En un mensaje transmitido a los estudiantes de BYU–Pathway Worldwide el 1 de agosto, el élder Patrick Kearon, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dio testimonio de la paz, la felicidad y la alegría que provienen de la luz de Jesucristo.
Con el título “Perteneces a la Luz de Cristo”, el élder Kearon testificó que “la luz vence la oscuridad [y] puede hacer eso para ustedes”.
Esperanza en todo momento

El élder Kearon comenzó su discurso desde el piso de una arena vacía, un escenario que simbolizaba la diferencia entre un mundo lleno del evangelio y uno sin él. Describió el espacio como vasto y silencioso, diciendo que el ambiente parecía estar esperando.
“Es como un estadio sin partidos, conciertos o eventos públicos. El mundo sin el evangelio, sin Cristo, sin Su luz, estaría vacío. Carecería de propósito y conexión. Sería frío. Carecería de gozo«.

En contraste, cuando el estadio está lleno de personas, se llena de energía y propósito. De igual manera, cuando nuestras vidas están llenas de la luz de Cristo, se llenan de gozo y propósito.
El mensaje del élder Kearon fue claro: sin la luz de Cristo, la vida carecería de dirección; pero con ella, todo cobra significado.
La Luz de Cristo: Un testimonio personal

Para ilustrar el poder de la luz para vencer la oscuridad, el élder Kearon recurrió al ejemplo de José Smith en la Arboleda Sagrada.
El profeta José describió cómo, antes de ser llenado de la luz del Padre y el Hijo, se encontraba rodeado de una espesa oscuridad. El élder Kearon señaló que este fue “el máximo ejemplo de pasar de la oscuridad a la luz”.
En Doctrina y Convenios 45:7, el Señor se refiere a Sí mismo como «la luz y la vida del mundo, una luz que resplandece en las tinieblas y las tinieblas no la comprenden».
El élder Kearon enfatizó la perfección del evangelio, el amor de Dios y el sacrificio expiatorio de Jesucristo. Sin embargo, también reconoció que la Iglesia está conformada por personas imperfectas.
Al igual que un estadio lleno de personas puede enfrentar momentos de conflicto o desaliento, en la vida cristiana también hay luchas. Sin embargo, la luz de Cristo está disponible para todos, puesto que «todos nacemos con luz divina».
Un llamado a redescubrir y compartir la luz

El élder Kearon compartió un mensaje de esperanza para aquellos que puedan haber perdido algo de esa luz divina.
“Para aquellos de ustedes que hayan perdido algo de esa luz, ruego que la encuentren de nuevo. Ojalá lleguen a comprender mejor el arrepentimiento: volverse, intentarlo de nuevo, encontrar un nuevo comienzo”.
Citando Lucas 1:78-79, el élder Kearon habló de la “tierna misericordia de nuestro Dios” que da luz a los que están en tinieblas, guiándolos “al camino de la paz”.
Asimismo, alentó a los oyentes a ser una luz para los demás, compartiendo la alegría y la luz que han recibido. Recordó cómo él, perso almente, experimentó esa alegría cuando conoció a los miembros de la Iglesia:
«El gozo en Cristo lo cambió todo para mí».
Vivir en la luz y compartirla

El élder Kearon invitó a los estudiantes a vivir su fe abiertamente y con confianza:
“Usen con comodidad y felicidad los c’olores de su equipo’. Muestren a quién animan. Crean de tal manera que los que los rodean quieran unirse a ustedes en su vida fiel”.
Mirando a los miles de asientos vacíos en la arena, expresó:
“Este estadio vacío es inquietante, es como la vida sin la luz del evangelio. No tiene dirección, literalmente es frío; sin embargo, vivimos en la luz del evangelio, y si no estamos allí ahora, podemos estarlo”.

Para concluir, el élder Kearon oró por los estudiantes:
“Ruego que encuentren esta luz, este gozo, esta paz, quizás por primera vez. Si la luz se ha ido un poco de ti, o más que eso, ruego que la redescubras. Ruego que vivan de una manera que les permita sentirla y ser bendecidos por ella. Ruego que, si la tienen brillante con ustedes ahora, encuentren formas maravillosas y cómodas de compartirla”.
Fuente: Church News



