El élder Mike Davis fue uno de los dos jóvenes misioneros que murieron en un accidente automovilístico el 22 de julio en Nuevo México.
En el funeral de Davis el viernes 30 de julio, su madre, Kim Davis, dio un poderoso testimonio de la realidad del plan de salvación mientras emitía una invitación a los que escuchaban.
“Quiero que camines conmigo un minuto. Quiero que salgamos del valle de la sombra de la muerte donde podamos quedar atrapados en la tristeza y los sentimientos de todas las cosas que vamos a extrañar… Quiero que camines conmigo hasta la cima de la montaña.
Sé que todos han estado en la cima de una montaña y ¿qué ven? Es hermoso y se puede ver tan lejos frente a ti y es increíble. Ahí es donde he estado. He estado sentada en la cima de una montaña porque amo el plan de mi Padre Celestial. Es un plan hermoso y no lo entiendo, pero… Sé que Mike está trabajando duro y está alegre y feliz. Y tenemos mucho trabajo que hacer para asegurarnos de que terminaremos donde él está”.
Kim compartió la poderosa experiencia que su familia tuvo mientras se reunían alrededor del cuerpo de Mike cuatro días después de su fallecimiento.
“Se veía tan hermoso”, dijo ella. “Tenía una gran ojera vieja en el ojo, pero parecía que acababa de terminar de jugar al fútbol. Simplemente se veía hermoso. Brian y yo lloramos y pudimos besarlo y abrazarlo, y luego tuvimos a todos sus hermanos y hermanas. Te diré una cosa, ese fue el momento perfecto”.
Concluyó compartiendo que fue el evangelio de Jesucristo el que le trajo felicidad en medio de circunstancias desgarradoras, e invitó a otros a aprender más.
“Si alguno de ustedes se pregunta, duda o trata de averiguar cómo ser feliz, llame a los misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días porque tienen un mensaje que los hará felices, y estarán felices junto con su familia por la eternidad. Eso es con lo que cuento”.
Fuente: LDSliving
