En esta Conferencia General tendremos el honor de participar de una Asamblea Solemne. Dado que esta reunión se efectúa bajo ciertas circunstancias específicas, es muy probable que sea una novedad para muchos miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos.
Asamblea Solemne
Una asamblea solemne, tal como el nombre lo indica, es una ocasión reverente, sagrada y seria en que los santos se reúnen bajo la dirección de la Primera Presidencia. Estas asambleas se realizan por tres motivos: para dedicar un templo, para dar instrucciones especiales a los líderes del sacerdocio y para sostener a un nuevo Presidente de la Iglesia.
En las asambleas solemnes se sigue un modelo que las distingue de otras reuniones generales de la Iglesia en las que se hace el sostenimiento de oficiales. Ese modelo, que fue establecido por el profeta José Smith, consiste en que los cuórumes del sacerdocio, empezando por el de la Primera Presidencia, se ponen de pie y, levantando la mano derecha, manifiestan su disposición a sostener al Presidente de la Iglesia como Profeta, Vidente y Revelador, no sólo con ese acto sino también con su confianza, su fe y sus oraciones.
Los quórumes del sacerdocio de la Iglesia dan su voto de esa manera. Después, todos los miembros se ponen de pie y hacen la misma manifestación. Los otros líderes de la Iglesia se sostienen de igual manera en sus llamamientos respectivos.
La primera asamblea solemne tuvo lugar en el Templo de Kirtland, el 27 de marzo de 1836. El profeta José Smith registró que, después de seguir el procedimiento de votación “les profetice a todos que si sostenían a esos hombres en sus llamamientos… el Señor los bendecirá… [y] en el nombre de Cristo, recibirían las bendiciones del cielo” (History of the Church, 2:418).
Asamblea Solemne en 2018
En la pronta Conferencia General del 31 de marzo y 1 de abril del 2018 se efectuará una Asamblea Solemne, en esta sesión, se tiene por objeto sostener al recién llamado Presidente de la Iglesia, Russell M. Nelson, dos nuevos Apóstoles y a otros oficiales de ella.
Preparemos nuestro corazón con ayuno y oración para que al levantar nuestra mano derecha sostengamos a nuestro profeta, lo que significará que reconoceremos ante Dios que él es el poseedor legal de todas las llaves del sacerdocio, y que también haremos convenio con Dios de que obedeceremos la dirección y los consejos que recibamos por medio de Su Profeta. Este es un convenio solemne.