Nota del editor: El siguiente artículo es un extracto de “Beyond Death’s Door: Understanding Near-Death Experiences in Light of the Restored Gospel” (en español, “Más allá de la muerte: Comprensión de Experiencias Cercanas a la Muerte a la luz del evangelio restaurado”) de Brent L. Top y Wendy C. Top.
Otra característica notable y aparentemente agradable de la existencia espiritual es la ausencia de la medida del tiempo y del espacio tal como lo conocemos aquí en la Tierra.
“Me encontré en un espacio, en un período de tiempo, diría, donde todo el tiempo y espacio se había negado”. -“Life at Death”, pág. 98
Los informes de atemporalidad al otro lado del velo dan testimonio de la declaración del profeta Alma que “todo es como un día para Dios y solo para los hombres está medido el tiempo” (Alma 40: 8).
El élder Neal A. Maxwell confirmó que el tiempo tal como lo entendemos es un elemento temporal.
“Cuando el velo que ahora nos rodea ya no esté más, tampoco lo estará el tiempo (véase Doctrina y Convenios 84: 100). Incluso ahora, el tiempo claramente no es nuestra dimensión natural. Es por eso que nunca estaremos realmente familiarizados con el tiempo.
Alternativamente, nos encontramos deseando impacientemente apresurar el paso del tiempo o detener el amanecer. No podemos hacer ninguna de las dos cosas, por supuesto…
¡Nunca estaremos del todo acostumbrados con el tiempo, porque pertenecemos a la eternidad! El tiempo nos susurra que no pertenecemos aquí. Si el tiempo fuera natural para nosotros, ¿por qué es que tenemos que usar tantos tipos de relojes?”. -Neal A. Maxwell, “Patience”)
La mención de la atemporalidad es frecuente en los reportes de experiencias cercanas a la muerte.
Casi sin excepción, las personas comentan o implican que no tienen idea de si su experiencia duró segundos, minutos, horas, años, ningún tiempo o una duración inconmensurable. Informan que el tiempo cambia o no existe.
Incluso el Dr. Carl Jung, un famoso psicoanalista que tuvo una experiencia cercana a la muerte, relató:
“Solo puedo describir la experiencia como un éxtasis de un estado contemporáneo en el que el presente, el pasado y el futuro son uno”. (Citado por Maurice Rawlings en “Beyond Death’s Door”).
Sobre el concepto de la atemporalidad, Emanuel Swedenborg presenta un diálogo útil que parece compatible con las enseñanzas Santos de los Últimos Días sobre el tiempo y la eternidad. Él llegó a la siguiente conclusión:
“Una persona natural puede creer que su pensamiento cesaría si se eliminaran los conceptos de tiempo, espacio y materia, ya que todo los pensamientos del hombre se basa en ellos. Sin embargo, le ayudaría a darse cuenta de que sus pensamientos están limitados y restringidos en la medida en que se basan en el tiempo, el espacio y la materia.
No están limitados y se expanden en la medida en que no se basen en esos conceptos, puesto que la mente se eleva proporcionalmente por encima de las cuestiones corporales y mundanas”. (“Heaven and Hell”, pág. 132)
Por otra parte, Swedenborg parecía proponer un principio perteneciente a la atemporalidad que los Santos de los Últimos Días siempre han enseñado.
“Como los ángeles no tienen conocimiento del tiempo, tienen un concepto diferente de la eternidad que las personas en la Tierra. Los ángeles ven en la eternidad un estado infinito, no un tiempo infinito”. (“Heaven and Hell”, pág. 130-31).
El Señor le reveló a Moisés que su obra y su gloria era “llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39).
Entendemos que la vida eterna no se refiere exclusivamente a la duración infinita de la vida, eso está implícito en la palabra inmortalidad. Más bien, la vida eterna se refiere a un estado o cualidad de vida que el Señor quiere que disfrutemos.
Jesús nos dio una pista sobre el significado de este tipo de vida eterna justo antes de Su crucifixión.
