Cuando los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días recibimos nuestra investidura en el templo, se nos invita a guardar 5 convenios específicos con el Padre Celestial:
- Ley de obediencia
- Ley de sacrificio
- Ley del evangelio
- Ley de castidad
- Ley de consagración
Aunque cada una de estas leyes conlleva diferentes responsabilidades y significados, en algunos Santos de los Últimos Días despierta curiosidad que la ley de castidad, un mandamiento del Señor, no esté incluido en la ley de la obediencia, la cual precisamente nos exhorta a guardar los mandamientos de Dios.
¿Por qué se incluye la ley de castidad como una ley separada durante la investidura, en lugar de formar parte de la ley de obediencia como los otros mandamientos?
La trascendencia de la castidad
La ley de castidad tiene un profundo significado dentro de las doctrinas y prácticas de la Iglesia de Jesucristo. Este sagrado mandamiento, que declara la pureza sexual antes del matrimonio y la fidelidad dentro del matrimonio, no es simple sugerencia, sino un convenio que efectuamos con Dios.
Es así que su inclusión como una ley separada durante la ceremonia de investidura destaca su insustituible papel en la trayectoria espiritual de los miembros de la Iglesia.
La ley de castidad enfatiza que las relaciones sexuales son un don divino, una sagrada responsabilidad que nos confió el Padre Celestial desde el inicio de los tiempos, la cual debe ser tratada con respeto y santidad.
Sobre su importancia en nuestro desarrollo y preparación para la inmortalidad, el élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
“El poder de la procreación es de importancia espiritual. Lo que sentimos respecto a ese poder divino y cómo lo usamos determinarán en gran medida nuestra felicidad en la mortalidad y nuestro destino en la eternidad.
Por ello, durante la sesión de investidura en el templo —una experiencia espiritual profunda que simboliza el compromiso de vivir con altos estándares morales y de mantener puros el cuerpo y el espíritu— se incluye de manera especial a la ley de castidad.
Una burla hacia la Expiación
El carácter individual de la ley de castidad como una ley separada durante esta divina ordenanza también se entiende al prestar atención a las advertencias proféticas sobre las dolorosas consecuencias de su transgresión.
El presidente Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, ha exhortado que el cuerpo es parte integral del alma y que el pecado sexual es una transgresión grave que afecta tanto al cuerpo como al espíritu:
“Al explotar el cuerpo de otra persona, lo cual significa aprovecharse de su alma, se profana la expiación de Cristo, que salvó esa alma… [Esa] persona se burla del Hijo de Justicia [y] no es posible hacer eso sin quemarse”.
Duras declaraciones dentro de una sociedad que normaliza el sexo prematrimonial, la pornografía y otras formas de inmoralidad sexual, pero para las cuales también hemos recibido pautas para hallarnos protegidos.
Entonces, para contrarrestar estas presiones culturales, se anima a los miembros de la Iglesia a participar en debates abiertos sobre la castidad. Por ejemplo, en el manual de Principios del Evangelio, leemos:
“Antes de que los niños alcancen la madurez, los padres ya deben haberles hablado francamente sobre la procreación. Es importante que comprendan que esos poderes son buenos y que el Señor fue quien nos los dio, [pero] espera que los utilicemos dentro de los límites que nos ha dado”.
De la misma manera, a los hombres y mujeres jóvenes —y miembros de la Iglesia en general— se les exhorta a cuidar sus pensamientos y evitar situaciones que puedan llevar a la tentación, ya que vivir la ley de castidad también abarca la pureza mental y emocional.
Por lo tanto, tomando en consideración la naturaleza divina de este mandamiento y las devastadoras consecuencias sobre su transgresión, comprendemos que es necesario para los hijos e hijas de Dios efectuar un convenio especial respecto a la ley de castidad.
Su inclusión en la ceremonia de investidura sirve como un poderoso recordatorio de la sagrada responsabilidad de la procreación e invita a las personas a reconocer su herencia divina y a honrar sus cuerpos como templos del Espíritu Santo.
Fuente: Ask Gramps
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@masfe.org La misma Biblia nos aconseja no luchar contra la tentación s€xu@l sino más bien huir de ella. Luchar contra la tentación s€xu@l implica permanecer en contacto con ella y eso no es sabio, porque seguir en contacto con los impulsos que Dios puso en nosotros para poder ejercerlos dentro de los sagrados vínculos del matrimonio podría suponer caer en la tentación, lo que solo destruirá nuestra espiritualidad y auto respeto. #biblia #consejo #jovenescristianos sexualidad #cristianos #tentacion #fe #lucha #cambiodevida #familia