Los Artículos de Fe son trece declaraciones que contienen las creencias básicas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (conocida como los mormones). Estos fueron escritos como parte de una carta llamada Carta Wentworth, escrita por José Smith a John Wentworth del periódico ChicagoDemócrata en el año de 1842. Más tarde el compositor norteamericano Vanja Watkins le agregó música a estas breves declaraciones. En esta serie examinaremos las verdades presentes en los Artículos de Fe.
Artículo de Fe 1:
Nosotros creemos en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo. (Los Artículos de Fe, #1 )
Este artículo es la base de todas las cosas en las que creemos dentro de la Iglesia moderna de Jesucristo. Sin un conocimiento perfecto del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, el adorar y perseguir otras verdades no tendría sentido.
Cuando José Smith, el primer profeta moderno de la Iglesia, tuvo la primera visión a la edad de 14 años, Dios el Padre y Jesucristo se le aparecieron. Ellos contestaron su oración y a la vez le enseñaron por su apariencia que, tanto el Padre como el Hijo son seres separados físicamente y que el Espíritu Santo no posee un cuerpo físico. Esto corrobora los registros del bautismo de Jesucristo, cuando Dios el Padre habló desde el cielo, el Espíritu Santo descendió en forma de una paloma y Jesús, el Hijo de Dios, estaba dentro de las aguas del río Jordán junto con Juan el Bautista.
El Presidente Gordon B. Hincley, decimoquinto Presidente de la Iglesia, dijo lo siguiente acerca del significado de este Artículo de Fe:
Este primer artículo de fe es muy conocido por todos los miembros de la Iglesia. Es la posición escencial de nuestra religión. Es tan significativo que al momento de establecer los primeros elementos de nuestra doctrina, el Profeta José colocó éste como el número uno.
Creo, sin ambigüedad ni reservaciones, en Dios, el Padre Eterno. Él es mi Padre, Padre de mi espíritu y Padre de los espíritus de todos los hombres. Él es el Gran Creador, el Gobernador del Universo. Él dirigió la creación de esta tierra en la que habitamos. El hombre fue creado a Su imagen. Él es personal. Él es real. Él es individual. Posee un cuerpo de carne y huesos, tan tangíble como el del hombre.
En el relato de la Creación de la tierra ”Dios dijo: hagamos al hombre a nuestra imagen. Conforme a nuestra semejanza.”
¿Podría ser más claro en otro idioma? ¿Degrada a Dios, como muchos desean que creamos, que el hombre haya sido creado a Su explícita imagen? Al contrario, debería despertar dentro del corazón de cada hombre y cada mujer un gran aprecio por sí mismo como un hijo o hija de Dios. (Nueva Era, Julio 2005)
Estoy agradecido por este primer y básico principio: que Dios es nuestro Padre, Su Hijo es nuestro Redentor y el Espíritu Santo testifica de ellos.
Por Nathan Howe el 19 de febrero de 2008