Entre los nuevos himnos presentados, “Mirad a Cristo” de Sherrie Manwill Boren ha conmovido a muchos corazones. No solo destaca por sus armonías delicadas, sino también por su mensaje poderoso y empático, especialmente para quienes enfrentan desafíos de salud mental como la ansiedad y la depresión.
Las estrofas del himno abordan las realidades terrenales, noches oscuras del alma, voces del mundo, pérdidas profundas, y las entrelazan con cuatro frases inspiradas en las Escrituras, que actúan como recordatorios en momentos de dificultad:
“No dudes”.
“No temas”.
“No escuches”.
“Sigue adelante”.
Este himno testifica que Jesucristo es la fuente suprema de consuelo, fortaleza y guía, y refleja vivencias personales de su compositora al enfrentar ansiedad durante su juventud.
Un versículo que dejó huella

Durante su adolescencia, Sherrie convivía con pensamientos ansiosos persistentes, a pesar de llevar una vida segura. La preocupación constante por eventos catastróficos afectaba su bienestar, aunque por fuera todo pareciera estar bien.
Un día, durante un devocional de seminario, los presentadores mostraron en una pantalla el versículo de Doctrina y Convenios 6:36:
“Miradme en cada pensamiento; no dudéis, no temáis”.
Las palabras tocaron profundamente su corazón, dejando una impresión duradera. Aquel momento encendió una luz de esperanza que permanecería con el tiempo, como una semilla plantada en tierra fértil.
Un proceso de sanación espiritual

Durante su primer año universitario, la ansiedad se intensificó. En busca de consuelo, comenzó a estudiar cada pasaje relacionado con “Consuelo” en la Guía Temática de las Escrituras. En ese proceso, descubrió que Jesucristo era digno de total confianza, y que Su poder podía ofrecer una seguridad y paz incomparables.
Los himnos y las Escrituras se volvieron herramientas clave durante ataques de ansiedad. Repetir sus palabras le ofrecía consuelo, al igual que las visitas frecuentes al templo. Con el tiempo, su enfoque cambió del miedo a la fe, y su vida empezó a llenarse de valor, fortaleza y tranquilidad. Esta transformación dio origen al himno que más tarde enviaría al comité del nuevo himnario en 2018.
Letras que reflejan Su compañía constante

Cada verso de “Mirad a Cristo” transmite el mensaje de que el Salvador nunca abandona, incluso cuando Su presencia se siente lejana. El primer verso declara:
“Un día verás en gloria y luz
al que guió tu andar en la cruz.
Mira a Jesús; recibe su luz.
No dudes.”
Otro verso asegura:
“Mira al Señor, pues junto a ti
con gran poder Él velará por ti.
Ve con fe, ora con fervor.
No temas.”
Y el cierre ofrece una promesa:
“Un día ascenderás al fin,
ante tu Amigo te postrarás.
Él va contigo hasta el final.
Sigue adelante.”
Si bien las dificultades emocionales pueden requerir ayuda profesional, este himno recuerda que volver la mirada a Cristo puede brindar consuelo real. Como testificó la autora del himno, fijar la atención en el Salvador permite que el temor se disipe, y que el alma encuentre fuerza para seguir adelante con fe.
Fuente: LDS Living