12 formas de apoyar a las familias donde no todos son miembros en tu barrio o rama

familias donde no todos son miembros

Aquí hay algunos consejos sobre cómo puedes apoyar mejor a las familias donde no todos son miembros de la Iglesia.

Muchas familias de Santos de los Últimos Días tienen un padre o cónyuge que es menos activo o que no es miembro de la Iglesia. Sin embargo, eso no significa que no podamos encontrar maneras de amarlos e incluirlos en nuestras propias actividades como barrio y familia. 

Como miembros de la Iglesia, consideramos que el matrimonio en el templo es el matrimonio ideal, con ambos cónyuges que asisten a la Iglesia juntos. Pero este matrimonio ideal a menudo se aleja de la realidad que experimentamos en nuestros barrios y ramas.

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A pesar de las circunstancias, aquellos con cónyuges que no son miembros de la Iglesia todavía desean participar y experimentar las bendiciones que vienen de vivir el Evangelio de la mejor manera que les es posible.

Y, como el resto de nosotros, su mejor oportunidad viene con el amor y el cuidado de su barrio o rama. Aquí hay algunas cosas que podemos hacer para apoyar y fortalecer a las familias donde no todos son miembros en nuestro barrio.

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1. Acepta y respeta a esa familia tal como es

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Evita hacer suposiciones sobre porqué un cónyuge es miembro y el otro no. Las familias donde no todos son miembros se dan por todo tipo de razones.

Nuestro trabajo no es preguntar por qué son como son, sino preguntar cómo podemos amarlos y apoyarlos. Si tienes la tentación de juzgar sus circunstancias, elige orar por ellos y pregúntales cómo puedes ayudarlos.

Luego toma acción sobre la inspiración que recibas. Enseñemos a nuestros hijos a hacer lo mismo, a amar a todas las familias de nuestro barrio.

2. Sé sensible para con su situación familiar

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En algunas familias donde no todos son miembros, el cónyuge que no es miembro es un gran apoyo, pero en otros casos, no lo es.

Lisa, una madre de tres hijos cuyo esposo se unió a la Iglesia antes de casarse, pero que se mantuvo activo sólo por un breve tiempo, compartió: 

“No quiero que me traten de manera diferente en la Iglesia, pero necesito que mis líderes tengan en cuenta la compleja dinámica de nuestra familia. Cosas como enseñar en casa y alimentar a los misioneros pueden ser algo muy complicado. La gente desea que participe de ello, pero yo no hablo por los dos.”

A medida que conozcamos a las familias donde no todos son miembros de nuestros barrios consideremos con compasión sus circunstancias y tratémoslas como nos gustaría que nos traten.

3. Realiza actos de bondad

servir en una misión

Cuando se trata de las familias donde no todos son miembros, los actos sencillos de bondad pueden hacer toda la diferencia.

Considera sentarte junto a un miembro cuyo cónyuge está ausente en la Iglesia. Si ves a un miembro que lucha por controlar a sus hijos durante la reunión sacramental, ofrece tu ayuda, no sólo por un domingo.

Cuando planifiques tu próxima visita al templo, comparte con alguien que sabes que de otra manera asistirá solo. Si bien esas invitaciones nos pueden parecer pequeñas, puedo asegurarles que hacen una gran diferencia en aquellos que incluimos.

4. Inclúyelos socialmente

Una hermana, a pesar de que su esposo no estaba interesado en conocer a la Iglesia, deseaba haber sido incluida más socialmente con otros miembros de su barrio. 

Independientemente de las actividades familiares que disfrutes, piensa en invitar a una familia que tal vez no venga a la Iglesia, pero que se beneficiaría si se pasan un momento divertido con tu familia.

5. Enfócate en los aspectos positivos

En lugar de enfocarte únicamente en las desventajas que puede experimentar una familia porque no todos son miembros activos o miembros de la Iglesia, elige edificarlos y celebra con ellos todas las cosas maravillosas que están sucediendo.

Asegúrate de que los padres sepan lo conmovidos que están por tu compromiso con la familia. Deja que lo bueno que están haciendo te inspire a actuar en tu propia familia.

6. Respeta cómo se siente el cónyuge que no es miembro de la Iglesia

Elaine, quien estaba casada con un no miembro, expresó: 

“Es genial poder incluir a todos cuando sea posible, así mismo, quienes no son miembros no debe sentir que son el próximo en la lista y que deben ser bautizados. Sin embargo, si ellos hacen preguntas, respondan con sinceridad, pero sean sensibles con aquellos que no quieren saber nada.”

Otra hermana dijo que por mucho que ame a los misioneros, no quiere que todos los nuevos compañerismos que llegan a su barrio desafíen a su esposo a que sea bautizado, aunque sea su deseo que algún día se bautice.

7. Valorar al cónyuge menos activo o no miembro

por qué las personas se alejan de la iglesia

Recuerda que son seres humanos y son hijos de Dios.

Ruth, madre de un niño de 10 años, compartió: 

“¡Mi esposo no miembro es el mejor padre de todos! ¡No asumas lo contrario! Invítalo a participar. No puede realizar una ordenanza, pero sería un gran líder. 

