El Templo de Trujillo cumple 6 meses de ser una bendición para los miembros peruanos

Templo de Trujillo

El templo de Trujillo, Perú fue dedicado por el Presidente Dieter F. Uchtdorf un maravilloso 21 de junio del 2015. Ese día ha quedado grabado en el corazón de miles de personas. La dedicación de La Casa del Señor no es un hecho cotidiano y desde que se anunció la construcción el 13 de diciembre del 2008 por el profeta Thomas S. Monson, se generó una profunda esperanza para todos los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Aquel domingo de junio, el clima era perfecto, era el día en el que todos contemplaban el sacrificio y dedicación de miles de miembros y amigos de la iglesia. Se había edificado la Casa del Señor para efectuar ordenanzas sagradas y eternas. Se sentía un espíritu de gratitud y amor nunca antes experimentado. Todos esos días eran días de gozo y paz. Sabíamos que éramos un pueblo escogido y amado por el Señor.

Recuerdo que observaba a mi alrededor a familias y a mí familia sonreír. Sabía que muchos de nosotros habíamos experimentado muchos desafíos y que era un milagro que estuviéramos de pie participando de un acontecimiento tan importante. En ese momento, entendí que el Señor nos prepara y nos moldea para ser humildes y obedientes cuando una bendición grande nos espera.

Sabía que también  existía oposición para que muchas familias se queden en el camino  y de eso nos advirtieron las autoridades generales, pero sé que vencimos esa oposición y aquella hermosa mañana contemplamos a un profeta del Señor dedicar el tan esperado Templo de Trujillo.

Un angelical coro acompañó las ceremonias dedicatorias y escuchamos al Presidente Uchtdorf decirnos: “Desde ahora, deberán llevar su vida de la misma forma que se comportan en el templo.” Para nosotros, los miembros de la región que comprende el templo, se ha convertido en nuestro lugar de refugio y consuelo. Cuando asistimos al templo sentimos una paz que no se puede sentir en ningún otro lugar del mundo.

Mientras redacto este artículo viene a mi mente muchos testimonios de personas que en estos 6 meses han ganado debido a su asistencia y servicio en el templo. No puedo contener las lágrimas y la alegría de saber que esta obra avanza y no solo por los de este tiempo sino por los que ya no nos acompañan y las que están por venir.

Día a día puedo ver que el sacrificio y amor por esta Casa del Señor continúa como el primer día. El presidente del templo y sus consejeros con sus amadas esposas, los hermanos de registros y mantenimiento del templo, los obreros, los misioneros y voluntarios del templo, las hermanas del Centro de Distribución todos ellos tan dispuestos a servir con amor y humildad a todos los hermanos que llegan de distintos lugares. No existen palabras para describir la felicidad en los rostros de todas las personas que efectúan sus ordenanzas sagradas en la Casa del Señor.

Sé que esta obra es real y es del Señor y sé que los templos son literalmente la Casa del Señor. Es nuestro lugar de refugio donde hallamos sabiduría, paz y consuelo. Este artículo está dedicado a cada una de las personas que dieron y dan mucho de ellas desde el anuncio de la edificación, la primera palada, la construcción, la jornada de puertas abiertas,  el evento cultural, la dedicación del templo y el funcionamiento del templo.

“Cantemos, gritemos, con huestes del cielo: ¡Hosana, hosanna a Dios y Jesús! A ellos se ha dado loor en lo alto, de hoy para siempre, ¡amén y amén!”

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