¿Los 3 nefitas y Juan el Amado pueden ir y venir a través del velo?

seres trasladados

Pregunta

Por ser seres trasladados significa que los 3 nefitas están aquí, en la tierra, en la actualidad, así como Juan El Amado. ¿Ellos pueden ir y venir a través del velo?

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Respuesta

Cuando leí tu pregunta, analicé la respuesta con otros amigos con el fin de determinar cómo responder mejor a la misma. Bien, por supuesto, coincidimos en algunos puntos y en otros, hemos intentado determinar la relación entre “los 3 nefitas aquí, en la tierra, en la actualidad” e “ir y venir a través del velo.”

Considerando ambas frases, primero compartiremos lo que sabemos sobre los seres trasladados. Luego, daremos algunas ideas con respecto a “aquí, en la tierra, en la actualidad” relacionado con “pueden ir y venir a través del velo.”

En el sitio web de la Iglesia, lds.org, encontramos la siguiente información respecto a los seres trasladados:

  • Personas que han recibido un cambio permanente en su cuerpo físico, que les impide padecer el dolor físico y la muerte.
  • Este cambio permanente permite que algunos sean retirados de esta tierra. Por ejemplo: Moisés, Enoc (toda su ciudad), Elías el Profeta.
  • Este cambio permanente se puede realizar mientras los individuos permanecen en la tierra, ministran en la tierra. Es decir, los 3 nefitas y Juan el Amado.
  • Nunca prueban la muerte, en cuanto al sentido original de la muerte de los mortales.
  • Los seres trasladados pueden resistir la presencia de Dios.

Ahora, cuando pensamos en los seres trasladados que están aquí, en la tierra, y si pueden o no ir y venir a través del velo. A continuación, te diremos lo que pensamos. La pregunta parece abordar dos opciones: (1) Los 3 nefitas y Juan el Amado tienen cierto tipo de base de operaciones en esta tierra de donde van y vienen, y (2) El hermano de Jared y su experiencia de no permanecer en el velo.

Lo que sabemos es que los 3 nefitas y Juan el Amado técnicamente no tienen una base de operaciones. Son ministrantes del evangelio de Jesucristo, enviados aquí o allá según la voluntad del Señor, su maestro. Pueden revelarse a quien deseen según la voluntad del Señor. Como los tres nefitas desearon quedarse, esto significaría que la mayoría del tiempo están aquí en esta tierra.

Probablemente sean ministrados por ángeles, y posiblemente, ministrados por el mismo Jesús. Como son en cierto sentido, perfectos en Cristo. Entonces, parecería correcto decir que pueden ir y venir a través del velo como lo deseen. Supongo que una pregunta correcta sería: “¿Cómo alguien que es perfecto en Cristo, con su estado trasladado como testigo, no puede atravesar el velo?” Pensaría que el conocimiento de su estado no los inhibiría de atravesar el velo y regresar.

La otra opción sería el hermano de Jared y su experiencia de no permanecer dentro del velo. En este sentido, debido a la fe del hermano de Jared, el velo fue retirado por un tiempo breve y luego, restaurado. Para los seres trasladados, su estado permanente también se debe a su fe y no existe razón para dudar de su capacidad de ir y venir a través del velo. Debido a su fe y conocimiento de Cristo, no permanecen dentro del velo, pero pueden atravesarlo como su maestro.

Esperamos que estos pensamientos hayan abordado tu pregunta completamente, de lo contrario, siempre serás bienvenida para hacer otra pregunta que te proporcione más claridad sobre lo que querías saber.

