Para la obra misional, no existen obstáculos que no se puedan vencer.
A través de dibujos y carteles, un grupo de misioneros en Cusco, Perú encontraron la forma de compartir el evangelio de Jesucristo con María Teresa, una mujer con discapacidad auditiva (sordera).
Aunque preparar para el bautismo a María Teresa y su pequeña hija Ruth, no fue tan cotidiano para los misioneros, ellos contaron con la guía del Espíritu Santo y la ayuda de Nay, una miembro de la iglesia que ayudó con la interpretación de señas.
‘Se rompieron las barreas’
Nay no es una intérprete profesional de señas, ella solo contaba con la experiencia de comunicarse con sus dos hermanos que también tienen sordera. Sin embargo, al igual que los misioneros que encontraron la forma de comunicarse, ella también se preparó a través de tutoriales para ser la mejor intérprete durante las 7 lecciones misionales.
“Se rompen las barreras de que el evangelio de Jesucristo es para personas que oyen y hablan… [Teresa] ha podido aprender rápido, me ha sorprendido, sé que todo esto ha sido posible con la ayuda del Espíritu Santo, sin Él no se hubiera podido llevar a cabo”, comparte Nay para Sala de Prensa en Perú.
Finalmente, el sábado 26 de agosto, María Teresa y Ruth se bautizaron en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El servicio bautismal se ofreció también en lenguaje de señas.
La importancia de ofrecer una mano amiga
Un tema que recalcó Gordon B. Hinckley a lo largo de su servicio como presidente de la Iglesia fue la importancia de tender la mano a las personas que están conociendo el evangelio:
“La experiencia más grata para mí es ver lo que este Evangelio hace por la gente; les brinda una nueva dimensión de la vida; les brinda una perspectiva que jamás habían tenido; eleva sus aspiraciones hacia lo noble y lo divino. Algo milagroso les sucede, algo digno de contemplar. Acuden a Cristo para vivir”.
Y las experiencias de los misioneros y la hermana intérprete dando de su ingenio, habilidades y más por compartir con Teresa y su pequeña son un claro ejemplo de “algo digno de admirar”.
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