Recientemente, la presidenta general de la Sociedad de Socorro, Camille N. Johnson, se dirigió a todos los misioneros, élderes y hermanas, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en el Centro de Capacitación Misional (CCM) de Provo, Utah.
En su mensaje, la presidenta Johnson, compartió que la obra misional viene de amar a Dios y a los demás, buscar una guía espiritual mediante la revelación y encontrar a Cristo cuando se asiste al templo, la Casa del Señor.
“Mostramos nuestro amor por Él amando y sirviendo a nuestro prójimo con ‘corazón, fuerza, mente y fortaleza’ (Doctrina y Convenios 4:2), Así que, hermanas y élderes, permitan que el amor sea el motivo de su servicio misional.
Cuando buscamos deliberadamente el amor de Dios, reconocemos que Él nos colma de Su amor diariamente. Cuando reconocemos Su amor por nosotros, regresamos ese amor puro y poseemos ese atributo de caridad…
Estoy segura de que amarán a las personas a las que han sido llamados a servir y, al amarlas, querrán darles la oportunidad de tener una relación de convenio con Dios”.
Además, la presidenta Johnson explicó que un llamamiento misional comienza con la decisión de un misionero de prestar servicio y la asignación que se le da por parte de un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, actuando con la autorización del presidente de la Iglesia.
“Todo eso ha llegado a través de la revelación: la personal, que se vincula a la revelación de un miembro de los Doce y, en consecuencia, se vincula al profeta. Ser parte de esa cadena de revelaciones es magnífico”.
Asimismo, la presidenta Johnson mencionó la importancia de centrarse en Jesucristo al momento de ingresar al templo. Recordó las palabras del presidente Russell M. Nelson expresando que “todo lo que se enseña en el templo, mediante la instrucción y el Espíritu, amplía nuestra comprensión de Jesucristo”.
“[Trato] de ver a Jesucristo en cada ordenanza, en cada acción, en nuestra vestimenta del templo… Permitan que ingresar al templo se centre en Él. Luego, al salir del templo y guardar los convenios que hicieron allí, tendrán acceso a Su poder del sacerdocio”.
También ella recalcó que los gárments son recordatorios físicos de la relación de convenio con Dios.
“Cada día, cuando nos vestimos con el gárment del templo, tenemos la dulce oportunidad de reflexionar sobre el Salvador, cómo vivió, lo que ha hecho por nosotros y cómo quiere que vivamos. Usar el gárment del templo es la evidencia de nuestra elección a ser escogidos para participar en el banquete de bodas del Rey ( Mateo 22:1-10)”.
Finalmente, la hermana Johnson prometió a cada élder y hermana que podrán ver los milagros en el campo misional si se esfuerzan por ser diligentes y obedientes.
“El Padre Celestial no los va a traer hasta aquí y no permitirles que tengan la oportunidad de recordar su misión con cariño y el gozo que sintieron cuando vieron ocurrir los milagros”.
*Imagen de portada: JoelMasson, Adobe Stock
Fuente: Church News