La vida no es fácil. Como dice el dicho: “Nadie sale vivo”.Ya lo largo del camino hay obstáculos en el recorrido que pueden hacerle caer tan mal que podría necesitar mucho tiempo para volver a la ruta. Pero podemos encontrar consuelo en el Salvador en tiempos difíciles.
He sido bendecida con amigos maravillosos. Un amigo en particular es un chico muy honrado.Éles policía, ama a su familia, y se dedica a las buenas causas. Por desgracia, también luchó contra el cáncer, al menos una vez, y está luchando de nuevo. Su familia es increíble y está a su lado. El barrio hace todo lo posible para apoyarlo también. Pero aunque hay mucho de una lucha contra el cáncer que puede venir de lugares externos,él debe encontrar la mayor fuerza desde dentro.Y estoyseguro que encuentra un gran consuelo en su Salvador.
Hay una hermosa y joven madre muy dulce cuya hija asiste a preescolar con mi hijo pequeño. Cuando estaba embarazada de su segundo bebé tuvo problemas.Ydespués de que nació el bebé se determinó que necesitaba una histerectomía.Y, por desgracia, descubrió que estaba en cuarta etapa de cáncer, a los 24 años. Ella ha sobrevivido un año más allá del diagnóstico, lo que es un milagro.Yella sigue haciendo todo lo que puede para estar allí para sus niñas. Aunque pasa dolor todos los días encuentra con un gran consuelo gracias a su Salvador.
Existen numerosos ejemplos de historias como las de mis amigos en todo el mundo. Esta vida no está destinada a ser como vacaciones en la playa con suaves brisas. Pero cuando los fuertes vientos parecen tirar toda la comodidad lejos de nosotros, tenemos un arma secreta. Nuestro Salvador, Jesucristo, sufrió todas estas cosas para poder saber cómo apoyarnos en nuestras pruebas y desafíos. Esto significa que Él sabe lo que se siente tener esa migraña asesina.Élconoce el dolor del divorcio.Élconoce el dolor de la separación que se produce cuando un ser querido pasa a la siguiente vida.Éllo sabe todo, y está en una posición única para ayudarnos.
Tengo un querido tío que hace unos años tuvo una experiencia cercana a la muerte. Después me contó que le tomó años para volver a ver las cosas de otro modo que no fuera totalmente lúgubre, porque el otro lado era tan brillante y luminoso.Tuve un sueño poco después de esta conversación en el que yo estaba tomando un viaje en ascensor y el chico que manejaba los botones vestía todo de blanco. Se abrió la puerta y había un campo de hierba con flores y árboles. El campo era notable porque cada brizna de hierba, cada flor, parecían estar iluminadas desde adentro. Los colores eran muy vivos, más allá de lo que jamás había visto. Era como si todo el lugar perteneciera a OZ.Yel ascensorista dijo: “Vaya, piso equivocado”, y cerró las puertas. Ya sé que esto era sólo un sueño. Pero me gusta pensar que puede ser así como se ve el cielo.Ycuando estoy luchando con la pérdida de un amigo pienso en ese hermoso lugar.Y encuentroconsuelo a través de mi Salvador. Consuelo de que mis seres queridos están siendo cuidados, de que están en un lugar maravilloso.
Admiro mucho a Russell M Nelson, un alto líder SUD.Élera un cirujano del corazón antes de comenzar a trabajar con la Iglesia.Y él hadicho:
Vivir una vida cristiana.
Lea todos los artículos de Patty haciendo clic sobre la foto.“Reconozco que, a veces, algunas de nuestras más fervientes oraciones quedan al parecer sin respuesta. Nos preguntamos: “¿Por qué?”. ¡Sé lo que se siente! Conozco los temores y las lágrimas de esos momentos. Pero también sé que nuestras oraciones nunca son desoídas, que nuestra fe nunca pierde su valor. Sé que la visión de nuestro omnisciente Padre Celestial es infinitamente más amplia que la nuestra. En tanto nosotros sabemos de nuestros problemas y dolores mortales, Él sabe de nuestro progreso y potencial inmortales. Si oramos para conocer Su voluntad y someternos a ella con paciencia y con valentía, la sanidad celestial tendrá lugar a Su propia manera y a Su tiempo”.
-Russell M. Nelson, “Jesucristo, el Maestro Sanador”, Liahona, noviembre de 2005
“¡Jesús sufrió profundamente porque nos ama profundamente! Él desea que nos arrepintamos y nos convirtamos, para poder sanarnos totalmente.
Cuando estemos llenos de pesares, será el momento de profundizar nuestra fe en Dios, de trabajar más arduamente y de prestar servicio a los demás. Entonces Él sanará nuestro corazón desgarrado de dolor. Él nos dará paz y consuelo. Esos grandes dones nunca serán destruidos, ni siquiera con la muerte”.
-Russell M. Nelson, “Jesuristo, el Maestro Sanador”, Liahona, noviembre de 2005
Me da un gran consuelo el consejo que el élder Nelson nos da. Cuando estaba en la universidad, lejos de casa, me deprimí terriblemente. Todo el mundo a quienes quería estaba muy lejos, y yo estaba sola por primera vez.Y se medio este consejo de servir a los demás para superar la depresión. Ahora bien, esto no era una depresión clínica. A veces necesitamos medicación y ayuda médica. Pero la mía estaba lejos de ser grave.Así que fuia un hogar de ancianos local y me ofrecí de voluntaria.Mehice amiga de una mujer que estaba sola aún más que yo por sus seres queridos. Toda su familia había pasado a mejor vida.Ysu optimismo y fortaleza se convirtieron en míos.Llegué aamarla profundamente.Yjuntas encontramos consuelo a través de nuestra amistad.
Esta vida no se supone que sea fácil. No necesitamos el apoyo y la fuerza cuando la vida es buena como lo hacemos cuando es dura.Creo que el Señor hace esto con un propósito.Élquiere que seamos lo suficientemente humildes como para aceptar los cambios que necesitamos hacer en nosotros mismos para llegar a ser más como Él.Y así Élnos envía esas experiencias de moldeo para que un día seamos mucho mejores de lo que somos hoy. Estoy muy agradecida por este conocimiento.Yestoy agradecida por el consuelo que encuentro a través de mi Salvador.