La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días donó más de 6,500 millones de galones de agua para salvar el Gran Lago Salado en Utah.
El 15 de marzo, se anunció esta donación a través de un comunicado de prensa del Departamento de Recursos Naturales de Utah.
Se cree que esta es la donación más grande que alguna vez se haya hecho para beneficio del Gran Lago Salado.
“Nos sentimos muy agradecidos con la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días por esta generosa donación.
Esta donación de agua marcará una verdadera diferencia para el lago y el futuro de nuestro estado.
El Gran Lago Salado es un activo clave desde el punto de vista ambiental, ecológico y económico.
Todos debemos trabajar juntos para protegerlo y preservarlo”, expresó Spencer Cox, gobernador de Utah, a través de un comunicado.
Se considera que esta donación es un gran paso hacia futuros proyectos de la Iglesia con el Departamento de Recursos Naturales de Utah.
El Gran Lago Salado se ha visto envuelto en graves problemas durante los últimos tiempos. Incluso, se pronosticó que podría desaparecer dentro de cinco años, lo cual causaría una catástrofe ecológica.
En enero de 2023, se realizó una conferencia para discutir el peligro “sin precedentes” que enfrentarían los residentes de Utah si el lago no recibiera una gran afluencia de agua:
“Nos encontramos en una gran emergencia y necesitamos que los agricultores, los condados, las ciudades, las empresas, las iglesias, las universidades y otras organizaciones hagan todo lo que esté a su alcance para reducir el uso de agua al aire libre”.
Según el Departamento de Recursos Naturales de Utah:
“El lago aporta $1,900 millones a la economía de Utah, proporciona más de 7,700 puestos de trabajo y sostiene el 80 % de los valiosos humedales de Utah.
Además, proporciona hábitats de reproducción y parada insustituibles para millones de aves durante la migración de cada año”.
Finalmente, el obispo W. Christopher Waddell, primer consejero del obispado presidente de la Iglesia, expresó:
“El Gran Lago Salado y el ecosistema que depende de él son muy importantes.
La Iglesia desea formar parte de la solución [de este problema ecológico] porque todos tenemos la responsabilidad de cuidar y ser buenos administradores de los recursos naturales con los que Dios nos ha bendecido.
Los invitamos a unirse a nosotros para ayudar”.
Fuente: LDS Daily, LDS Living