Cincuenta y cuatro estudiantes de BYU–Hawaii participaron en una presentación histórica en Carnegie Hall, uno de los escenarios más prestigiosos del mundo. Dirigidos por la Dra. Erica Glenn, el coro de cámara Ho’olōkahi interpretó el estreno mundial del Worldwide Requiem, una obra profundamente espiritual que rindió homenaje a víctimas de tragedias recientes en Maui, Filipinas, Ucrania, Tonga, Palestina y Japón.
Más que un concierto, el Worldwide Requiem fue un acto colectivo de sanación y esperanza. La Dra. Glenn compuso esta pieza de 25 minutos en colaboración con sus alumnos, quienes aportaron relatos personales, idiomas nativos y experiencias reales de dolor y fe.
“Los estudiantes sienten que este es su requiem; fue co-creado. Está ligado a sus raíces y al propósito mismo de BYU–Hawaii: formar líderes globales que construyan paz intercultural”.

Cada uno de los movimientos de la obra está dedicado a una región específica que ha enfrentado conflicto o desastre. La obra incorpora ocho idiomas: inglés, latín, hawaiano, ucraniano, tongano, waray, árabe levantino y japonés.
En vez de un texto litúrgico tradicional, la composición incluye testimonios auténticos. Por ejemplo, Mitzi Chou, miembro del coro, compartió su experiencia durante el tifón Haiyan en Filipinas en 2013 y ayudó a traducir ese movimiento al waray.
“Fue como una oración desde el corazón de nuestro pueblo”.

Uno de los momentos más emotivos fue el movimiento final, dedicado a los incendios en Lahaina, Maui. Moanahiwalani (Hiwa) Walker, originaria de Hawái y única hablante de hawaiano en el coro, interpretó un hula portando leis que representaban cada región mencionada.
“Cuando bailo, cuento una historia con mis manos y mi cuerpo. Quería que el público y mis compañeros pudieran ver y sentir las emociones detrás de las palabras”.
La oportunidad de presentarse en Carnegie Hall surgió en 2023, cuando el coro interpretó el Requiem de Mozart junto a Peter Tiboris. Él quedó tan impresionado que invitó a la Dra. Glenn a dirigir una obra original en Nueva York. Así nació la idea del Worldwide Requiem.

Sin embargo, el camino no fue sencillo. Muchos estudiantes no podían costear el viaje, y la universidad no contaba con un presupuesto para una gira. Aun así, los líderes apoyaron el proyecto, y los donantes hicieron posible lo que parecía imposible. Además, cuando dos coros colaboradores se retiraron, los estudiantes grabaron y editaron un video promocional en 24 horas para reclutar nuevos integrantes. En menos de dos semanas, lograron reunir el número necesario.
Mia Malit-Cruz, exalumna que ayudó a coordinar el proyecto compartió:
“Antes de esto, nunca imaginé cantar en Carnegie Hall. Hubo muchos momentos en los que todo parecía cancelarse, pero el Señor abrió caminos”.
La experiencia dejó una impresión duradera.
“Este requiem nos recuerda que somos hermanos y hermanas, sin importar el idioma o el país. Ha sido como un ensayo de lo que será el cielo: todos distintos, pero todos amados. Todos importantes”.
Fuente: LDS Living