Una guía rápida para los obispos ocupados

nuevo manual general obispo entrevistando

Ser obispo de barrio es una responsabilidad sagrada y, al mismo tiempo, desafiante. Muchos obispos han sentido el peso de su llamamiento, especialmente después del cambio anunciado en 2019 por el presidente Russell M. Nelson, que los invitó a asumir un papel más activo en la guía de los jóvenes. 

Esto ha traído grandes bendiciones, pero también ha generado preguntas: “¿Por qué no llamar a un presidente de Hombres Jóvenes de barrio como solíamos hacer?” se preguntan algunos obispos.

 La respuesta está en Doctrina y Convenios 107:15: “El obispado es la presidencia de este sacerdocio [arónico] y tiene las llaves o autoridad del mismo”.

Los obispos tienen las llaves para bendecir a la generación en ascenso. Sin embargo, también tienen consejeros, líderes y recursos en el barrio que pueden ayudarles a cumplir su llamamiento sin sentirse abrumados.

Delegar con sabiduría

El arte de delegar es una habilidad esencial en cualquier liderazgo, y la Iglesia no es la excepción. Charles Malone, en su libro El arte de la delegación, escribió: “Delegar tareas… es una forma infrautilizada de maximizar su tiempo y eficiencia, así como de empoderar a las personas con las que trabaja”.

Los obispos han sido llamados a confiar en los cuórum de élderes y en la Sociedad de Socorro para atender muchas de las necesidades temporales y espirituales de los miembros. Aunque los obispos son jueces en Israel y deben escuchar confesiones, el élder Quentin L. Cook enseñó en abril de 2021 que otras entrevistas de seguimiento pueden ser delegadas a líderes con revelación para guiar a los miembros.

En barrios grandes con muchos jóvenes, el obispo puede asignar tareas administrativas y organizativas a un secretario ejecutivo asistente del barrio (Manual General 7.3). Este hermano podría encargarse de la coordinación de actividades, la comunicación con asesores y especialistas, y el seguimiento con los padres, permitiendo al obispo centrarse en ministrar a los jóvenes de manera más efectiva.

Comunicar expectativas con claridad

Delegar no solo implica asignar responsabilidades, sino también comunicar expectativas de manera efectiva. Cuando los asesores y especialistas entienden bien sus funciones, pueden desempeñarse con autonomía y confianza. Por ejemplo:

  • «Hermano Jones, usted es el consejero sobre la Santa Cena».
  • «Hermano Kim, como asesor, necesitamos que supervise las actividades semanales de Hombres Jóvenes».
  • «Hermano y hermana Donalson, ustedes serán los especialistas en la fortaleza de la juventud en la sala».
  • «Hermano Ramírez, usted es el especialista en campamentos».

Al establecer expectativas claras, los líderes pueden trabajar con más independencia y efectividad, reduciendo la carga sobre el obispo y asegurando que los jóvenes reciban el apoyo y la guía que necesitan.

Un modelo divino de liderazgo

El mejor ejemplo de delegar y comunicar expectativas es nuestro Padre Celestial. Él ha confiado en nosotros para llevar a cabo Su obra en la tierra, dándonos responsabilidades claras y el albedrío para actuar. A medida que los obispos aprenden a delegar y comunicar con claridad, están desarrollando un liderazgo más semejante al de Dios.

Los obispos tienen una labor sagrada con la juventud de la Iglesia. Con inspiración, delegación sabia y comunicación efectiva, pueden cumplir su llamamiento sin sentirse abrumados, fortaleciendo a la próxima generación de Santos de los Últimos Días.

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