2 maneras en que Satanás NO puede tentarte

satanas

La lucha por nuestra salvación es real, es por ello que debemos anticipar la manera en que el enemigo nos tentará.

Ninguno de nosotros está exento de los engaños del enemigo ni de sus tentaciones. 

En la Ilíada, Tetis sumergió a su hijo, Aquiles, en el río Styx para volverlo invulnerable. Ella tuvo éxito en su cometido, no obstante, la única parte que no fue sumergida fue el talón del cual lo sostuvo para sumergirlo. 

Todos nosotros somos vulnerables; todos tenemos un “talón de Aquiles”, y el adversario lo sabe; es más, él sabe exactamente cuál es. Imagen: Canva

Es así como nació la historia del talón de Aquiles, su única debilidad. 

Todos nosotros somos vulnerables; todos tenemos un “talón de Aquiles”, y el adversario lo sabe; es más, él sabe exactamente cuál es.

También conoce el “talón de Aquiles” de nuestros seres amados, amigos, compañeros de cuarto, hermanos y hermanas, y padres.

Él busca utilizar todas nuestras debilidades para su propio provecho.

¿De qué manera nos podemos prepararnos para no temer? Imagen: Canva

¿Sabemos cuál es nuestro “talón de Aquiles” y qué debemos hacer para protegerlo? ¿Sabemos cuáles son nuestras debilidades y las situaciones que debemos evitar? 

El capitán Moroni sabiamente fortificó primero las ciudades más débiles (Alma 49:14-5) y, de la misma manera, nosotros también podemos estar más protegidos contra los ataques del adversario.

Una protección necesaria

Se digno de la compañía del Espíritu Santo. Imagen: Canva

Si estamos preparados, las furiosas tempestades del adversario no nos tumbarán. El Señor nos ha dicho:

Si estáis preparados, no temeréis”. -DyC 38:30

¿De qué manera nos podemos preparar para no temer?

Toda madre desearía sumergir a su hijo en las aguas del Río Styx y darles esa protección, pero ¿cómo podemos protegernos a nosotros mismos?

Estos dos principios serán tu sostén:

Se digno de la compañía del Espíritu Santo

En nuestra vida diaria, necesitamos la fortaleza del Espíritu Santo. Imagen: Canva

En nuestra vida diaria, necesitamos la fortaleza del Espíritu Santo. Es a través de Él que podemos superar las tentaciones del mundo en nuestra vida y familia.

Tener el don del Espíritu Santo nos ayuda a tomar mejores decisiones que nos ayudarán a regresar a la presencia del Padre Celestial.

Guarda los convenios que hiciste en el templo

Templo de Richmond, Virginia. Foto: Stabo Media, churchofjesuschristtemples.org

Los convenios que hicimos en el templo son una fuente de fortaleza. No hay manera en que el adversario esté dentro. ¡Él no tiene una recomendación para el templo!

Jesucristo, la luz del mundo, reside ahí, haciendo imposible que el príncipe de la oscuridad, Satanás, nos tiente. 

Cuando estamos dentro del templo podemos verdaderamente estar protegidos del mundo y sus tentaciones.

Una visión para los Santos

distrito histórico del Templo de Nauvoo

Templo de Nauvoo. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

José Smith sabía que los Santos necesitaban recibir la fortaleza de “la Casa del Señor” para ser investidos con poder de lo alto en su éxodo al oeste.

Cuando José se dirigía a la cárcel de Carthage, sabiendo que iría a morir, se paró a mirar la construcción del Templo de Nauvoo.

En ese momento los muros del templo solo tenían unos metros de altura, no obstante, él tuvo una visión del edificio completo.

Aquella santa Casa del Señor se erigía en lo alto junto a los Santos de los Últimos días que se esforzaban por vivir el Evangelio.

Con ese sentimiento y visión frente a él, declaró:

“Este es el lugar más hermoso, con las mejores personas bajo los cielos. ¡Poco saben las cosas que les esperan más adelante!”

“American Prophet” por Del Parson

A pesar de que José Smith era el profeta, no les dijo a los Santos todas las pruebas que les vendrían más adelante, pues él sabía lo que en realidad necesitaban para terminar con éxito su travesía.

Sara Rich, una pionera de la Iglesia de Jesucristo, registró lo siguiente:

“Son muchas las bendiciones que recibimos en la Casa del Señor, las cuales nos dan gozo y consuelo en nuestros momentos más difíciles, ayudándonos a tener fe en Dios, sabiendo que Él nos guiará y sostendrá en la desconocida travesía que nos espera.

Si no fuera por la fe y el conocimiento que recibimos en el santo templo por la influencia del Espíritu del Señor, nuestra travesía en esta vida sería como caminar en la oscuridad; sería como caminar hacia los colmillos de la muerte.

Es nuestra fe en el Padre Celestial, la confianza que depositamos en Él, sabiendo que somos Sus escogidos, que nos ayuda a sujetarnos a Su Evangelio. 

Y en vez de penas y pesar, sentimos regocijo de que el día de nuestra salvación llegó”.

La fortaleza que Sara Rich y otros Santos recibieron, fue el cumplimiento de la oración dedicatoria que José Smith realizó en el Templo de Kirtland:

“Te rogamos, Padre Santo, que tus siervos salgan de esta casa armados con tu poder, y que tu nombre esté sobre ellos, y los rodee tu gloria, y tus ángeles los guarden”. -DyC 109:22

Poder de lo alto

Podemos ser investidos con poder de los cielos.
Imagen: Canva

Estar investidos con poder significa que estos primeros Santos tuvieron la capacidad de acudir a los poderes de los cielos en aquellas circunstancias donde la guía y fortaleza espiritual eran indispensables.

Hoy en día, durante nuestra travesía en esta vida, necesitamos ese mismo poder.

Así como los primeros Santos enfrentaron adversidades y furiosos populachos, nosotros también enfrentaremos nuestras propias adversidades.

Con una cultura en la cual es cada vez más difícil ejercer nuestra fe y donde el adversario reina, necesitamos aún más del poder de los convenios del templo, no solamente para nosotros, sino para nuestras familias.

Fuente: LDSLiving

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