Los gárments, que representan la investidura del Antiguo Testamento, son prendas interiores usadas por los miembros de la Iglesia de Jesucristo que han realizado ciertas promesas eternas con Dios en los templos. Una de las promesas es usarlas de por vida.
Si se usan debidamente, serán de protección contra las tentaciones, la maldad y los “dardos” del adversario.
Ahora, para algunos no es muy cómodo usar prendas que cubren casi todo el cuerpo las 24 horas al día durante los 365 días del año. A veces hace mucho calor, y el cuerpo comienza a sudar y otras veces simplemente no combina con las prendas que se usan porque dejan espacios al descubierto.
Entonces, dicho esto, ¿hay situaciones en las que se pueden dejar de usar? A continuación revisaremos lo que la Iglesia de Jesucristo nos enseña mediante su Manual General.
Evitar creencias personales
Para explicarles de manera directa, es sumamente interesante, y a veces un poco divertida, ver tantas limitaciones que los miembros en la Iglesia podrían enseñar con respecto al correcto uso del gárment.
En el mundo hay miles de culturas diferentes, cientos de países distintos con climas variados, costumbres únicas y mentalidades peculiares. Sin embargo, el capítulo 26 del manual aclara cada una de las posturas que podrían afectar el orden de la Iglesia.
Si bien durante la entrevista para que los miembros puedan tener sus gárments los líderes pueden adaptar las preguntas, el manual resalta que los líderes “no deben presentar sus creencias, preferencias o interpretaciones personales como doctrina o normas de la Iglesia” (Sección 26.3.3).
¿Limitaciones específicas?
El manual nos enseña que el uso de los gárments deben hacerse debidamente y de por vida. Además, señala:
“No debe quitárselo para actividades que se puedan llevar a cabo razonablemente con el gárment puesto y no ha de modificarse con el fin de adaptarlo a diversos estilos de ropa”.
He escuchado de muchos miembros de la Iglesia decir que todas las actividades son “razonables”, y que únicamente en situaciones como ducharse y la intimidad en la matrimonio se puede prescindir del uso del gárment.
¿Te imaginas ir a la playa o a la piscina y nadar con tu gárment y una camiseta encima? Es posible, pero no es razonable. Es por ello que debemos tener mucho cuidado en confundir el propósito del mensaje que el manual nos quiere transmitir.
Asimismo, el manual nos da un principio fundamental, el cual también nos exige un ejercicio espiritual diario:
“Los miembros investidos deben procurar la guía del Santo Espíritu para hallar respuesta a las preguntas personales acerca del uso del gárment”.
Esta es una respuesta clara. El manual no señala las situaciones específicas, sino que nos da una tarea: preguntarle al Espíritu si aquella situación amerita o no dejar de usar el gárment.
Recordemos, llevar puesto el garment es un privilegio sagrado y también expresa nuestro compromiso con el Salvador.
Casos especiales
Doce capítulos más adelante, el manual vuelve a tocar el tema, pero ahora un poco más detallado, pues hay ciertas situaciones que realmente necesitan un trato distinto debido a las circunstancias que lo exigen.
Los miembros que pertenecen al ejército, al equipo de bomberos, oficiales de la fuerza del orden público y agentes gubernamentales de seguridad son aquellas personas que tienen una directriz distinta, pero que obedecen la esencia del uso correcto y vital del gárment.
Incluso, el manual recomienda no usar el gárment en ciertas situaciones:
“Quizás sería mejor quitarse el gárment temporalmente y volvérselo a poner cuando las circunstancias lo permitan”.
Esto se hace con el fin de evitar exponer los gárments a la vista de aquellas personas que no entiendan su significado.
Nuevamente, se insta a los miembros a que procuren la guía del Espíritu y usar “tacto, discreción y sabiduría” en ello.
Además, habrá ocasiones en la que los reglamentos impedirán que el miembro use el garment, pero en esas situaciones, la condición del miembro no se verá afectada, siempre y cuando se mantenga digno.
Ahora, algo que debo recalcar es que, aun teniendo esa disponibilidad de quitarse los garments, si a los miembros no se les permite usar el gárment, deben volver a ponérselo tan pronto como las circunstancias lo permitan.
En conclusión, no hay situaciones específicas, a excepción de las señaladas para los miembros que trabajen en esos puestos, en la que los miembros puedan quitarse los gárments, y por ello la Iglesia invita al miembro usar tanto la razón como la guía del Espíritu.
Si tienes alguna otra pregunta, déjalo en los comentarios.