Por la mañana del domingo 3 de septiembre del 2023, el élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, compartió una experiencia personal para explicar el impacto y la trascedencia que tienen los misioneros y misionera de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
A través de sus redes sociales, el élder Uchtdorf declaró:
Algunos de ustedes me han escuchado compartir la historia de la hermosa manera en que mi querida Harriet conoció el Evangelio de Jesucristo cuando dos jóvenes misioneros llamaron al apartamento de su familia en “el cuarto piso, la última puerta” en Alemania, en 1954.
El conocer el Evangelio restaurado de Jesucristo no solo conmovió profundamente a Harriet y a su familia, sino que los misioneros que enseñaron a Harriet, su hermana y su madre viuda se convirtieron en amigos para toda la vida.
Hace un año este mes, uno de esos extraordinarios misioneros, el élder Gary Jenkins, pasó al mundo venidero después de completar valientemente su travesía terrenal.
Harriet y yo nos sentimos increíblemente conmovidos hace unas semanas cuando recibimos por correo un paquete de la familia de Gary. ¡Primero estábamos confundidos al ver una caja de lo que supusimos que eran pelotas de golf!
Pero dentro de este pequeño paquete había un regalo de extraordinaria importancia: la Biblia de Gary en alemán. Esta era la misma Biblia que Gary había utilizado hacía tantos años, cuando él y su compañero, el élder Richard Kowallis, enseñaron a la familia de Harriet.
¡Cómo atesoramos este regalo especial! No solo nos recuerda el servicio desinteresado que prestó Gary hace casi 70 años, sino que también nos recuerda el extraordinario amor demostrado por más de 60 000 misioneros de tiempo completo que predican el Evangelio en todo el mundo en la actualidad.
Al igual que Harriet y su familia tienen una conexión especial con los misioneros que les enseñaron, millones de otros seguidores de Jesucristo tienen esas mismas hermosas relaciones con los misioneros que les presentaron el Evangelio del Salvador.
No estoy seguro si nuestros misioneros realmente sabrán el profundo impacto que sus esfuerzos tienen en las eternidades de aquellos a quienes invitan a venir a Cristo. Que nuestro Padre Celestial bendiga a nuestros misioneros y a sus familias por sus labores desinteresadas al dar de su tiempo y recursos para compartir las buenas nuevas del Evangelio de Jesucristo.