“Siento amor y respeto por este país (Perú)… Reconocemos que al trabajar juntos podemos encontrar soluciones a problemas en la sociedad”, expresó esta mañana la doctora Renata Forste, vicepresidenta internacional de la Universidad Brigham Young (BYU), al ser condecorada por el Congreso de la República del Perú.
El reconocimiento, liderado por la congresista Digna Calla Lobatón, destaca el impacto de los convenios entre BYU y la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (UNSCH), en Ayacucho, y representa un paso firme hacia una colaboración internacional que ya está cambiando vidas en el sur del Perú.

Un puente entre Utah y Ayacucho
Durante la ceremonia realizada este lunes 30 de junio en la sala Grau del Congreso, se reconoció no solo el liderazgo de la Dra. Forste, sino también el trabajo conjunto entre ambas universidades para promover la investigación, la movilidad académica y el intercambio cultural.

Actualmente, BYU colabora activamente con docentes de Lima y Arequipa, y pronto con Ayacucho, además de establecer vínculos con el Ministerio de Educación del Perú.
La vicepresidenta Forste ha sido clave en fortalecer la presencia internacional de BYU, una universidad fundada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, con sede en Provo, Utah. Su visión y gestión han llevado la misión educativa de BYU mucho más allá de las fronteras de Estados Unidos.
Alberto Puertas: un peruano que sigue dando luz
Junto a la Dra. Forste llegó también el Mag. Alberto Puertas, profesional peruano con amplia trayectoria en el ámbito académico, actual director del proyecto entre BYU y la UNSCH. Alberto fue parte clave en la concreción de este convenio que abrirá oportunidades a estudiantes ayacuchanos en programas de pregrado y posgrado, investigación y extensión universitaria.

Más que un convenio, una esperanza compartida
El acuerdo entre BYU y la UNSCH busca mucho más que el intercambio académico. Se trata de compartir valores, de enriquecer funciones científicas, de impulsar la movilidad estudiantil, y de unir corazones con una causa común: el bienestar social a través de la educación.

En palabras de la Dra. Forste, “trabajar juntos” es la clave para enfrentar los desafíos actuales. Esta visión de cooperación no solo beneficia a estudiantes y profesores, sino también inspira a comunidades enteras a creer en el poder transformador de la educación y la fe.
BYU fue fundada en 1875 por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. La UNSCH, ubicada en Ayacucho, es una de las universidades más antiguas del continente, establecida en 1677. Hoy, más de 300 años después, ambas instituciones unen fuerzas para servir mejor.