Nota del editor: ¿Qué pasaría si en solo tres días pudieras conectar con el pasado, el presente y el futuro del Evangelio? Eso fue justo lo que vivieron más de 120 jóvenes, en una experiencia que jamás olvidarán.
Del pasado pionero al futuro glorioso. Así fue el viaje espiritual de más de 120 jóvenes del barrio Cincinnati Ohio Este, que durante tres días visitaron tres templos: uno histórico, uno activo… y uno que aún no ha sido construido.
Y lo que encontraron no fueron solo edificios sagrados. Encontraron propósito, conexión y un testimonio más fuerte de su misión divina: reunir a Israel.
Día 1: El presente — Un templo en funcionamiento
Todo comenzó en el Templo de Columbus, Ohio, donde los jóvenes participaron en bautismos por los muertos. Fue un momento de reverencia y conexión con sus antepasados, y una oportunidad de sentir el poder del templo hoy, en sus propias vidas.
Día 2: El pasado — Kirtland, donde todo comenzó
Al día siguiente, caminaron por los pasillos del histórico Templo de Kirtland, donde los primeros Santos de los Últimos Días dieron sus primeros pasos de fe. Allí, una joven de 15 años, Sophia, expresó:
“Pude sentir su fe y su valentía… este viaje me inspiró a ser como esos humildes Santos”.
Ese día terminó con un devocional especial en la granja de John Johnson, presidido por el élder Nathan L. Johnson. Algunos jóvenes compartieron testimonios sinceros sobre cómo la historia de la Iglesia ahora les pertenece también a ellos.
Día 3: El futuro — Una visión de lo que viene
Finalmente, el grupo visitó el sitio del futuro Templo de Cincinnati, Ohio, donde se planea construir un nuevo templo que quedará a menos de 30 minutos del hogar de muchos de estos jóvenes.
La presidenta de las Mujeres Jóvenes, Alissa Brown, los miró de pie en el campo vacío y pensó:
“Estos chicos son la esperanza de Israel”.
Y no fue la única emoción presente. El recuerdo de Blake Anderson, un líder local que ayudó a planear la conferencia incluso mientras luchaba contra el cáncer, conmovió a todos. Falleció semanas antes del evento, pero los líderes sintieron su presencia especialmente fuerte durante la visita a Kirtland.
“Fue como si nos estuviera ayudando desde el otro lado del velo”, dijo Brown.
Un viaje, una misión
Aaron, quien pronto servirá una misión en California, lo dijo mejor:
“Si los primeros Santos construyeron un templo desde cero… yo puedo aprender un nuevo idioma”.
Y Cora, de 14 años, añadió:
“Ellos dieron su mejor esfuerzo aunque no eran expertos. Yo también quiero dar lo mejor de mí”.
¿Qué aprendemos de estos jóvenes?
Que los templos no son solo historia o arquitectura. Son parte de una promesa eterna.
Una promesa que vive en ellos, y en ti.
Fuente: Church News
