Dos fuertes huracanes, Helene y Milton, azotaron el sureste de los Estados Unidos durante un período de 10 días en septiembre y octubre de 2024.
Tras la devastación, más de 21,000 miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se unieron para ofrecer ayuda a las miles de familias afectadas.
Una respuesta centrada en Cristo
El élder Quinn S. Millington, un Setenta de Área de la Iglesia que lideró los esfuerzos de respuesta ante desastres de la Iglesia en la región, lo calificó como “el evangelio en acción”.
En un podcast reciente de Church News, el élder Millington compartió su perspectiva sobre las iniciativas de ayuda de la Iglesia durante los huracanes Helene y Milton.
El élder Millington relató una poderosa experiencia sobre las oraciones contestadas. A medida que el huracán Milton se acercaba, se instó a los miembros de la Iglesia a ayunar y orar.
Milagrosamente, la tormenta se pasó de categoría 5 a categoría 3. Esto, junto con otros innumerables momentos de intervención oportuna y guía divina, fortaleció la fe de los voluntarios y de aquellos afectados por las tormentas.
La devastación de los huracanes
El huracán Helene golpeó la Península de Florida como una tormenta de categoría 4, causando una destrucción generalizada con vientos, lluvias y marejadas récord.
Se convirtió en el huracán más letal que ha impactado EE. UU. desde Katrina en 2005.
Un poco más de dos semanas después, el huracán Milton tocó la costa oeste de Florida como una tormenta de categoría 3, trayendo inundaciones, cortes de energía y más de 40 tornados.
Se reportaron entre 10 y 20 muertes, según las fuentes de noticias.
Un esfuerzo masivo
Tras los dos huracanes, 21,284 Santos de los Últimos Días se unieron para servir como voluntarios sumando un asombroso total de 311,265 horas a lo largo de cinco estados, ayudando en la recuperación de más de 10,000 hogares y casas de culto.
Noventa y seis estacas (similares a diócesis) participaron directamente, y otras 73 atendieron las más de 17,000 llamadas de víctimas de los huracanes a una línea telefónica de emergencias.
La Iglesia brindó apoyo adicional mediante:
- El envío de 38 camiones cargados de suministros (motosierras, lonas, herramientas, etc.)
- Donando 1 millón de dólares a la Cruz Roja Americana.
- Colaborando con organizaciones como Hot Meals USA, Feeding America, Team Rubicon, All Hands and Hearts, International Medical Corps, Project HOPE y Catholic Charities USA, proporcionando alimentos, agua, atención médica, saneamiento e insumos de higiene.
El poder de la comunidad
Los esfuerzos de respuesta ante el desastre unieron a las personas, fomentando un sentido de unidad y esperanza.
El élder Millington observó que esto a menudo llevaba a los miembros inactivos de regreso a la Iglesia y promovía un espíritu de cambio dentro de las comunidades.
El élder Ahmad S. Corbitt, un Setenta Autoridad General, comentó que se ha sentido una “fuerza energizante” en la región, a medida que las personas se unen para servir.
“Es agotador, físicamente y emocionalmente, pero también energizante… La gente está siendo fuerte”, expresó.
El alcalde de Douglas, Georgia, Tony Paulk, elogió a los voluntarios Santos de los Últimos Días durante un servicio especial de adoración:
“Ustedes salieron a ayudar a personas que no conocían. Estos camisas amarillas llegaron y poblaron nuestra comunidad. Lo que ustedes llevan es esperanza. Lo que ustedes llevan es felicidad. Ustedes traen el mensaje de ‘Vamos a salir adelante juntos’”.
Siempre prestos a servir
Si bien los desastres a gran escala, como los huracanes, requieren una coordinación centralizada, las iniciativas de servicio local son igualmente importantes.
JustServe, un programa de la Iglesia que facilita oportunidades de voluntariado, permite a los individuos servir en sus comunidades durante todo el año.
Como Paul Hailstone, especialista en JustServe, expresó:
“Los desastres como estos resaltan el hecho de que existen muchas maneras de servir, que hay muchas personas y organizaciones que hacen buenas obras y siguen las enseñanzas de Cristo”.
El compromiso y la compasión demostrados por los Santos de los Últimos Días después de los huracanes Helene y Milton son un testamento de su fe y dedicación al servicio de los demás.
Fuente: Church News