Como sus habilidades son a menudo pasadas por alto por parte de los miembros de la Iglesia, hacemos nuestras actividades ‘extracurriculares’ fuera de la Iglesia. Por ejemplo, aproximadamente cada seis meses, enseñamos a pescar a algunos de los chicos del Club de Exploradores… Él es un excelente pescador.”

No asuman que, debido a que alguien no es miembro de la Iglesia, no desea participar en ciertos aspectos o no que está interesado en compartir sus talentos con el barrio o rama.

8. Apoya el crecimiento espiritual de la familia

cambio

Las experiencias que tenemos en la Iglesia nos brindan numerosas oportunidades para aprender y crecer juntos espiritualmente. Algunos de nosotros tenemos la misma oportunidad en nuestra casa, de enseñar y compartir el evangelio juntos.

Pero para aquellos cuyo cónyuge no está involucrado en la Iglesia o tal vez no apoya la participación de su cónyuge, la vida espiritual puede ser muy solitaria de lunes a sábado.

Si bien no podemos crear ese ambiente espiritual en la casa de otro miembro, aún podemos hacer una diferencia positiva en ellos durante la semana.

Entre otras cosas, podemos iniciar una conversación con el miembro sobre el discurso de una conferencia reciente, compartir una de nuestras escrituras favoritas y pedirle la suya, o quizás establecer un objetivo de estudio de las Escrituras juntos.

Si bien el cuidar y preocuparnos por ellos puede ser una bendición para esos miembros, también puede beneficiarnos a medida que comparten su testimonio e impresiones espirituales con nosotros porque quizás no tienen la oportunidad de compartirlas abiertamente en su casa.

9. Marca la diferencia como un maestro fiel, hermanos y hermanas ministrantes, o líder

Escrituras

Las familias donde no todos son miembros de la Iglesia se benefician de nuestro esfuerzo y consideración al tratar de cumplir con las responsabilidades de nuestros llamamientos en la Iglesia. 

Como maestro, ten en cuenta las circunstancias de las familias donde no todos son miembros cuando prepares y presentes las lecciones en oración. El matrimonio en el templo puede ser un tema particularmente sensible. Busca el Espíritu para que te ayude a elevar y alentar a cada miembro de la clase.

Los hermanos y hermanas ministrantes tienen una oportunidad única de brindar apoyo individual en el hogar. Pueden invitar a todos los miembros de la familia a estar presentes cuando los visiten y compartan su mensaje en lugar de asumir que los que no son miembros no desean ser incluidos.

Hermanos, asegúrense de ofrecer las bendiciones del sacerdocio a las familias donde no todos son miembros, según corresponda. Hermanas, no pierdan la oportunidad de compartir un mensaje espiritual cada vez que los visiten.

Los líderes pueden asignar personas con un gran testimonio y al mismo tiempo que sean sensibles a las circunstancias que podrían impedir la participación total en las actividades u ordenanzas de la Iglesia de las familias donde no todos son miembros. 

También podemos invitar a los miembros del barrio a aceptar, amar y prestar servicio sin importar las diferentes circunstancias familiares de una familia en el barrio o rama.

10. Pregunta cómo puedes ayudar a su familia

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A veces es apropiado tratar de leer entre líneas en cuanto a cómo podemos apoyar a una familia donde no todos son miembros. A veces simplemente es mejor preguntar. Hazle saber al miembro que eres consciente de su situación y que eres sincero en tu deseo por apoyarlos.

Cuando el miembro se sienta cómodo compartiendo las necesidades de su familia, agradece su confianza en ti haciendo lo que esté a tu alcance para satisfacer esas necesidades.

11. Vive el Evangelio

foto Conferencia General

Kim, una Santo de los Últimos Días, compartió que lo mejor que nosotros, como miembros de la Iglesia, podemos hacer para apoyar a las familias donde no todos son miembros es vivir el Evangelio. 

Ella dijo esto en parte porque su esposo ha observado de cerca a los miembros de la Iglesia a lo largo de los años y ha quedado impresionado con la forma en que buscan vivir sus creencias.

Si nosotros, como miembros de la Iglesia, vivimos nuestras creencias, nos abstenemos de juzgar las situaciones de otras familias y ejercemos compasión. Si vivimos el Evangelio, bendeciremos sus vidas y a la vez seremos bendecidos con amistades y experiencias que de otro modo nos habríamos perdido.

12. Recuerda que la constancia es clave

Si bien, en ocasiones, hacer grandes esfuerzos para apoyar a una familia donde no todos son miembros puede tener un impacto positivo, la mayor diferencia se hace al hacer esfuerzos constantes en el tiempo.

Como miembros de la Iglesia, podemos elegir en oración una o dos familias donde no todos son miembros para poder acercarnos y apoyarlos constantemente. Empieza con una invitación a cenar o lávales un postre. 

A medida que conozcas a estas familias, la amistad florecerá y el ser constante será más fácil porque los amarás y los incluirás de manera natural en tu círculo social.

Sé constante en tus demostraciones de amor y lograrás una diferencia positiva y duradera para todos.

Este artículo fue escrito originalmente por Debra Sansing Woods y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “12 Ways to Support Part-Member Families in Your Ward or Branch

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