Exestrella de la NFL: “Gracias a Jesucristo, fallar no es fracasar”

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Después de una carrera en la NFL —jugando para los Chicago Bears— el hermano Gabriel W. Reid, segundo consejero en la presidencia general de la Escuela Dominical de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, todavía recuerda haber perdido el balón durante el Super Bowl en enero de 2007.

Mostró una foto de aquel momento y habló de la experiencia durante un devocional en Brigham Young University-Idaho (BYU-I) el martes 15 de octubre.

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El hermano Reid compartió uno de los momentos más vergonzosos de su vida con la audiencia para reflexionar sobre el poder reparador de Jesucristo. Imagen: Brigham Young University–Idaho

“Nadie planea o quiere fallar, pero ese era yo. En mi mente, había defraudado a todo el mundo: a mi equipo, a mi familia y a millones de aficionados. Estaba tan concentrado en mi error que en realidad quería abandonar”.

El hermano Reid preguntó a los estudiantes reunidos en el I-Center del campus de BYU-Idaho por qué querría revivir ese vergonzoso momento con todos ellos.

“Porque cada uno de nosotros ha experimentado o tendrá algún tipo de tropiezo en la vida”, dijo. “Todos nos enfrentamos a decepciones, errores, pruebas y reveses. El diablo intenta astutamente hacernos creer que nos definen estos momentos. El mensaje que deseo compartir hoy, y el que ruego que escuchen, es “fallar no es fracasar”.

El hermano Reid compartió cómo no rendirse después de estos momentos de debilidad en la vida.

Las promesas del Señor son eternas

Cientos de jóvenes fueron inspirados por las palabras del hermano Reid. Imagen: Brigham Young University–Idaho

El hermano Reid dijo que le encanta el Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo. Testificó: 

“Al desempacar este libro de libros, rápidamente encontrará numerosos relatos de reveses, decepciones, momentos embarazosos y torpezas. Pero también destaca las victorias y bendiciones de personas que mantuvieron su fe en el Señor, fueron obedientes en guardar Sus mandamientos y no se rindieron. Fueron bendecidos tanto temporal como espiritualmente”.

El hermano Reid continuó compartiendo la historia de cuando Nefi rompió su arco de acero como ejemplo de alguien torpe.

“Imagino que fue un momento vergonzoso para él”, dijo. “En palabras de Nefi, las cosas ’empezaron a dificultarse en extremo’ (1 Nefi 16:21). Las continuas murmuraciones y quejas de los demás no ayudaban a la situación”.

Pero Nefi no se rindió, ni se unió a las quejas, continuó el hermano Reid: “En cambio, Nefi eligió seguir adelante con fe en el Señor”.

El hermano Reid citó al presidente Ezra Taft Benson: “Por muy diligentes que seamos en otras áreas, ciertas bendiciones solo se encuentran en las Escrituras, solo al acercarnos a la palabra del Señor y aferrarnos a ella”.

Y añadió que leer, meditar y acatar diligentemente las enseñanzas del Libro de Mormón “nos conectará con la fuente de todo lo bueno, Jesucristo”.

El hermano Reid dijo que Nefi siguió las instrucciones del Señor de “Mira… y contempla las cosas que están escritas (1 Nefi 16:26)”.

La casa del Señor

En los templos, hallamos una paz que no se encuentra en ningún otro lugar sobre la Tierra. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

El hermano Reid citó el consejo del presidente Russell M. Nelson sobre hacer y guardar los convenios del templo.

“El lugar más seguro para estar espiritualmente es vivir dentro de sus convenios del templo”.

El hermano Reid se hizo eco del profeta: “Hay seguridad, paz y un tipo especial de amor y misericordia en los convenios de la casa del Señor”.

 “Dios no abandonará su relación con nosotros mientras nos unamos a Él”, añadió.

“Mis errores y torpezas en la vida no me definen”, dijo. “El amor de Dios es inquebrantable, eterno, incluso perfecto, y se nos reconoce el mérito de haberlo intentado aunque tengamos tropiezos”.

Gracias a Jesucristo, fallar no es fracasar

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Él deja a las 99 para buscar a la perdida. Arte: The Good Shepherd, by Del Parson

El hermano Reid testificó que incluso Jesucristo fue tentado y probado, pero nunca cedió a la tentación.

“Él venció al mundo para que, en virtud de su expiación, pudiera compensar cada uno de nuestros tropiezos”, dijo. “Cuando oremos al Señor, prestemos atención diligente a lo que está escrito, vayamos a la casa del Señor y cumplamos nuestros pactos, aprenderemos que nuestros errores no nos definen. Al contrario, ayudan a refinarnos”.

Dijo que, a menudo, estas experiencias torpes nos enseñan muchas lecciones y citó al líder de la Iglesia Orson F. Whitney: 

Todo lo que sufrimos y todo lo que soportamos, especialmente cuando lo soportamos pacientemente, edifica nuestros caracteres, purifica nuestros corazones, expande nuestras almas y nos hace más tiernos y caritativos, más dignos de ser llamados hijos de Dios. A través del dolor, el sufrimiento, el trabajo y la tribulación, obtenemos la educación que necesitamos adquirir”.

Finalizó el hermano Reid: “Estoy agradecido de saber que, gracias a Jesucristo, independientemente de cuántas veces nos equivoquemos, eso nunca afectará al resultado del perfecto plan de felicidad de Dios”.

Fuente: Church News

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