ERES ALGUIEN ESPECIAL Y ÚNICO
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¡Jamás lo olvides y que nadie te haga dudar de eso! ¡Eres especial! ¡Único! ¡Inigualable! Mírate en el espejo, eres maravilloso.
“La felicidad perdurable proviene de lo que eres y no de lo que tienes”. – Richard G. Scott
ERES UN HIJO DE PADRES CELESTIALES
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Como hijo de Padres Celestiales, tienes un potencial infinito. Tienes la capacidad de lograr todo lo que sueñas. ¡Ten fe, cree en ti, actúa y lo harás realidad! Así creas que el sueño es imposible, ¡inténtalo! Todo es posible si estás con Dios, ¡ora para pedir más fuerzas!
“Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”. (Romanos 8: 16 – 17)
NO ESTÁS SOLO
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En los momentos de bajón, mira el cielo, ¡Él está ahí! Él está pendiente de ti todo el tiempo. Los momentos de debilidad y desafío son necesarios para valorar los días buenos. Recuerda que esos días malos son aleccionadores. Al final, agradecerás haberlos tenido.
“Recuerda que nunca estás solo. No dudes de que se te ama. Jamás olvides que alguien se preocupa por ti”. – Thomas S. Monson
DIOS TIENE BENDICIONES RESERVADAS ESPECIALMENTE PARA TI
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El Padre Celestial tiene un plan y un propósito para ti. Hay muchas bendiciones esperando por ti, cada una de tus decisiones te acercan o te alejan de ellas. Así que, busca la guía del Señor para poder disfrutar de esas bendiciones. Pero, mientras tanto, goza de las pequeñas bendiciones que tienes, tal como un día más de vida, la salud, una casa, una familia, tu trabajo.
“Vivan siempre de tal manera que cuando necesiten las bendiciones del Señor, puedan recurrir a Él y recibirlas porque son dignos”. – Gordon B. Hinckley
DIOS Y JESUCRISTO TE AMAN INCONDICIONALMENTE
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Cada vez que te sientas no valorado y que nadie te ama lo suficiente, recuerda que hubo alguien que te amó tanto que dio Su vida por ti. Por Su sacrificio, ahora tus cargas son más ligeras de lo que hubieran sido sin Su expiación.
“La primera y gran verdad es que Dios nos ama con todo su corazón, alma, mente y fuerza”. – Jeffrey R. Holland
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