Del barrio a la Casa Blanca: Cómo creer en tu potencial puede cambiarte la vida

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (2 Timoteo 1:6-7.)

Dios nos ha dado un espíritu de poder para luchar y vencer los obstáculos que nos separan de nuestros sueños.

Así como tenemos que creer en el potencial que el Padre Celestial nos ha dado, debemos rodearnos de personas que nos inspiren a hacer lo bueno.

Tal como se recomienda en el programa de autosuficiencia de la Iglesia, debemos encontrar mentores que nos guíen y ayuden a tomar las decisiones correctas.

No importa de dónde vengas, puedes lograr todo lo que te propongas

Imagen: Internet

Ese fue el caso de Rebecca Contreras, una joven latina que vivió en la pobreza y fue hija de una mujer drogadicta. Su madre la abandonó a los cinco años.

Su juventud estuvo marcada por traiciones, incertidumbre, abandono y abusos inimaginables. Se convirtió en madre cuando era adolescente, dependía de la asistencia social, sentía que tenía pocas esperanzas para surgir.

Sin embargo, Rebecca no se dejó vencer, se rodeó de mentores que creyeron en su potencial y llegó a trabajar casi doce años con George W. Bush.

Primero, como su directora de recursos humanos cuando Bush se desempeñaba como gobernador de Texas. Luego, trabajó en la Casa Blanca durante su presidencia.

George W. Bush. Photo by Eric Draper, White House.

Hoy está felizmente casada, es presidenta y directora ejecutiva de una consultoría con más de 100 empleados repartidos en siete estados.

La historia de Rebecca pondría celoso a cualquier guionista de cine.

Es mucho más que una historia de pobreza a riqueza.

Es un estudio de caso sobre lo que puede suceder cuando las personas se toman el tiempo para notar el potencial de alguien que está decaído y luchando por afianzarse en la vida.

5 cosas que debes considerar para vivir según tu gran potencial

Rebecca compartió cinco sugerencias para alcanzar nuestro potencial.

1. Tener un mentor

LGBT+

Imagen: Shutterstock

Lo primero que debes considerar es que tu principal mentor es Dios, Él cree en ti y sabe del maravilloso potencial que tienes para alcanzar tus metas. Considera siempre que si un ser tan poderoso confía en ti cuánto más no podrías creer en ti mismo.

Segundo, puedes buscar personas que te apoyen. Busca personas que sientan un fuerte deseo de guiarte y ayudarte a tener éxito. Piensa en las personas que se emocionen y enorgullezcan al verte triunfar.

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Puedes buscar a alguien que se dedique a la carrera que desees seguir. Esa será la persona indicada para ser tu mentor.

Sin embargo, si no encuentras a alguien cercano. Busca modelos a seguir con ayuda de Internet. Lee acerca de su vida y lo que los ayudó a alcanzar el éxito e inspírate en su vida.

2. Tener prioridades

alcanzar metas

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“Empieza por hacer lo que sea necesario, luego haz lo que sea posible y de repente estarás haciendo lo imposible”. – San Francisco de Asís

Como alguien que nació en la pobreza y fue víctima de abusos, una de mis primeras lecciones de vida fue adaptarme para sobrevivir, emocional y físicamente.

Hice lo que era necesario. Más tarde, cuando tomé la determinación de cambiar la dirección de mi vida, comencé a hacer lo posible, un paso a la vez.

Obtuve un certificado que acreditó mis habilidades como estudiante, me inscribí en un programa de capacitación, postulé a puestos como recepcionista. Me esforcé por encontrar mi siguiente oportunidad para avanzar.

Casa Blanca. Foto: whitehouse.gov

Al mantener este rumbo, usar mi determinación, mi fe y la valiosa guía de mis mentores, no pasó mucho tiempo antes de que estuviera haciendo lo que nunca creí posible.

Estaba trabajando en la Casa Blanca para el presidente George W. Bush y no se detuvo allí.

Después de tener una experiencia tan increíble, fundé mi propia firma de consultoría de capital humano.

Me esforcé hasta convertirla en una empresa de más de 100 personas con un nivel de éxito que, en un momento de mi vida, era solo un sueño para mí.

Mi vida está repleta de tantas situaciones “imposibles” que me dejo llevar para hacer que las cosas sean posibles.

3. Saber perdonar

Imagen: Canva

El perdón puede ser un viaje personal muy difícil. Especialmente, cuando se trata de nuestros seres queridos. Sin embargo, también lo he encontrado muy liberador.

He llegado a comprender que el perdón es esencialmente un proceso para lograr el cierre del trauma que experimenté. Eso me permite concentrarme en las oportunidades que se avecinan en lugar de detenerme en el dolor del pasado.

No puedo cambiar lo que me sucedió y siempre lo llevaré conmigo de alguna forma. No obstante, no quiero que eso me defina.

perdonar

Imagen: Shutterstock

El perdón me ha dado la opción de reparar algunas relaciones dañadas, aunque otras estaban más allá de la reparación.

Sin embargo, mi objetivo final, fue el cierre y la tranquilidad que me permitieron avanzar en mi camino hacia el éxito.

El perdón es para ti, no para la otra persona que te lastimó. Cuando aprendas a perdonar, podrás seguir adelante.

4. Capacitarte siempre

Imagen: Canva

Siempre fui muy consciente de mi falta de educación formal, ya que no tuve la oportunidad de ir a la universidad.

Entonces, decidí estudiar y absorber el conocimiento y la perspectiva que ofrecían los libros de liderazgo, administración, comunicación y temas relacionados.

Desarrollo profesional. Foto: Canva

Eso me ayudó significativamente a obtener perspectivas valiosas y diferentes, así como desarrollar una comprensión más profunda de lo que impulsa a los líderes empresariales exitosos.

Aunque yo misma he tenido éxito de muchas maneras, sigo buscando fuentes en libros, noticias y podcasts que amplíen mi conocimiento y me proporcionen otros puntos de vista.

Debemos considerar que no alcanzaremos el éxito sin comprender el poder del aprendizaje continuo.

5. Tener valores y ser agradecido

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Las personas que más he admirado han mostrado gratitud, compasión y resiliencia. Trato de vivir esos valores e inculcarlos en mis aprendices.

Me siento agradecida por las oportunidades de convertirme en quien soy hoy y poder ser mentora de mujeres que pueden beneficiarse de mis experiencias.

Soy compasiva con otros que no han sido tan afortunados o que enfrentan desafíos aún más difíciles que los míos.

Aunque mi resiliencia se puso a prueba mucho antes, sigue siendo un valor que aprecio mucho porque no faltarán obstáculos en el camino.

bondad

Imagen: Internet

Las dificultades que soporté en el pasado me hicieron más fuerte y me enseñaron cómo navegar y superar todo tipo de desafíos.

Cuando reconozco la resiliencia en los demás, veo su fuerza y ​​coraje, y deseo alentarlos a usar esos rasgos para convertirse en la mejor versión de sí mismos.

Si llegaste hasta aquí quiero que sepas que tu principal mentor es Dios, Él cree en ti y sabe del maravilloso potencial que tienes para alcanzar tus metas. Creen en ti como Él lo hace. Sigue intentándolo, que los desafíos que enfrentas son para tu provecho. Solo podrás experimentar un gran gozo por tus éxitos si el camino es difícil.

Fuente: Meridian Magazine

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