Si bien una de las enseñanzas más valiosas del Evangelio de Jesucristo es la certeza de reencontrarnos con quienes han perdido la vida, el dolor que experimentamos tras la partida terrenal de un ser querido es —casi— inevitable.
Es por ello que, como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, siempre que la familia lo permita, ofrecemos y participamos de servicios fúnebres o velorios para las personas fallecidas.
Llanto como expresión de amor
En el Libro de Mormón, aprendemos a:
“Est[ar] dispuestos a llorar con los que lloran; sí, y a consolar a los que necesitan de consuelo” (Mosíah 18:9).
Lamentar la muerte de un familiar o amigo cercano no es significado de debilidad o falta de fe. Al respecto, el presidente Russell M. Nelson enseñó:
“Sea cual sea la edad, lloramos por los seres amados que se van. Ese llanto es una de las más profundas expresiones de amor puro… Más aun, no podríamos apreciar plenamente el gozo de reunirnos después, sin estas tristes separaciones de ahora”.
Por lo tanto, como homenaje y símbolo de ese amor que sentimos por aquel ser que partió, así se desarrolla un velorio Santo de los Últimos Días:
Apoyo en la planificación
Antes de efectuar los servicios fúnebres —a medida que la familia lo permita— en el Manual General se invita a los líderes y miembros de la Iglesia a apoyar en diferentes preparativos:
- Notificar a amigos y parientes.
- Ayudar con los obituarios.
- Ayudar a planificar el funeral u otros servicios.
- Ayudar a realizar los trámites relacionados con la funeraria y el cementerio.
- Vestir el cuerpo para la sepultura.
- Preparar comidas.
¿Dónde se realizan?
Para los velatorios, los centros de reuniones de la Iglesia se ponen a disponibilidad siempre que lo desee la familia, y la instrucción es que la capilla se abra, por lo menos, una hora antes del horario previsto.
¿Existe alguna instrucción sobre su desarrollo? Debido a que los velatorios son costumbres que pueden variar de acuerdo a cada país y cultura, solamente hay indicaciones generales acerca de los servicios funerarios.
¿Quién dirige?
En principio, debemos aclarar que incluso en las instalaciones de la Iglesia, no se cobra por los servicios de velatorio o fúnebres. Así como tampoco ninguno de los líderes recibe remuneración por oficiar el programa.
Según el Manual General:
- Si se lleva a cabo en un edificio de la Iglesia, el obispo lo dirige.
- Si el funeral se efectúa en una casa, en una funeraria o junto a la tumba, la familia podría pedir al obispo que lo dirija.
- Si el obispo no pudiera, un consejero del obispado podría dirigir el servicio.
Las instrucciones de la Iglesia nos recuerdan que, mientras el velorio o funeral sea dirigido por el obispo, se trata de un servicio religioso, por lo cual debe ser una “ocasión espiritual”, donde prevalece el espíritu de reverencia y dignidad.
¿Qué incluye el programa?
El Manual General señala que, aunque el obispo o uno de sus consejeros dirijan, ellos deben asegurarse de tomar en cuenta los deseos de la familia y garantizar de que el funeral sea sencillo y digno, considerando:
- Música
- Discursos breves centrados en el Evangelio.
La recomendación es enfatizar en el consuelo que ofrece Jesucristo gracias a Su Expiación y Resurrección. Recordar el dulce reencuentro que nos espera.
Dentro del manual, no se especifica si hay miembros o líderes en particular que deban ofrecer los mensajes; sin embargo, sí se recalca que los familiares no están obligados a discursar ni a participar de ninguna otra manera en el servicio.
Como pauta específica final sobre el velatorio, se indica que, siempre que la familia lo desee, se puede ofrecer una oración familiar.
Dedicación de la sepultura
Si bien se puede ofrecer una oración dedicatoria al lado de la sepultura en caso así lo prefiera la familia, una parte importante del funeral es la dedicación de la sepultura efectuada por un poseedor del Sacerdocio de Melquisedec autorizado por el líder que preside el servicio.
Para efectuar la dedicación de la sepultura, el poseedor del Sacerdocio de Melquisedec seguirá las siguientes pautas:
- Se dirige al Padre Celestial tal como en una oración.
- Declara que actúa por la autoridad del Sacerdocio de Melquisedec.
- Dedica y consagra el lugar de la sepultura como sitio de descanso para el cuerpo del fallecido.
- Ruega que el lugar sea santificado y protegido hasta la resurrección (donde sea apropiado).
- Pide al Padre Celestial que consuele a la familia y expresa los pensamientos que le dicte el Espíritu.
- Termina en el nombre de Jesucristo.
¿Qué no se hace?
Si bien se insta a seguir los deseos de la familia y ceñirse a las costumbres y leyes locales, sí existen algunas recomendaciones que la Iglesia pide evitar:
- Se desaconseja a los miembros realizar anuncios públicos elaborados, pagos a la familia, banquetes de larga duración y celebraciones de aniversario excesivas.
- Los miembros de la Iglesia que participen en servicios para personas fallecidas no deben aceptar pagos.
- En un servicio fúnebre realizado en un salón sacramental no se deben incluir presentaciones en video.
- Los funerales deben empezar a tiempo. Por lo general, no deben durar más de una hora y media, como cortesía para con los asistentes.
- Normalmente, los funerales no se llevan a cabo los domingos.
Servicios para hermanos de otra fe
Finalmente, debemos recordar que las instalaciones de la Iglesia no son exclusivas para los miembros, por lo cual también se ponen a disposición para efectuar funerales de personas con otra religión, siguiendo las siguientes pautas:
- Si la persona fallecida pertenecía a otra iglesia, el servicio, por lo general, podría llevarse a cabo en la forma prescrita por esa iglesia.
- Si la familia lo desea, el servicio lo puede dirigir un clérigo de esa iglesia, siempre y cuando se haga de manera digna y apropiada.
- Sin embargo, en los centros de reuniones de la Iglesia no se pueden llevar a cabo rituales de otras iglesias ni organizaciones.
Si bien las despedidas terrenales generan una tristeza y dolor incomparables, siempre podremos hallar gozo en las palabras del profeta Abinadí, quien precisamente fue víctima de una muerte cruel y tormentosa:
“Mas hay una resurrección; por tanto, no hay victoria para el sepulcro, y el aguijón de la muerte es consumido en Cristo” (Mosíah 16:8).
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@masfe.org ¿De dónde venimos? ¿Por qué estmos aquí? y ¿Que pasará con nosotros luego de esta vida? En el video anterior respondimos la primera pregunta y hoy te ayudamos a responder la segunda. Dios creó al hombre en la tierra para que así pueda alcanzar su potencial divino, pero para eso era necesario que exista una oposición, por medio de la cual la prueba de la vida inició. Si quieres saber más sobre este plan que Dios tiene para ti y encontrar la respuesta a las otras preguntas, síguenos y comparte el video para la parte 3. plandesalvacion preguntaexistencial respuestas sabiasque cristianos tiktokcristiano sud jesus angeles biblia dios plandedios