Fany Rodríguez Córdova, miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y obstetra en Piura, Perú, ha sido condecorada con la Orden al Mérito de la Mujer 2020 por su destacada labor atendiendo a mujeres gestantes con COVID-19.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables del Perú realizó recientemente la XVII edición de la condecoración Orden al Mérito de la Mujer, donde fueron reconocidas profesionales por el excelente desempeño en la lucha frente a la pandemia actual.
La hermana Rodríguez, quien ahora también se desempeña como una líder de mujeres jóvenes entre los 12 y 17 años de la Iglesia de Jesucristo, es también reconocida porque gracias a su gestión se ha permitido la continuidad en la atención a gestantes covid.
Con respecto al reconocimiento, la Mg. Obstetra, Fany Rodríguez Córdova declaró:
“Muy agradecida por este otorgamiento. Lo recibo con mucha humildad y gratitud, donde reconocen nuestra labor de servicio y nuestra vocación de obstetra, feliz de representar a un grupo de colegas que trabajamos en el área Covid y de ser identificada como la gestora que hoy en día nuestras gestantes Covid sean atendidas también en nuestro Hospital Santa Rosa. Esto no fuera posible sin un trabajo en equipo”.
Para masfe.org, la obstetra Rodríguez nos cuenta que atendió el primer nacimiento de un bebé cuya madre era paciente con COVID-19 en el Hospital de La Amistad Perú Corea Santa Rosa II.
“Soy consciente del riesgo que corro y muy a pesar de ello nunca abandoné mi puesto de batalla, elegí mi camino el día que decidí ser obstetra, personal de salud, y lo hago con gusto de saber que vivo cada momento dándoles mejor calidad de vida a mis pacientes. Para muchas personas son actos de valentía y heroísmo, por eso la condecoración. Sin embargo, para nosotros miembros de la Iglesia no es otra cosa que el “Evangelio en Acción”, lo aprendí aquí en nuestra Iglesia: Amar a nuestro prójimo mediante el servicio desinteresado, paciente y compasivo. Lo aprendí del mejor ejemplo en toda la humanidad, nuestro señor Jesucristo, y enseñado por una buena madre, mujer de muchas virtudes y buenos ejemplos, quien me enseñó el evangelio desde muy niña en estos tiempos difíciles.
Quiero testificar que he sentido su mano protectora cada día y que si estoy en el servicio de mis semejantes solo estoy al servicio de mi Dios.
Sé también que nuestra existencia cumple propósitos divinos, sé que soy una hija de Dios con un potencial divino, por lo tanto sobre mis hombros siento el peso de tal responsabilidad, ruego a mi Padre Celestial guíe siempre mis manos, mi mente y mi corazón para seguir sirviéndole.”
El equipo de Más Fe expresa sus felicitaciones a esta valiente Santo de los Últimos Días por su servicio y amor al prójimo.