“Este edificio no solo pertenece a la Iglesia, pertenece a todos ustedes. Pertenece a la comunidad”. —Presidente Michaël Ulrich
Durante décadas, los Santos de los Últimos Días en Luxemburgo se reunieron en hoteles, salones alquilados y espacios temporales. Pero ahora, tras casi 60 años desde que se organizó la primera rama, Luxemburgo tiene su primera capilla.
El 13 de junio de 2024, miembros y líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días celebraron con gratitud y gozo la inauguración oficial del primer centro de reuniones del país, ubicado en Strassen.
Aunque el edificio fue adquirido en 2018, la pandemia impidió hacer una celebración pública… hasta ahora.

Un antiguo banco, ahora una casa del Señor
El edificio de cuatro pisos, que anteriormente funcionaba como banco, alberga ahora dos barrios —uno en inglés y francés, y otro en español y portugués— además de un centro de FamilySearch y espacios para actividades y adoración.
En total, 520 miembros conforman la comunidad de Santos de los Últimos Días en todo Luxemburgo. Ahora, tienen un hogar espiritual propio, después de años de perseverar sin un lugar fijo.
Una celebración para todos
Durante la ceremonia de inauguración con corte de cinta, el presidente de la estaca Nancy Francia, Michaël Ulrich, declaró:
“Este edificio pertenece a la comunidad. Al abrir nuestras puertas, esperamos también abrir corazones”.
El élder James W. McConkie III, Autoridad General y consejero del Área Europa Central, también participó del evento y de las reuniones dominicales. Al ver la diversidad cultural de los visitantes, compartió un testimonio poderoso:
“Dios ama a todos Sus hijos. Y Él se regocija cuando nos unimos como uno solo”.
Fe, unidad y puertas abiertas

La jornada de puertas abiertas, realizada el 14 y 15 de junio, recibió visitas de líderes religiosos de distintas tradiciones: el Cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo; el Rabino Alain Nacache; y representantes de las comunidades musulmana, hindú y baháʼí.
Carteles explicativos sobre las salas y creencias de los Santos de los Últimos Días se exhibieron por todo el edificio. El objetivo era claro: crear puentes, compartir luz, y ofrecer un espacio de paz.
“¿Cómo podemos ser una luz para el mundo si seguimos escondidos?”, reflexionó el presidente Lewis Howarth, consejero de estaca.
“Esperamos que esta capilla sea un refugio para los que necesitan paz y amistad”.
Una nueva etapa para servir

Ornella Ulrich Bicchierri, directora de comunicación de la Iglesia en Luxemburgo y el noreste de Francia, explicó que, aunque ya se usaba el edificio desde hace años, aún había razones para celebrar:
“Hoy es una señal de que todavía hay motivos para reunirnos, agradecer y mirar hacia el futuro con esperanza”.
El presidente Ulrich cerró con una visión clara: este no es solo un edificio. Es una oportunidad para vivir el Evangelio al servicio de todos.
“Conectarnos con otros líderes y servir juntos en proyectos para ayudar a los necesitados… eso es ser verdaderos discípulos de Cristo”.
Después de décadas de fe, llegó el día

Desde una pequeña rama en los años 60 hasta dos barrios vibrantes en 2024, los Santos en Luxemburgo han demostrado que el Evangelio crece aún en silencio.
Y hoy, su luz brilla más fuerte que nunca. Una capilla, una comunidad, un testimonio vivo de que el Señor no se olvida de Sus hijos… ni siquiera en un pequeño país entre Francia, Bélgica y Alemania.
Fuente: Church News
Cada cosa en su tiempo, los tiempos del Señir son PERFECTOS 🙏