En marzo de 2020, cuando la pandemia de COVID-19 obligó a millones a quedarse en casa, la familia Pond en Yakima, Washington, buscaba maneras de mantenerse entretenida. Ricky Pond, un padre de cuatro hijos y diseñador gráfico, nunca imaginó que una simple invitación de sus hijos para hacer un video de Tik Tok cambiaría su vida.
De una resistencia inicial a millones de seguidores

Ricky Pond nunca imaginaría que sería viral con un simple video. Créditos: Ricky Pond
Un domingo después de la Iglesia, sus hijos le pidieron que participara en un video de Tik Tok. Al principio, Ricky se negó rotundamente. Sabía que en ese entonces era común que los jóvenes pusieran a sus padres en redes sociales para burlarse de ellos con la esperanza de volverse virales.
“No, ustedes pasan demasiado tiempo en esa aplicación”.
Pero sus hijos, Audrey y Dallin, no se dieron por vencidos. Crearon una cuenta para él y lo convencieron de participar. Fue su esposa, Roxane, quien finalmente lo motivó:
“Solo ve y haz un baile con ellos”.
Así comenzó una travesía inesperada que, cinco años después, ha convertido a Ricky en “The Dancing Dad”, con millones de seguidores en TikTok e Instagram.
Un plan que salió al revés

Crearon una cuenta para él y lo convencieron de participar. Créditos: Ricky Pond
La intención original de sus hijos era que su papá fallara en el baile, lo que haría que el video se hiciera viral. Sin embargo, no contaban con que Ricky había estado bailando desde los 8 años y había sido parte de grupos de danza folclórica y clogging en la universidad.
Cuando grabaron su primer video con la coreografía de “The Renegade”, Ricky se quejó de que era demasiado estático. Para él, bailar era un movimiento de cuerpo entero.
A pesar de sus reservas, el video fue publicado y en pocos días ganó cientos de seguidores. En cuestión de semanas, su cuenta ya tenía decenas de miles de vistas. Dallin recordó:
“No se volvió viral, pero tuvo más vistas de las que mi hermana y yo jamás habíamos conseguido”.

Para él, bailar era un movimiento de cuerpo entero. Créditos: Ricky Pond
Ricky, divertido, no dejó pasar la oportunidad de bromear con sus hijos:
“Ustedes nunca obtienen 500 likes en un video. Miren qué popular soy”.
Lo que comenzó como un pasatiempo se convirtió en una rutina diaria. Ricky empezó a subir un video diario, aprendiendo coreografías de distintas épocas y estilos. Su popularidad se extendió a otras redes sociales como Instagram y YouTube, con videos de bailes somalíes, etíopes, árabes y de Bollywood.
Al 25 de enero de 2025, Ricky tiene más de 2.3 millones de seguidores en TikTok, 1.1 millones en Instagram y 52,000 en Facebook, además de casi 10,000 suscriptores en YouTube.
Bailar con propósito: Compartiendo el evangelio
Ricky también encontró una manera de compartir su fe en estos videos. Como líder misional de barrio, invitó a los misioneros a participar en algunos videos, generando conversaciones sobre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Sin planearlo, en varias grabaciones aparecía un cuadro de Jesucristo en el fondo, lo que llevó a que seguidores preguntaran:
“¿Eres cristiano?” o “¿Dónde consigo esa pintura?”.
En otros videos, la familia intencionalmente incluía una imagen de Cristo, generando más interacciones sobre su fe. Ricky compartió:
“Podemos compartir el evangelio sin imponerlo. Nos ha dado la oportunidad de mostrar la Iglesia de una forma diferente”.
Las bendiciones de una familia unida

Ricky tiene más de 2.3 millones de seguidores en TikTok. Créditos: Ricky Pond
Para Audrey Pond, estudiante de psicología de la salud en BYU–Idaho, una de las experiencias más sorprendentes fue cuando alguien la reconoció en un restaurante por los videos de su familia. Su padre, por supuesto, lo disfrutó mucho. “Me preguntaba en broma: ‘¿Cómo se siente que te reconozcan porque soy famoso?’”.
Dallin, quien ayuda a su padre con la gestión de redes, destaca que esta experiencia ha fortalecido su relación familiar. “Hemos pasado horas juntos, hemos discutido, reído y trabajado en equipo. Considero a mi familia mis mejores amigos”, afirmó.
Nuevas oportunidades y reconocimiento global
El éxito en redes ha abierto puertas inesperadas para Ricky. En 2022, participó en el programa de NBC “Dancing With Myself”.
En 2023, viajó con su hijo a Mumbai, India, para colaborar con creadores de contenido y conectarse con su creciente audiencia en ese país.
También ha sido entrevistado en múltiples medios, especialmente en la India, y ha trabajado con marcas como Netflix, Disney+, Duluth Trading Co. y Schick Razors. Sin embargo, Ricky es claro en su objetivo:
“No hago esto para ganar dinero. Solo quiero ser auténtico, compartir mi talento y entretener a la gente”.

Un video viral los unió más como familia. Créditos: Ricky Pond
Ricky no tiene planes de detenerse. “Seguiré mientras pueda hacerlo”, dice. Incluso espera con emoción el día en que pueda bailar con sus futuros nietos.
Lo que comenzó como un intento de sus hijos por hacer un video viral terminó en una aventura que ha unido a la familia, les ha permitido compartir su fe y ha llevado a Ricky a convertirse en una sensación mundial.
Fuente: Church News
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