Lo que más necesitan los misioneros recién retornados

un misionero cuando regresa

Una Respuesta Sorprendente

Pronto nuestra nieta regresará de su misión en Paraguay. El pensar en su regreso me llevó a tener una conversación muy interesante en el templo con una de nuestras obreras, una misionera recién retornada. Le pregunté qué fue lo más difícil al regresar de su misión. Me sorprendí con lo que me dijo y me puse a pensar cuántos misioneros retornados se sentirán de esa manera.

Ella dijo, “Sentía que mi familia y amigos querían que me adaptara a mi nueva vida de inmediato, cambiar de inmediato. No estaba lista para eso. Necesitaba que a ellos les importara mi misión y que quisieran saber más. Quería que me preguntaran sobre algunas cosas que les que escribí en mis emails. Cosas acerca de los investigadores con los que trabajé. Quería compartir más detalles con ellos que no pude en una carta. Quería una oportunidad de hablar más sobre mi misión.

“Me di cuenta de que ellos en realidad no sabían lo que pasé, no sabían, cuánto amaba ser una misionera y cuánto amaba a las personas que había dejadoQuería hablar con ellos sobre eso, pero muchas veces ellos querían que continuara y hablara de estar en casa y de cuáles eran mis planes para el futuro. Yo necesitaba un poco más de tiempo para disfrutar de mi misión, antes de estar lista para continuar”.

Le pregunté si había algo más. Ella dijo. “Si, lo más difícil es el sentimiento de que ya no era tan valiosa. Cuando estaba en mi misión sentía que estaba contribuyendo en la obra del Señor de manera significativa. Me encantó la sensación de ser valiosa cada día. Luego llegué a casa y este sentimiento de tristeza me golpeó. Porque deseaba que ese sentimiento misional regresara”. Luego ella dijo, “Fue ahí cuando me di cuenta que podía servir en el templo y que podía prestar valioso servicio al Señor. Definitivamente esto me ayudó a llenar el vacío. De hecho, me encanta ser una obrera”. Ella encaja esas cuantas horas a la semana entre el trabajo y su horario de clases y dice que ha sido significativamente útil.

No todos viven lo suficientemente cerca del templo para disfrutar de esta bendición. Aún así, sabemos que hay muchas maneras de que misioneros recién retornados, y cada uno de nosotros, pueda servir al Señor y tener ese sentimiento de estar en Su misión. Es lo que llena nuestras vidas con un propósito. Es maravilloso ver misioneros retornados ser llamados a servir en puestos en sus barrios. Ellos necesitan eso. Necesitan ser incluidos, valorados. Necesitamos escuchar más de ellos que sólo algunas veces en el púlpito. Pueden pedirles que compartan experiencias en las clases de Escuela Dominical, en los Hombres y Mujeres Jóvenes, Sociedad de Socorro, y en las reuniones del Sacerdocio. Ellos tienen mucho que ofrecer a los miembros de todas las edades. Ellos no sólo bendicen sus vidas también las nuestras.

Los Amigos Dignos Importan

Rodearse de otros miembros dignos es importante para un misionero retornado. Un misionero retornado informó que “el ha sido muy cuidadoso en sus arreglos de vivienda, viviendo con personas quienes tengan las mismas normas, y tratando de alejarse de lugares que no son buenos. Se ha puesto un horario y hace tiempo para ir al templo regularmente con su hermano mayor. Para él, es acerca de escoger asociarse con personas que sean una influencia positiva y hacer un esfuerzo de continuar manteniendo los buenos hábitos que aprendió en su misión”.

Su presidente de estaca dijo, “he visto misioneros recién retornados en posiciones donde tienen la oportunidad de trabajar con jóvenes preparándose para la misión algunos son capaces de continuar con el servicio misional al servir como misioneros de barrio ó en el quórum de élderes, y en algunos casos los tenemos sirviendo en capacidades de liderazgo”.

Consejo De Los Líderes De La Iglesia

En su entrevista final con los misioneros que van a partir, un presidente de misión dijo, “ Es probable que jamás estudien las escrituras tanto como lo han hecho en su misión. Esto no significa que recibirán menos revelación ó que deban dejar de leer juntos. Deben estudiar cada día la suficiente cantidad de tiempo para tener una experiencia reveladora. Puede ser 15 minutos ó 45 minutos. Trato de planear el suficiente tiempo para que el Espíritu pueda llegar a mí”.

En el asesoramiento de misioneros retornados el Élder L.Tom Perry recordó cuando era un misionero y cómo él “oraba con su compañero cada mañana al comenzar el día. El proceso se repitió cada noche antes de dormir. Ofrecíamos una oración antes de estudiar, una oración cuando salíamos de casa, y por supuesto, oraciones especiales para pedir guía cuando era necesario para dirigir nuestra labor misional. La frecuencia de nuestras súplicas a Nuestro Padre Celestial nos dio fortaleza y el coraje para continuar el la labor a la que fuimos llamados”.

Lo Que Los Padres Pueden Hacer

Un miembro de nuestro barrio nos contó su experiencia con su hijo misionero. El dijo, “ no sé por qué, pero tengo miedo de llegar a casa porque sé que jamás podré alcanzar el mismo nivel de espiritualidad”.

Su padre le escribió este consejo. “Puede ser que tal vez no vayas a estar al mismo nivel de espiritualidad cuando llegues a casa a como estas ahora. Pero si, cuando llegues a casa, nunca olvidas hacer tus oraciones por las mañanas y por las noches, si continúas estudiando las escrituras cada día, si vas con frecuencia al templo, y si eres un maestro orientador que se preocupa, serás capaz de mantener un nivel muy alto de espiritualidad. Y con el paso de los años te encontrarás el mismo nivel de espiritualidad que tienes ahora, y tal vez aún más”.

Esa carta fue escrita en el verano de 1993. Veintitrés años más tarde este padre le preguntó a su hijo si recordaba aquella carta y la respuesta que él le dio. El hijo dijo que sí la recordaba. El padre dijo, “¿cómo te fue?” Su hijo dijo, “Lo hice bastante bien. Y de vez en cuando encontré niveles de espiritualidad más altos que cuando fui misionero.

El consejo de este padre puede ser el consejo que quisiera dar a sus hijos misioneros retornados. Al final, Lo que ellos necesitan más es una familia que se preocupa y los escucha, el un consejo sabio como el que este padre le dio a su hijo, y nuevas oportunidades de servir al Señor.

 

Este artículo fue escrito por Gary y Joy Lundberg para ldsmag.com y traducido al Español por Wendy Vianey Almazán Cano para mormonsud.com

 

Comentarios
5
Muy buen artigo.
Silveira
3.5
4.5
1
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