Con el respaldo y el cariño de la Primera Presidencia, el élder David A. Bednar del Cuórum de los Doce Apóstoles brindó un poderoso testimonio en Corona, California, el pasado 9 de junio. En su mensaje, afirmó que el Salvador Jesucristo conoce a cada individuo de manera personal.
“La obra del Señor se realiza uno por uno”, declaró el élder Bednar, refiriéndose al Sermón del Monte. “Él no habla a una congregación; Él le habla a un grupo de ‘unos’ sentados en la ladera. Nos conoce por nuestro nombre”.
Vivimos una época extraordinaria en la Iglesia
A pesar de la creciente turbulencia en el mundo, que parece volverse más desafiante cada día, el élder Bednar aseguró que estamos viviendo una época de milagros. Los santos pueden acudir al Salvador en busca de esperanza, sanación y fortaleza.
“Vivimos una época extraordinaria en la historia de la Iglesia restaurada del Señor”, expresó. “En esta gran época, mientras esta aceleración de la obra continúa en todo el mundo, por favor expresen su gratitud por estar vivos ahora”.
El Templo: Un faro de paz y poder
El élder Bednar compartió sus recuerdos de una juventud marcada por la incertidumbre. Habiendo crecido durante el inicio de la Guerra Fría, recordó los simulacros de bombas nucleares en su escuela primaria y la incertidumbre sobre si viviría para casarse y formar una familia. Sin embargo, encontró alivio en los convenios y ordenanzas del Templo de Oakland, California.
“La casa del Señor fue un recordatorio del Señor Jesucristo, de quién es Él y de lo que hizo. Me brindó perspectiva y poder para hacer cosas que ningún niño que creciera en ese lugar en ese tiempo podría haber imaginado”, reflexionó.
Continuó:
“Todas las cosas que más importan en mi vida se centran en el Señor Jesucristo debido a lo que está disponible en Su casa”.
El élder Bednar recordó que en los primeros días de la Restauración, los Santos de los Últimos Días emigraban a Utah para encontrar Sion. En la década de 1970, el presidente Spencer W. Kimball invitó a los miembros a edificar Sion dondequiera que estuvieran. De manera similar, el élder Bednar destacó que asistir a la casa del Señor es una oportunidad para llevar Sion de regreso a casa.
“No vamos a la casa del Señor para escapar”, enfatizó. “Vamos allí para que se nos recuerde, para ser renovados y revitalizados, para que podamos tomar lo que aprendemos allí y llevarlo a nuestros hogares”.
Un testimonio sencillo pero poderoso
El élder Bednar concluyó su mensaje con un testimonio sencillo y poderoso del Salvador:
“Jesucristo, el Hijo de Dios, pagó una deuda que no tenía, porque ustedes y yo tenemos una deuda que no podemos pagar. Esa es la gracia de Cristo mediante Su expiación”.
Este mensaje del élder Bednar sirve como un recordatorio del amor individual y personal que el Salvador tiene por cada uno de nosotros, y de la fortaleza y esperanza que podemos encontrar en Él y en Su casa.
Fuente: The Church News