Fuente: askgramps.org

Comentarios
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José Smith y su guardaespaldas se encontraron con Juan el Revelador
Si Juan el amado y los tres meditas están vivos... Cómo dicen que el sacerdocio fue quitado de la tierra... ????
Erwin
supongo que si pueden cuando quieren hacerlo
fran
Pues si bien puedes revisar uno de ellos estuvo presente en el día que se restauró el sacerdocio de Melquisedec sobre la cabeza de José Smith, además el sacerdocio fue retirado en si la autoridad pero el poder sigue estando vigente siempre y cuando el hombre viva en rectitud, también la misión de Juan no era magnificar el sacerdocio, sino preparar el camino para la segunda venida de Jesucristo
Willington Cancino
Solo observen la Historia y saquen conjetura del origen. Las genealogías de los judíos se quemaron en la destrucción del Israel en 70 DC EL SOL radiante de la mañana se filtraba entre los árboles y se posaba sobre un muchacho que estaba arrodillado, orando fervorosamente. José, de 14 años, se hallaba en confusión a causa del caos religioso que reinaba en su tiempo. Las iglesias tradicionales estaban sufriendo divisiones. Por todas partes surgían nuevas sectas. ¿En qué grupo debía ingresar? En su oración, preguntó: “¿Cuál de todos estos partidos [religiosos] tiene razón; o están todos en error? Si uno de ellos es verdadero, ¿cuál es, y cómo podré saberlo?”. Así describió José Smith su crisis espiritual temprana. No es de extrañar que estuviera confundido, pues en la región donde vivía, en el noreste rural de Estados Unidos, existía un gran fervor religioso por aquel entonces, a principios del siglo XIX.* Se necesitaba urgentemente tener alguna esperanza. Muchos granjeros llevaban una vida tan dura como el suelo pedregoso que labraban. En su afán por obtener algo mejor, se dejaban seducir por historias de tesoros indios escondidos. Así que registraban palmo a palmo las colinas, equipados con piedras mágicas de videntes, conjuros y varas de zahoríes. Las leyendas locales hablaban de una importante civilización india que había sido aniquilada en una batalla terrible librada en algún lugar del estado de Nueva York. Algunos predicadores populares de la época avivaron las llamas de la especulación al decir que los indios americanos descendían de las diez tribus perdidas de Israel. En 1823, por ejemplo, Ethan Smith escribió el libro View of the Hebrews; or the Tribes of Israel in America (Visión de los hebreos; o las tribus de Israel en América). Las planchas de oro y el profeta El joven José Smith se crió en este fértil ambiente de folclor y ardor religioso. Su familia también se vio afectada por toda esta excitación. Su madre explicó en un libro que habían experimentado curaciones, milagros y visiones. Pero cuando ella y algunos de sus hijos se hicieron miembros de una religión, José no quiso unirse a ellos. Él refirió posteriormente en su biografía la oración que había hecho para pedir ayuda y la respuesta que recibió. José explicó que tuvo una visión en la que Dios le había prohibido unirse a cualquier secta porque todas estaban equivocadas. Un día del otoño de 1823, el joven Smith, que entonces tenía 17 años, le contó a su familia que un ángel llamado Moroni le había mostrado unas planchas de oro antiguas. Cuatro años después afirmó que había recibido las planchas y el poder divino exclusivo de traducirlas, lo que requería el uso de una piedra especial llamada “piedra de vidente” y un par de anteojos de plata mágicos que tenían dos diamantes pulidos de tres facetas engarzados en los vidrios. Smith advirtió que si otros veían las planchas en esos momentos, morirían al instante. Smith, que sabía leer pero no sabía escribir bien, dictó la “traducción” de las planchas a varios secretarios. Sentado tras una cortina, relató una historia que supuestamente compiló un hebreo de nombre Mormón. Según Smith, las planchas estaban grabadas con escritura “egipcia reformada”, más concisa que la hebrea. En ellas se explicaba que Mormón y su hijo Moroni estaban entre los últimos sobrevivientes de una nación llamada los nefitas, un pueblo de piel blanca descendiente de hebreos que habían emigrado a América alrededor del 600 a.E.C., huyendo de la destrucción de Jerusalén. El relato explica que Jesús se había aparecido en América a esta nación después de su muerte y resurrección, y había escogido a doce apóstoles nefitas. Los lamanitas, otro