Nota del editor: Después de siete años de preparación, oración y esperanza, se dio inicio a la construcción del Templo de Lagos, Nigeria. Este no es solo un proyecto arquitectónico; es un milagro en marcha.
El 10 de mayo de 2025 quedará marcado como un día de alegría para miles de Santos de los Últimos Días en África Occidental. La ceremonia de la primera palada del Templo de Lagos, Nigeria, fue mucho más que un acto simbólico: fue la respuesta a años de fe constante, trabajo silencioso y oraciones sinceras.

Desde que el presidente Russell M. Nelson anunció este templo en la conferencia general de octubre de 2018, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Nigeria y países vecinos han soñado con este momento. Ahora, ese sueño empieza a tomar forma sobre una parcela de tierra sagrada en el corazón de Lagos.
Un templo que bendecirá generaciones
El nuevo templo estará ubicado en la zona de Ikoyi, uno de los barrios más emblemáticos de Lagos, y servirá a una ciudad de más de 16 millones de habitantes. Con cerca de 2,000 metros cuadrados de construcción, incluirá salas de investidura, de sellamiento, un baptisterio y espacios dedicados a los fieles que viajarán largas distancias para adorar.

Pero más allá de los planos y ladrillos, este templo representa algo mucho más profundo: una oportunidad eterna para sellar familias, recibir ordenanzas sagradas y acercarse más a Dios.
Una ceremonia llena de gratitud
Elder Alfred Kyungu, presidente del Área África Oeste, presidió el evento, acompañado por líderes locales, invitados especiales y miembros emocionados. Durante la ceremonia, se compartieron mensajes sobre la preparación personal, las bendiciones del templo y el plan eterno de Dios para sus hijos.

Una joven local, Sister Uba Ogechci Esther, conmovió a los presentes al hablar sobre cómo debemos prepararnos para entrar al templo: con limpieza, perdón, humildad y una disposición espiritual sincera. Más adelante, la hermana Mercy Fayehun testificó de la paz y revelación que ha recibido al acudir a la Casa del Señor.
Un momento sagrado
Al ofrecer la oración dedicatoria, el élder Kyungu invocó las bendiciones del cielo sobre el terreno, sobre quienes participarán en la construcción, y sobre todos aquellos que algún día cruzarán sus puertas sagradas. Dedicó el lugar como un sitio santo, pidiendo protección espiritual y física, y animando a los Santos a prepararse desde ahora para el día en que el templo esté listo.
“Este templo será una luz para las naciones, un faro de esperanza y un lugar de paz en medio del bullicio de la ciudad”, expresó uno de los líderes presentes.
Un nuevo capítulo para la fe en África
La construcción del Templo de Lagos no solo simboliza crecimiento espiritual, sino también la expansión del evangelio restaurado en África. A medida que este templo se levante, también lo harán los testimonios de quienes han esperado, servido y creído.