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. (Juan 17: 3)
Si bien es posible que no captemos el significado completo de esta declaración, creemos que conocer, en el sentido más completo de la palabra, a nuestro Padre Celestial y a Su Hijo implica vivir con Ellos y llegar a ser como Ellos.
Si bien podemos tener una idea o indicio de como es la atemporalidad, es aun más difícil de concebir “este mundo donde las reglas sobre el espacio… fueron suspendidas” (“Return from Tomorrow”, pág. 45).
Algunos de los comentarios de una ECM (experiencia cercana a la muerte) son bastante esclarecedores en este sentido, como un hombre explicó:
“Nuestro vocabulario normal de espacio-tiempo es frustrante e inadecuado para describir el cielo” (“Return from Tomorrow”, pág. 52)
Emanuel Swedenborg explicó su comprensión de cómo el espacio y el tiempo se superan o se dejan de lado ahí. Una vez más, es similar a otras facultades activadas por el pensamiento.
“Siempre que alguien en la otra vida piensa en otra persona, coloca el rostro de aquella persona delante en su pensamiento, junto con muchas otras cosas que pertenecen a la vida de esa persona.
Cuando lo hace, la otra persona se hace presente como si hubiera sido llamada y convocada. Este tipo de cosas suceden en el mundo de los espíritus, porque los pensamientos se comunican allí y porque las distancias no tienen los mismos atributos como en el mundo natural”. (“Heaven and hell”, pág. 130-31)
Si bien esto puede sonar extraño, hoy en día los visitantes al mundo de los espíritus parecen estar describiendo un proceso que suena muy similar.
“Entonces me vino a la mente volver a ver a aquellos familiares y seres queridos que habían fallecido antes, y tan pronto cuando lo pensé… estaban allí…
A continuación, quería ver a Jesús, porque siempre había deseado agradecerle por el papel que desempeñó en la historia y el ejemplo que dio a otros para que lo siguieran… Apareció instantáneamente, sin ningún esfuerzo de mi parte”. (“Coming Back to Life”, pág. 35).
Otra persona describió un proceso de reubicación que hace eco de las profecías de Brigham Young sobre los viajes en la vida venidera.
Recordemos que el presidente Young enseñó que “si queremos visitar Jerusalén… u otro lugar… nos visualizamos allá, mirando sus calles. … Si queremos entender cómo viven aquí en estas islas occidentales, o en China, nos visualizamos allí” (en Journal of Discourses, 14: 231).
Un experimentador informó de la llegada instantánea a cada destino:
“‘En ese momento, mientras aún me maravillaba por lo que había visto, mi amigo sugirió que quizás deberíamos ponernos en camino; y yo también inquieto, estuve de acuerdo. INMEDIATAMENTE llegamos a otro lugar, en una hermosa calle’. Después de visitar esta zona, la persona que experimentó una ECM comentó: ‘Nos reubicamos de nuevo, INSTANTÁNEAMENTE’”. – citado en “Amazing Grace: The Near-Death Experience as a Compensatory Gift”
Esto puede ofrecernos un vistazo al cumplimiento de una promesa que es básica para la teología de los Santos de los Últimos Días, que si somos fieles a todo lo que se nos ha enseñado, estaremos con nuestros seres queridos para siempre, sin separarnos de nuevo.
En nuestro pensamiento terrenal, es casi imposible comprender cómo podríamos estar todos juntos sin al menos algunas distancias intermedias.
Aparentemente, tendremos el poder para vencer todos los obstáculos, para visitar y comunicarnos con amigos y seres queridos, al instante, si es que lo deseamos. La distancia y la separación nunca volverán a tener el efecto disuasorio en las relaciones que tienen aquí en la Tierra.
Al igual que con los otros placeres inimaginables de la otra vida, las descripciones de este fenómeno podrían extenderse por muchas páginas, cada una tan estimulante como la anterior.
Aquellos de nosotros que nunca hemos experimentado estos puntos de vista, tenemos, al menos, la bendición de contar con estos maravillosos informes para complementar nuestra comprensión doctrinal y podemos esforzarnos por imaginar las alegrías increíbles que nos esperan.
Fuente: LDSLiving.com