuestro corazón y lo reemplaza con regocijo y tranquilidad de conciencia.
El Señor conoce los deseos de tu corazón. Solo Él puede darte la seguridad de que has sido perdonado. Escúchalo y cree en Él.
¿Es posible que te perdones después de haberte equivocado? ¡SÍ!
Uno de los mensajes más hermosos y llenos de esperanza sobre el arrepentimiento es que todos tenemos la oportunidad de regresar al camino correcto.
Debido a la Expiación del Salvador, no hay error que no pueda ser perdonado ni carga de culpa que no pueda ser removida.
Sí, es difícil, pero no debes pasar por esto solo. Al escuchar las palabras de los líderes, pedir la ayuda del obispo, servir y orar al Señor, puedes volver a sentir paz.
Fuente: faith.ph