8 Cosas que nadie te ha contado sobre la misión

misioneros sud

Todos hemos escuchado esta frase antes: “la misión es difícil”. La hemos escuchado cientos de veces en las clases de preparación misional. También hemos escuchado expresiones tales como, “la obra misional es un trabajo muy duro, no puedes regresar a casa, las personas te cerrarán las puertas en tu cara todos los días e incluso podrás ser mordido por un perro, pero…. (todos hacen una larga pausa) todo valdrá la pena.

Así que, si estás buscando una lista de cosas parecidas a esas en este artículo, estás en el lugar equivocado. Aquí te presento 8 cosas positivas y muy comunes que hacen parte de servir una misión. Así que mientras te preparas para tu misión piensa en los momentos buenos que vas a tener.

1. Sí vas a tener compañeros que te caen bien

Los misioneros retornados parecen hablar siempre sobre sus “peores” compañeros, pero en realidad es más probable que hagas amigos para toda la vida.  Todavía no he conocido un misionero que no mantenga contacto con al menos uno de sus compañeros con el pasar de los años. Tus compañeros de misión son algo así como compañeros de guerra. Cuando regresas a tu vida civil, donde la mayoría de la gente no recuerda cómo era estar allí, tus compañeros te comprenden. Recuerda que puedes aprender algo de cada persona que conoces

 

2. Podrías bajar de peso o subir de peso

Qué buena oportunidad para caminar, correr y jugar deportes. Incluso si no lo haces normalmente, comienza lentamente hasta que tengas la rutina. Tienes entre 18 a 24 meses para crear buenos hábitos. Cuando empiezas a ver cambios, más motivado te sientes. Ya sea que quieras subir de peso o perder peso, tienes tiempo y ayuda para hacerlo.  Es más fácil cuando tienes a alguien acompañándote.

 

3. Descubrirás talentos escondidos que no sabías que tenías

Ya sea el canto, la música, el arte, los deportes, las manualidades, la enseñanza, el saber qué decir, cocinar, la habilidad de escuchar a otros, etc., tienes el ambiente adecuado para encontrar esos talentos escondidos y desarrollarlos. En la misión te puedes encontrar a ti mismo. Yo conozco muchos élderes y hermanas que aprendieron a tocar el piano, enseñar inglés como segunda lengua, cocinar un plato típico, y andar en bicicleta durante su misión.

 

4. Dormirás muy bien

Imagínate un día lleno de ejercicio, oportunidades de servicio, enseñando a las personas de todo el pueblo, caminatas, usar la bicicleta, y todo el trabajo mental que tienes que hacer al llegar a casa para planear el día siguiente. Honestamente, no hay sentimiento mejor que el que se siente cuando se lograron tantas cosas en un solo día. La mayoría de los misioneros quedan inmediatamente dormidos cuando su cabeza toca la almohada. Nunca he dormido mejor que cuando era misionero, y no sé si podré volver a dormir así.

 

5. Aprenderás muy buenas habilidades para estudiar

Yo siempre tuve problemas para estudiar efectivamente. No puedo retener la información como me gustaría. Sin embargo, es muy diferente cuando tienes que enseñar el evangelio. Obtienes un poco de ayuda extra. Cada compañero que yo tuve tenía una forma diferente de estudiar, así que aprendí de cada uno de ellos. Imagina a todos los misioneros que terminan sus misiones y comienzan una educación al regresar a casa. Ellos llegan con ciertas habilidades que sólo la misión puede enseñarles después de haber estudiado por dos horas cada día durante dos años.

6. Te conocerás mejor a ti mismo

No es lo mismo cuando estás en casa. Tú puedes aplazar las cosas por el tiempo que quieras. Pero cuando estás en la misión tú tienes que solucionar los problemas a medida que ellos se presenten. Tus compañeros te enseñarán más sobre ti mismo de lo que tu sabes. Al estar con ellos 24/7, verás cómo reaccionas y como lidias con los desafíos en tiempo real. Es una experiencia que te hará una mejor persona si eres humilde. Prepárate, a veces necesitarás adaptarte un poco.

 

7.  Probablemente te llevarás muy bien con tu presidente de misión

Los presidentes de misión no son personas aterradoras. De ningún modo. Todos hemos escuchado leyendas de los presidentes de misión, pero quién sabe si esas historias son verdaderas. Mi experiencia trabajando con diferentes tipos de presidentes de misión ha sido el opuesto. Ellos son los héroes de los misioneros. Son hombres y mujeres designados a guiar, instruir, inspirar y en ocasiones corregir. Escucha y observa y los recordarás para siempre, te lo puedo asegurar.

 

8. Podrías conocer a tu cónyuge

Lo sé, quizás esté punto suene muy mal. Pero con los misioneros siento tan cercanos en edad, cada vez es más común conocerse con alguien del campo misional. Yo no estoy sugiriendo que vayas en búsqueda de tu cónyuge, y por favor no actúes según esos sentimientos en el campo misional (porque podrían devolverte a casa). Los misioneros son apartados del mundo. Y aunque las probabilidades son escasas, puede ser que conozcas a esa persona siendo un misionero, o por lo menos la misión te está preparándote para que lo conozcas algún día. #corazóncerrado #menteabierta.

Este artículo fue escrito originalmente por Thomas Swain, y fue publicado en missiongeek.net, con el título: 8 things no one tells you about a mission”

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tengo un hijo que ira a BYU
rebeca
tengo un hijo que ira a BYU A ESTUDIAR
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