En un pequeño rincón de Oregón, un joven misionero de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días está demostrando que servir con el corazón puede ser más poderoso que estar físicamente en el campo misional. 

El élder Spencer Blanchard, quien enfrenta un agresivo cáncer en etapa 4, está cumpliendo su misión desde casa mientras continúa su tratamiento contra el neuroblastoma metastásico.

Un llamamiento entre lágrimas y diagnósticos

Imagen: Familia Blanchard

Hace seis años, la familia Blanchard vivió un contraste emocional profundo. Mientras celebraban la llegada del llamamiento misional del hijo mayor, una llamada médica interrumpió la alegría. 

Era el diagnóstico de Spencer, entonces de 12 años: neuroblastoma, un tipo de cáncer que ya se había diseminado en su cuerpo.

Desde entonces, la lucha ha sido constante. Entre tratamientos intensos, periodos de remisión y recaídas inesperadas, Spencer y su familia han aprendido a vivir con una fe sostenida por esperanza, aceptación y pequeños milagros diarios. La madre de Spencer lo resume así: 

“Es un cáncer muy agresivo y complicado. Pero Spencer siempre ha tenido claro que quería servir una misión”.

Misión en medio de la enfermedad

Imagen: Familia Blanchard

En agosto de 2024, Spencer terminó una nueva ronda de tratamientos y, a pesar de los desafíos, decidió presentar sus papeles para ser un misionero de servicio. Solo cinco días después de ser apartado, una nueva recaída cambió los planes nuevamente. Sin embargo, esta vez él no se echó atrás.

Aun cuando los efectos del tratamiento lo dejan con fiebre, erupciones en la piel y un profundo cansancio, Spencer continúa sirviendo. Su meta diaria es sencilla pero poderosa: hacer sonreír al menos a una persona cada día. Si se siente con fuerzas, sale a caminar. Si no, publica algo edificante en redes, ayuda en casa o simplemente comparte una palabra amable.

“La belleza de una misión de servicio es que se adapta a lo que uno puede dar”.

Aunque no puede asistir físicamente al templo ni a bancos de alimentos debido a su sistema inmunológico comprometido, ha encontrado otras formas de compartir el evangelio.

Fe en la adversidad

Imagen: Familia Blanchard

El día a día de élder Blanchard incluye estudio de las Escrituras, reuniones virtuales con su distrito misional y conversaciones con el personal médico sobre su fe. También ha compartido su historia y testimonio a través de videos en YouTube. Para él, cada pequeño esfuerzo cuenta.

“He aprendido que no sirve de nada preocuparme por lo que no puedo cambia. No puedo cambiar que tengo cáncer. No puedo evitar el tratamiento. Pero sí puedo decidir cómo enfrentar cada día y cómo quiero vivirlo”.

Su madre también ha aprendido a ver la misión de su hijo desde una nueva perspectiva.

“Tuve que cambiar mis expectativas. Él recibió un llamamiento y fue apartado. Eso significa que el Señor sabía exactamente lo que estaba pasando. Esta misión no se ve como la imaginábamos, pero estamos aprendiendo con fe”.

Un ejemplo de luz

Imagen: Familia Blanchard

En abril de 2025, élder Blanchard logró cumplir uno de sus sueños: asistir a la conferencia general en Salt Lake City. Fue un logro que, aunque sencillo para otros, para él representó una victoria inmensa.

El testimonio de este joven misionero ha tocado a muchas personas dentro y fuera de la Iglesia. No predica con palabras elocuentes ni recorre calles tocando puertas, pero su vida es un poderoso testimonio de resiliencia, fe y amor por el Salvador.

“Quiero que la gente sepa porqué amo tanto el evangelio. Quiero compartir la luz de Cristo y, aunque no pueda hacerlo como otros, sí puedo hacerlo a mi manera”.

En un mundo que a menudo mide el éxito en función de la productividad o los logros visibles, élder Blanchard nos recuerda que el servicio más profundo nace del amor sincero, incluso en medio del dolor. Su historia es un llamado a todos a vivir con propósito, a pesar de las limitaciones, y a ser luz, incluso en los días más oscuros.

Fuente: Church News

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