Deja de preocuparte: Dios ya sostiene a tu familia

Hace algunos años, mientras hacía diligencias, sintonizé la radio en busca de noticias sobre un acontecimiento preocupante a nivel nacional. Los informes hablaban de enojo, división y violencia, y mi corazón se llenó de angustia. Me preocupaba el mundo en el que mis hijos crecerían y formarían sus propias familias.

Horas más tarde, al prepararme para dormir, seguía sintiendo esa carga en mi corazón. Entonces, me arrodillé y oré para que el Padre Celestial me ayudara a encontrar paz.  

No suelo recordar mis sueños, pero esa noche tuve uno tan vívido que llenó mi corazón de confianza en el plan del Señor y me ayudó a “no [estar] turbado” (Mateo 24:6).  

Mano apuntando al cielo

Me preocupaba el mundo en el que mis hijos crecerían y formarían sus propias familias. Imagen: Canva

En mi sueño, mis seis hijos y yo estábamos explorando un lugar hermoso. Los niños corrían emocionados en todas direcciones. De repente, vi a uno de mis hijos al borde de un acantilado.

Corrí y lo sujeté justo a tiempo, pero al girarme vi a una de mis hijas a punto de saltar sobre una grieta profunda. Una y otra vez, corría de un hijo a otro tratando de salvarlos, pero no importaba cuánto me esforzara, no podía alcanzarlos a todos. Me sentía cada vez más frustrada y agotada.  

Entonces, la perspectiva de mi sueño cambió. Ya no veía a través de mis propios ojos, sino que contemplaba la escena desde arriba y, por primera vez, reconocí dónde estábamos. Mis hijos y yo nos encontrábamos en medio de dos manos entrelazadas.

Eran las manos del Padre Celestial. Los acantilados eran los bordes de Sus palmas, y las grietas eran las líneas de Sus dedos. Había estado esforzándome al máximo por salvar a mis hijos sin darme cuenta de que Él ya nos sostenía todo el tiempo.  

En Sus manos  

Había estado esforzándome al máximo por salvar a mis hijos sin darme cuenta de que Él ya nos sostenía todo el tiempo.  Imagen: Canva

“¿No sabéis que estáis en las manos de Dios? ¿No sabéis que él tiene todo poder…?” (Mormón 5:23).  

Como madre, a veces olvido que no está en mis manos “salvar” a mis hijos. Sí, debo criarlos, nutrirlos, protegerlos y enseñarles, pero ellos vinieron a la tierra para seguir a Jesucristo, para conocerlo y llegar a ser como Él. La verdadera salvación solo viene a través de Él.  

Elder W. Craig Zwick enseñó: 

“Estar en las manos de Dios sugiere que no solo estamos bajo Su cuidado vigilante, sino también protegidos por Su maravilloso poder”.  

Hombre con los brazos abierto mirando al cielo

Como madre, a veces olvido que no está en mis manos “salvar” a mis hijos. Imagen: Canva

Sé que mi corazón nunca dejará de preocuparse por mi familia. Es parte de mi responsabilidad como madre. Pero, como recordó la hermana Tamara W. Runia, la preocupación puede distorsionar nuestra visión del conocimiento y poder de Dios:  

“¿Hay algo difícil en tu vida en este momento, algo que te preocupa que no pueda resolverse? Sin el ojo de la fe, podría parecer que Dios ha perdido el control de las cosas, pero ¿es eso cierto?”  

ángeles

Él nos llenará de paz y nos ayudará a “no [estar] turbados”. Imagen: Shutterstock

La respuesta es clara: no, eso nunca es cierto. El profeta Nefi enseñó:

 “Pues él sabe todas las cosas, y no existe nada sin que él lo sepa” (2 Nefi 9:20). 

Esto incluye todas nuestras esperanzas y oraciones por nuestra familia.  

La hermana Runia testificó con seguridad:

“¡Todo esto va a resultar mucho mejor de lo que jamás podríamos imaginar! Con el ojo de la fe en Jesucristo, podemos ver que todo estará bien al final y sentir que todo estará bien ahora”.  

Si fijamos nuestra mirada en Jesucristo y confiamos en Su constante cuidado, Él nos llenará de paz y nos ayudará a “no [estar] turbados” (Mateo 24:6). Su amor perfecto nos sostiene siempre, incluso cuando no lo vemos. 

Fuente: LDS Living

Video relacionado

Watch on TikTok

También te puede interesar

Deja Tu Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *