Deseret News estuvo de aniversario el pasado 24 de septiembre y lo celebró con un evento al que asistieron líderes cívicos, amigos de la fe y miembros de la Iglesia de Jesucristo en Salt Lake City.

Uno de los invitados destacados fue el profesor Arthur C. Brooks, maestro de Harvard y autor de best-sellers. Durante la ceremonia, él recibió el Deseret News Civic Charity Award y pronunció un discurso que conmovió a muchos.

El profesor Arthur habló sobre dos armas destructoras y populares: el odio y el desprecio. Como parte del discurso, citó al presidente Russell M. Nelson:

“El odio entre hermanos y vecinos ha llegado en la actualidad a reducir ciudades sagradas a urbes de dolor”.

A pesar de su fallecimiento, sus palabras de advertencia siguen vigentes. 

Vivir una ley más alta

Profesor Arthur C. Brooks durante un discurso. Imagen cortesía de Gage Skidmore

El odio está azotando el mundo y si bien no podemos controlar ese sentimiento en los demás, sí podemos hacerlo en nosotros mismos. Puede que la respuesta más común cuando recibimos odio sea simplemente ignorar y continuar, pero, ¿realmente es lo mejor que podemos hacer?

Durante el discurso del profesor Brooks, él recordó que los seguidores de Jesucristo debemos vivir una ley mayor, la cual es la ley del amor al prójimo. Tal como enseñó el Salvador:

Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”.

Este enfoque nos recuerda a una invitación especial que el profeta Nelson compartió hace unos años en sus redes sociales.

“Debemos abandonar los comentarios hirientes e insensibles en nuestras conversaciones, en nuestros mensajes privados y en las redes sociales, y, sobre todo, en nuestros propios corazones, declaró el presidente Nelson.

Vivir esta ley mayor es un llamado a evitar combatir el odio con la indiferencia, sino a enfrentar esos momentos con fe y amor, como Cristo lo haría.

Corre hacia el desprecio con tu amor

El amor del Salvador. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Por otro lado, también se han estandarizado prejuicios en el mundo que están incrementando el desprecio. ¿Cómo reaccionas ante él? ¿Huyes? Si eso haces, puede que te sorprenda lo que dijo el profesor Brooks.

“No huyas del desprecio; corre hacia él a toda velocidad con tu amor, mencionó el profesor Brooks en su discurso.

Tal parece que el amor es siempre la respuesta, pero a veces es complicado amar a alguien que degrada tu valor al despreciarte. Aunque sea difícil, amar es la única forma capaz de romper las cadenas del prejuicio y el Libro de Mormón lo enseña.

Los anti-nefi-lehitas entierran sus armas de guerra. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Los Anti-Nefi-Lehitas, por ejemplo, habían sido un pueblo que había crecido con fuertes prejuicios hacia los nefitas, pero cuando recibieron el evangelio, cambiaron los prejuicios por amor. Ese amor los llevó a cambiar incluso su propio actuar.

“Cuando estos lamanitas llegaron a conocer la verdad y a creer en ella, se mantuvieron firmes, y prefirieron padecer hasta la muerte antes que pecar; y así vemos que enterraron sus armas de paz, o sea, enterraron sus armas de guerra en bien de la paz”. (Alma 24:19)

Ellos nunca huyeron del desprecio de sus enemigos, sino que se mantuvieron firmes en el amor, reconociendo el verdadero valor de cada persona como hijos de Dios. Ese mismo espíritu es el que hará la diferencia en nuestras comunidades y familias al luchar contra el desprecio.

El legado del presidente Nelson

Presidente Nelson: Lo mejor está por venir porque el Salvador vendrá otra vez
Presidente Russell M. Nelson: Primero y más importante, son hijos de Dios. Imagen: The Church News

En cuanto al desprecio, el presidente Nelson, que recientemente partió a la presencia del Señor, compartió una declaración contundente.

“¿Quiénes son ustedes? Primero y más importante, son hijos de Dios”.

Esa poderosa enseñanza del presidente Nelson nos anima a reconocer nuestra identidad divina como hijos del Todopoderoso para acudir a Él a fin de recibir el poder de responder con amor ante el odio y el desprecio.

Tanto el legado de fe del presidente Nelson como el mensaje del profesor Brooks nos sugieren que no basta con evitar el odio, sino que debemos amar, incluso cuando es difícil, ya que finalmente, todos somos hermanos y hermanas. Ese es el camino del discipulado.

Fuente: LDSDaily

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