Qué hacer cuando no sientes la ayuda de Dios en medio de tus pruebas

ansiedad

Todos hemos escuchado innumerables historias de personas que pueden sentir la compañía de Dios durante sus pruebas. Estoy segura de que incluso tienes tus propias historias. Pero, ¿qué sucede cuando nuestras pruebas nos alejan de Dios, en lugar de acercarnos a Él?

¿Qué debo hacer? Te diré lo que me ha ayudado últimamente:

Ser creativo

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Escribir. Pintar. Reciclar ropa. Etc. A pesar de que probablemente no sienta que Dios me inspire ahora, hay otras cosas que sí. El Presidente Dieter F. Uchtdorf dijo:

“Si aprovechan las oportunidades comunes de la vida diaria y crean algo bello y útil, mejorarán no sólo el mundo que las rodea, sino también su mundo interior”.

La habilidad de crear es una de las habilidades más grandes de Dios. ¿Qué mejor manera de acercarte a Él que realizar el acto divino de la creación?

Expresar tus sentimientos a Dios, todo el tiempo

Está bien decirle a Dios que estás enojado. Está bien decirle que ya no quieres esperar. Solo suelta todo. Di todo lo que piensas.

Probablemente, no obtendrás la respuesta que quieres, pero te sentirás mejor al soltar todo. Cuando finalmente hayas expresado todos tus sentimientos, tendrás espacio para recibir lo que Él desea darte en ese momento: paz – aunque solo sea por un momento – consuelo, pensamientos alentadores, mente clara, etc.

Recordar que no estás solo

familia

Incluso Jesús se sintió abandonado. Jesús también le pidió a Dios que apartara de Él la amarga copa. Él también le preguntó a Dios por qué lo había abandonado. Él también se sintió herido, solo y desanimado. Incluso si nadie más en el mundo sabe cómo te sientes en este momento, te aseguro que tu Salvador lo sabe.

No sé quién escribió la siguiente cita, pero espero que te traiga el mismo consuelo que a mí:

Dios no es ajeno al dolor. Cuando clamas a Él,  no te menosprecia y dice: “Aquí vamos de nuevo”. Él se inclina, siente cada lágrima de traición, ansiedad y dolor que estás llorando y dice: “Lo sé, lo recuerdo, y te amo”.

Se amable contigo mismo

Cuando te estás quedando sin fe, es fácil sentirte culpable. NO LO HAGAS. Esto solo empeorará las cosas. Cada vez que pienso: “¿Cómo pudiste hacer eso?” Debo recordar las cosas que todavía estoy haciendo bien.

El Presidente Thomas S. Monson dijo una vez:

“Nadie que siga intentando y orando, ha fracasado”.

Incluso cuando no oro en la noche, una almohada empapada de lágrimas sigue siendo una súplica a Dios. A veces, olvido las formalidades y hablo con Él en mi auto o, simplemente, miro al cielo en agradecimiento cuando algo sale bien. No pases por alto las cosas pequeñas, Él las ve.

Leer tu bendición patriarcal

bendición patriarcal

El Señor nunca rompe sus promesas, siempre y cuando hagamos nuestra parte. Hay tantas promesas hermosas en mi bendición patriarcal que me dan esperanza. Es frustrante que deba esperar algunas de ellas, pero sé de la promesa de Dios de que si sigo “intentando y orando”, Él cumplirá Su palabra.

Hay esperanza en el horizonte, e incluso si está lejos, al menos por ahora podemos admirar la puesta de sol.

Conectar con Dios mediante la naturaleza

A veces, la Iglesia no es la respuesta. Sé que probablemente estés pensando, “No puedo creer que haya dicho eso”, pero es verdad. Sigue asistiendo a la Iglesia los domingos. Sigue demostrándole que estás dispuesto a hacer lo que te pide. Luego, ve a dar un paseo. Escala una montaña. Camina por la playa.

La naturaleza puede acercarte a Dios más rápido que cualquier otra cosa,  especialmente cuando no lo “sientes”. A veces, lo que necesito no son palabras sagradas que se pronuncian en un altar – aunque tengan un propósito – sino una brisa fresca, el olor a pino o un cielo de algodón de azúcar que me lleve de regreso a Él.

Pensamientos para concluir

Hay una cita más que quiero compartir. Finalmente, en 1986, el Presidente Ezra Taft Benson se expresó mejor que yo con respecto a este tema:

Hay momentos en los que simplemente tienes que soportar y sobrevivir al enemigo.

Cuando todo esté dicho y hecho, sé que la fe volverá a mí si solo soporto un poco (o mucho) más. ¡No te rindas! Dios, tú y yo estamos juntos en esto.

Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Becca Baird y fue publicado en thirdhour.org con el título “How to Keep Going When It Feels the Heavens Are Shut”.

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