“Las familias pueden ser eternas”, es una de las más hermosas promesas que aprendemos desde niños los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Gracias a la ordenanza del sellamiento en los templos, tenemos la certeza de que ni siquiera la muerte podrá separarnos de nuestros seres más queridos: podemos vivir para siempre como familias.
El matrimonio, por lo tanto, es un pilar fundamental para los miembros de la Iglesia. Es la gran meta que nos establecemos para toda la eternidad y, por lo tanto, cuando una relación conyugal atraviesa desafíos, se nos insta a buscar soluciones.
Tolerancia cero
No obstante, las oportunidades de reparación son extremadamente limitadas cuando afrontamos casos de abuso familiar.
“Permítanme ser perfectamente claro: cualquier tipo de abuso es una abominación para el Señor. Aquellos que perpetran estos actos atroces no solo son responsables ante las leyes del hombre, sino que también enfrentarán la ira de Dios Todopoderoso”.
Esas fueron las contundentes declaraciones del presidente Russell M. Nelson al referirse sobre el abuso que sufren mujeres, niños o cualquier tipo de persona. Es un pecado que no tiene por qué ser tolerado ni mucho menos justificado.
Sin embargo, no siempre es fácil salir de ese círculo de violencia. Y creo que es incluso más complicado cuando tenías la certeza de que esa persona sería tu compañía eterna.
Porque, cuando comenzaron a salir, ese chico parecía encantador, caballeroso, divertido, considerado y religioso (misionero retornado y fiel en su llamamiento). Era el tipo de digno poseedor del sacerdocio que te dijeron que busques como pareja.
Pero tras la noche de bodas, todo cambiaría. Las discusiones se volverían en gritos y acusaciones de una sola parte, improperios y palabras degradantes, además de golpes por toda la casa y violencia física. ¿Cómo aspirar a vivir por toda la eternidad bajo esas condiciones represivas y abusivas?
Este sentimiento de impotencia y dolor, además, se extiende hacia nuestra familia. Como padre o madre, ¿cómo puedes saber si el novio de tu hija es realmente una buena persona y no un violento e hipócrita?
Criar hijas seguras de su valor
Geoff Steurer, terapeuta matrimonial y miembro de la Iglesia, responde a esta difícil pregunta con su experiencia profesional y personal, así como con enseñanzas y palabras de nuestros profetas de la actualidad.
Si bien no puedes predecir si tus hijas se casarán o no con hombres abusivos, puedes trabajar para ayudarlas a convertirse en mujeres seguras de sí mismas que reconozcan rápidamente los signos de violencia y se nieguen a tolerar el abuso en cualquier grado.
Un punto que debo mencionar es que espero que tengas una visión realista del matrimonio. No habrá un hombre que no le cause dolor emocional a tu hija.
Tanto los hombres como las mujeres hieren los sentimientos del otro en el matrimonio y tienen ocasionales conductas egoístas, desconsideradas e insensibles. El abuso, por otro lado, es un patrón más generalizado de menoscabo de la dignidad de otra persona como ser humano.
El presidente Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, ofreció el siguiente consejo sobre cómo encontrar parejas románticas seguras:
“Hay muchas cualidades que querrás buscar en un cónyuge, pero seguramente entre las más básicas están las de cuidado y sensibilidad hacia los demás, un mínimo de egocentrismo que permita que la compasión y la cortesía sean evidentes.
En una relación de noviazgo, no quiero que pases ni 5 minutos con alguien que te menosprecia, que te critica constantemente, que es cruel a tu costa y que incluso puede que lo llame humor.
La vida ya es bastante dura sin que la persona que se supone que te ama lidere el ataque a tu autoestima, a tu sentido de la dignidad, a tu confianza y a tu alegría. Bajo el cuidado de esta persona, mereces sentirte físicamente seguro y emocionalmente a salvo”.
Si tienes una relación cercana y abierta con tus hijas, en la que ellas buscan regularmente tus consejos y recomendaciones sobre sus vidas, es posible que te inviten a compartir tu opinión sobre sus citas.
Tu opinión es importante
Puedes enseñar a tus hijas a conocer a muchos chicos diferentes y no conformarse con el primero que quiera una relación seria. El padre de mi esposa la desafió cuando era adolescente a conocer a 100 chicos diferentes antes de decidir con quién se casaría.
Mi esposa tenía muy claro lo que quería cuando nos conocimos y comenzamos a salir. Dijo que, a medida que pasaba tiempo con diferentes amigos, citas y novios a lo largo de los años, notó patrones y rasgos de personalidad que habrían sido más difíciles de detectar sin el contraste de interactuar con tantos individuos diferentes.
También puedes enseñar a tus hijas a reconocer cuándo algo les resulta incómodo y a no cuestionar sus emociones o instintos. En una relación segura, hay espacio para decir: “No me siento cómoda con eso” y esperar que la otra persona sea considerada.
Ella puede aprender que si su pareja se niega a darle espacio a sus sentimientos, necesidades o preferencias, debe tener cuidado y no seguir adelante hasta que se aborde y se tenga en cuenta este patrón.
A medida que construyas una relación sólida con tus hijas y les muestres lo que significan el respeto, la amabilidad y la consideración, ellas aprenderán qué esperar de eso en sus relaciones románticas.
Anima a tus hijas a pasar tiempo en distintos entornos y contextos con sus parejas románticas para que puedan experimentar sus reacciones ante distintas personas y situaciones.
Incluso si él la engaña a ella y a todos los demás y luego comienza a actuar de manera abusiva después de que se casaron, ella puede tener buenos reflejos para defenderse y obtener la ayuda que necesita para su relación o salir de ella por completo, según la gravedad de la situación.
Mientras reconozcamos nuestro infinito valor como hijos de un Padre Celestial Amoroso dispuesto a sacrificar a su propio Hijo para salvarnos, podremos tener la capacidad y valentía de romper el círculo del abuso, sin miedo a empezar de nuevo, confiando en que Dios tiene un plan de felicidad para todos. Nadie está destinado a sufrir.
Fuente: Meridian Magazine
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@masfe.org No es que esa persona esté enojada, es que probablemente tiene una pena muy grande en su corazón. En lugar de enojarnos con nuestros semejantes, seamos más empáticos con ellos. No sabemos las cargas que ellos llevan. #reflexion #pena #tristeza #furia #enojo #consejo #sabiduria #cristianos #consejocristiano #sud #masfe