El sábado 26 de abril de 2025, el corazón del mundo cristiano se reunió en oración y reverencia en el Vaticano para despedir al papa Francisco, quien falleció el pasado lunes 21 de abril. Fue un momento de recogimiento universal, donde líderes, fieles y personas de diferentes credos rindieron homenaje a una vida de servicio.
Entre los asistentes se encontraban el élder Rubén V. Alliaud, Setenta Autoridad General y presidente del Área Europa Central de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y su esposa, la hermana Fabiana Bennett Alliaud, quienes representaron a la Primera Presidencia en esta ocasión solemne.
Un legado de fe y compasión
Jorge Mario Bergoglio, originario de Argentina, fue el primer pontífice latinoamericano y dirigió la Iglesia Católica durante doce años. Su papado estuvo marcado por la cercanía a las personas, la defensa de los más vulnerables y el llamado constante al perdón y al amor cristiano.
Durante su ministerio, el papa Francisco viajó a numerosos países, entre ellos Irak, Estados Unidos y México, llevando esperanza y enseñanzas a millones. Hasta el último día de su vida, compartió su fe: su último mensaje, pronunciado el Domingo de Pascua en la Plaza de San Pedro, fue un testimonio más de su compromiso inquebrantable.
El funeral, celebrado al aire libre en la Plaza de San Pedro, reunió a cerca de 250 000 personas. El servicio incluyó la celebración de la Sagrada Comunión, lecturas bíblicas y cantos gregorianos, en un marco de profunda espiritualidad. El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio de Cardenales, recordó con emoción:
“Él fue un papa entre el pueblo, con un corazón abierto hacia todos”.
Un gesto de unidad y respeto
La participación de líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días refleja el profundo respeto y el espíritu de hermandad que existe entre quienes buscan seguir a Jesucristo en diferentes tradiciones de fe.

En un comunicado oficial, el presidente Russell M. Nelson, junto a sus consejeros el presidente Dallin H. Oaks y el presidente Henry B. Eyring, expresaron:
“Nos unimos al mundo en lamentar el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco. Su liderazgo valiente y compasivo ha bendecido innumerables vidas. Expresamos nuestras más sinceras condolencias a todos aquellos que acudían a él en busca de inspiración y consejo. Al hacer una pausa para recordar su ejemplo de perdón y servicio, sentimos una profunda gratitud por la bondad de una vida bien vivida y nos regocijamos en la esperanza de una gloriosa resurrección que será posible gracias al sacrificio expiatorio de Jesucristo”.
Cabe recordar que tanto el presidente Nelson como el presidente Eyring tuvieron la oportunidad de reunirse personalmente con el papa Francisco durante su ministerio, en encuentros que reflejaron respeto mutuo y amor cristiano.
Un testimonio de esperanza
La partida del papa Francisco deja un legado de fe, servicio y humanidad. Para los miembros de La Iglesia de Jesucristo y para creyentes de todo el mundo, su vida es un recordatorio del poder de servir a Dios sirviendo a los demás.
Fuente: Church News