El “Giving Tuesday” (“Un día para dar”, en español) es el martes inmediatamente posterior al Día de Acción de Gracias, lo que significa que este año cayó el 28 de noviembre.
Esta nueva festividad se creó en 2012 por un equipo del “Belfer Center for Innovation & Social Impact” de Nueva York, para difundir el mensaje de que todo el mundo tiene algo que puede dar para hacer del mundo un lugar mejor.
Algunos de nosotros podemos dar tiempo, otros dinero, algunas personas pueden compartir sus conocimientos especializados con una organización sin fines de lucro, mientras que otras pueden compartir una sonrisa con un vecino solitario.
Dar no solo ayuda al mundo a ser un lugar mejor, sino que puede traer beneficios físicos, psicológicos y espirituales directos para el que da.
Beneficio físicos
La salud física y la salud espiritual están estrechamente relacionadas. Imagen: Canva
Realizar voluntariados exige un esfuerzo físico, aumentando la actividad en un 110%, mejorando así la salud, la cognición, el control de peso y la reducción del riesgo de enfermedades, fortaleciendo los músculos y huesos.
El presidente Nelson enseñó los grandes beneficios de tener un cuerpo físico bien cuidado. Cada ojo tiene un lente de enfoque automático, el corazón es una bomba increíble, la piel proporciona protección y alerta, y el cuerpo renueva sus propias células.
El manual “Para la Fortaleza de la Juventud” señala:
“Tu alma está compuesta por tu cuerpo y tu espíritu. Por esa razón, la salud física y la salud espiritual están estrechamente relacionadas. El Salvador reveló la Palabra de Sabiduría para enseñar principios de cómo cuidar tu cuerpo y para prometer bendiciones físicas y espirituales”.
Beneficios psicológicos
Quienes participaban en actividades de voluntariado presenciales tenían una calidad de vida mucho mayor que quienes no lo hacían. Imagen: Canva
La generosidad es importante para la supervivencia, y nuestro cerebro nos recompensa cuando nuestras acciones aumentan nuestras probabilidades de sobrevivir. Es por ello que nos sentimos recompensados al ser generosos. Dar, aunque no recibamos algo a cambio, es gratificante.
Un metaanálisis demostró que quienes participaban en actividades de voluntariado presenciales tenían una calidad de vida mucho mayor a comparación de quienes no lo hacían. Esto también tiene un impacto positivo en nuestra autoestima.
El élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
“Les prometo que aquí, allí y en todo lugar se habla con amor cuando respondemos “sí” a los líderes para servir al Señor en Su Iglesia. La fe, el servicio y el sacrificio nos hacen mirar más allá de nosotros mismos y nos acercan a nuestro Salvador”.
Bendiciones espirituales
Aun nuestras donaciones vienen con las bendiciones del Padre Celestial. Imagen: La Iglesia de Jesucristo
“Todo lo que tenemos y todo lo que somos proviene de Dios”. – Élder Neil L. Andersen
Si todo lo que tenemos son bendiciones de Dios, dar nuestro diezmo es algo mínimo en comparación con lo que recibimos de Él.
El diezmo y las ofrendas de ayuno son formas directas de retribuir al Padre, y aun así ellas vienen con la promesa de que las ventanas de los cielos serán abiertas y las bendiciones lloverán hasta que sobreabunde (Malaquías 3:10).
Así, el élder Andersen continúa enseñando:
“Las ventanas de los cielos se abren de muchas maneras. Algunas son temporales, pero muchas son espirituales. Algunas son sutiles y es fácil pasarlas por alto. Confíen en el tiempo del Señor; las bendiciones siempre llegan”.
Seremos llenos del amor de Dios. Imagen: Canva
Además del diezmo específicamente, en Mosíah 4:12, 26 se nos enseña:
“Quisiera que de vuestros bienes dieseis al pobre, cada cual según lo que tuviere, tal como alimentar al hambriento, vestir al desnudo, visitar al enfermo, y ministrar para su alivio, tanto espiritual como temporalmente, según sus necesidades.
Y he aquí, os digo que si hacéis esto, siempre os regocijaréis, y seréis llenos del amor de Dios y siempre retendréis la remisión de vuestros pecados; y aumentaréis en el conocimiento de la gloria de aquel que os creó, o sea, en el conocimiento de lo que es justo y verdadero”.
La mayor bendición del servicio es la de fortalecer nuestra relación con Jesucristo. Imagen: Bing AI
Pero quizás la mayor bendición del servicio es la de fortalecer nuestra relación con Jesucristo:
“Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. (Mateo 25:40)
Este día, y cualquier otro, piensa en algo que puedas hacer para servir a los que te rodean y descubre las bendiciones que el servicio puede proporcionar en tu propia vida.
Fuente: LDS Living