pueblo también de ascendencia hebrea, eran rebeldes y belicosos, de modo que Dios los maldijo oscureciéndoles la piel. El relato de Mormón es básicamente una crónica de las sucesivas batallas entre estas dos naciones. Los nefitas se pervirtieron y con el tiempo fueron aniquilados por los lamanitas, que fueron antepasados de los indios americanos. Smith aseguraba que el hijo de Mormón, para entonces el espíritu Moroni, le había entregado dicha historia grabada en planchas de oro y lo había comisionado para restaurar la Iglesia de Cristo. Smith consiguió adeptos enseguida. Un creyente acaudalado financió la publicación de su manuscrito, titulado El Libro de Mormón. Este salió de las prensas en la primavera de 1830. Dos semanas después, José Smith anunció su propio título oficial: “Vidente, Traductor, Profeta, Apóstol de Jesucristo”. El 6 de abril de 1830 nació la congregación de los mormones, o La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.* Smith tenía un aspecto imponente que le hizo ganarse la devoción de muchos conversos; pero su religión, que se apartaba de lo convencional, también le atrajo enemigos. La recién fundada Iglesia se convirtió en blanco de persecución; sus miembros huyeron de Nueva York a Ohio y después a Misuri en busca de su Nueva Jerusalén. En su calidad de profeta, Smith pronunció una revelación tras otra, declarando la voluntad de Dios en asuntos que comprendían desde las donaciones monetarias hasta un mandato divino de tomar varias esposas. Esta última revelación en particular generó mucha oposición. En vista del recelo y el antagonismo con que se topaban en todas partes, los mormones tomaron las armas para defenderse. La intriga y la agitación que caracterizaron los primeros años de la vida de José Smith nunca disminuyeron. Las ciudades de la frontera del oeste, inundadas de sus seguidores, opusieron tenaz resistencia. No estaban dispuestas a reconocer ni otro libro sagrado ni a un profeta que se había autoproclamado. En 1839, para consternación de la población local, los mormones fundaron una colonia próspera con sus propios molinos, fábrica, universidad y milicia en Nauvoo (Illinois). Cuando estallaron las hostilidades, arrestaron a Smith y lo internaron en la prisión de Carthage (Illinois). El 27 de junio de 1844 una turba asaltó la prisión y lo mató a tiros. La Iglesia sobrevive a su profeta El relato no finaliza de ningún modo con la muerte de José Smith. Brigham Young, presidente del Consejo de los Doce Apóstoles, asumió rápidamente el mando y condujo a un buen número de creyentes en un peligroso viaje hasta el valle del gran lago Salado (Utah), donde aún se halla la sede de los mormones.* La Iglesia fundada por José Smith sigue ganando adeptos. Según sus propias fuentes, cuenta con unos nueve millones de fieles en todo el mundo. Se ha extendido mucho más allá de su cuna, el estado de Nueva York, llegando a lugares tan diversos como Italia, Filipinas, Uruguay y Zaire. Pese al persistente antagonismo de que ha sido objeto, la singular religión mormona ha prosperado. ¿Constituye, en realidad, la restauración del cristianismo verdadero que han esperado hombres de fe? [Notas a pie de página] Los historiadores llamaron posteriormente a esta región del oeste del estado de Nueva York el “distrito quemado” (burned-over) debido a las olas de avivamientos religiosos efímeros que la barrieron en los inicios del siglo XIX. Originalmente denominada “La Iglesia de Cristo”, el 26 de abril de 1838 se convirtió en “La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”. Aunque esta es la designación que prefieren sus miembros, en la presente serie de artículos también se usan los nombres “mormonismo” y “mormones” (derivados de El Libro de Mormón), ya que son los más conocidos para muchos lectores. Hay varios grupos disidentes que se han apartado de la Iglesia y que se autodenominan mormones. El principal de ellos es la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, con sede en Independence (Misuri).
Ester
El sacerdocio se perdió por la corrupción y pecado entre los hijos de Dios es decir nosotros quienes estamos siendo probados Los 3 nefitas o Juan o a quien Dios permita vivir lo hace con un propósito diferente al de nosotros por tanto el sacerdocio fue quitado por mandato divino ellos pudieron darlo pero si Dios no lo autoriza de nada vale.
Abraham Jimenez

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